martes 10  de  diciembre 2024

Regalado le paró el gol a Beckham

Regalado ha sabido quitarle la pelota de los pies a Beckham, la ha parado con el pecho y ha golpeado con precisión y fuerza los cantos de sirena hasta sacarlos fuera del campo

No se puede entender el fútbol sin hablar de pasión y emociones. Por eso desconfío desde el primer momento del proyecto con el que el rey Midas David Beckham quiere embaucar a la ciudad de Miami. Estadio, dinero y ubicaciones majestuosas parecen ser las razones del astro inglés, pero para que un equipo se gane el corazón de sus fanáticos hace falta mucho más que eso. n

nMientras escribo estas líneas no puedo dejar de pensar en la severa derrota que Holanda le infligió a España el pasado viernes. El dolor y el desánimo que ahora mismo sienten millones de españoles después de que su equipo haya sido humillado por una goleada sólo es comparable u2013por el otro extremo- con la alegría que hace cuatro años sentimos al ser proclamados campeones del mundo. n

nUn proyecto, un equipo, una ilusión, unos valores para enamorar a un pueblo. Esa es la magia del fútbol, un sentimiento que te atrapa de niño y que no te abandona hasta el último día de tu vida. Es evidente que Beckham y sus amigos no han centrado su discurso en lo emocional, a pesar de que David como jugador ha recorrido con éxito el camino del que estoy hablando. Manchester United, Real Madrid, AC Milan u2026 Auténticas catedrales de la religión del fútbol levantadas por los gritos de millones de personas, generación tras generación. n

n u00bfPor qué entonces tan poca información sobre el proyecto? u00bfPor qué esa obsesión con imponer la ubicación del estadio si en la MLS se jugarían tan sólo diez partidos anuales? La respuesta sólo puede estar relacionada con que los verdaderos objetivos de estos u201cbenefactores u201d del deporte son hacer negocios paralelos en el área del nuevo recinto que según ellos sólo debe construirse en la zona del puerto. n

nRestaurantes, bares, tiendas y todo tipo de comercios emergerían a la sombra de una presunta fiebre futbolística nacida por arte de magia. Afortunadamente, el pueblo de Miami ha resultado ser más inteligente de lo que Beckham y compañía pensaban. Y en este punto hay que agradecer y alabar a la figura del alcalde Tomás Regalado, que ha sabido escuchar a sus vecinos y se ha convertido en una gran defensa central de los intereses de los miamenses. n

nRegalado ha sabido quitarle la pelota de los pies a Beckham, la ha parado con el pecho y ha golpeado con precisión y fuerza los cantos de sirena hasta sacarlos fuera del campo. Sin duda, el alcalde debe formar parte del alma de ese equipo de fútbol si algún día llega a formarse. No hay más que pasearse por los bares deportivos del sur de la Florida en estos días de Mundial para darse cuenta de que tenemos cantera de aficionados para construir algo, pero hagamos las cosas bien. Construyamos la casa desde los cimientos, no desde el tejado. n

nA pesar de las amenazas, los mercaderes del estadio se han ido definitivamente con el balón a otra parte. Aseguran que tienen ofertas de otras ciudades. No debemos alarmarnos. Los que amamos el fútbol sabemos que acabaremos teniendo un equipo en Miami cuando la energía y la pasión se transformen en un proyecto razonable y con un objetivo claro sin agendas ocultas.

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