Se nos va, se nos fue el 2016, y ya entro en mis habituales (como todo el mundo) resoluciones de año nuevo, muchas de las cuales, he de confesar, suenan inalcanzables, pero si no las sueño, entonces no tengo derecho alguno a que se me hagan realidad.
Y como son deportivas, espero no sean muy estrictas, no vaya a ser que no se me den y tenga que seguir soñando en el 2017…
No, no quiero exigir mucho pero tampoco me nace dejar de soñar, sobre todo con mis equipos de Miami.
Mi Miami siempre en mi mente.
Mi primera resolución es tener paciencia con el Miami Heat. Que esta etapa de transición no me haga sufrir mucho y que mi confianza en Pat Riley y Mickey Arison se mantenga intacta. Mucha paciencia porque no vamos a saber cuánto va a durar todo esto. Mucha…
Otra de mis resoluciones es tratar de disfrutar más a los Dolphins en esta nueva etapa con Adam Gase y ya en los playoffs, por primera vez desde el 2008. Cada vez que los tengo que narrar en la radio, sufro mucho y hasta me olvido del disfrute que es ganar, sobre todo esta temporada en que han vuelto a los playoffs.
Solo cuando estoy en la soledad de mi casa, con mis pensamientos en orden, puedo ponerme a disfrutar de un equipo que ha llegado a los playoffs en contra de todos los pronósticos.
Ay, Dolphins, ¿hasta cuándo estas emociones?
Mientras estén ganando, no tengo problemas con mis latidos del corazón. De hecho, una de mis resoluciones es disfrutarlos en esta etapa que recién han comenzado.
Creo que aquí estaré controlado y que seguiré al filo de la letra esta resolución que es la más difícil de todas porque me toca vivir con ellos el día a día.
Prometo cumplir.
También espero en el 2017 no molestarme mucho con los Marlins y con el dueño del equipo, Jeffrey Loria. Sé que es complicado no hacerlo, aunque hay que reconocer que la temporada pasada él se mantuvo bastante alejado de los focos y de las decisiones del equipo, pero nunca se sabe.
La tragedia de la muerte de José Fernández me ha puesto a ver las cosas de diferente manera. Con estos Marlins mi paciencia se había agotado, pero la partida de José me ha hecho ver las cosas desde un ángulo diferente.
Prometo estar tranquilo con ellos, al menos la temporada del 2017.
Con mi Real Madrid, mi resolución de año nuevo es sentarme a disfrutar de su juego, sus logros, los goles de Cristiano Ronaldo y la dirección, callada pero muy efectiva, de Zinedine Zidane.
No hay equipo de futbol en el mundo que me enloquezca más que el Madrid y por eso trataré de sentarme a disfrutar de lo que puedan hacer en el año que llega. El 2016 ha sido de lujo, con tres títulos, incluyendo la ansiada Orejona de la Champions, pero espero que el 2017 sea tan grande como este año que acabamos de vivir.
No sé si al final voy a poder cumplir con todas estas resoluciones, pero prometo intentarlo con fuerza y determinación. Incluso, sabiendo que me duele mucho ver a los equipos de Miami no ser exitosos y que me desespero cuando veo que año tras año se quedan cortos.
Ahora mismo, los Dolphins han encontrado su camino de la mano de la mano de Gase, con el Heat es cuestión de tiempo para que se conviertan en un equipo de primer nivel otra vez (al menos así lo creo yo), mientras que con los Marlins hay que esperar y esperar y esperar, como en los pasados 13 años, desde que ganaron la Serie Mundial en el 2003.
Así de paciente seré en el 2017, mejor con paciencia que paciente en un hospital, pues espero que ninguno de mis equipos me mande a un centro médico…
¿Sí o no?
Happy New Year!