Serendipia procede del término inglés serendipity, originalmente utilizado por el escritor británico Horace Walpole en el siglo XVIII, basándose en un cuento persa que transcurre en la isla de Serendip (Ceilán), en el que se cuentan las aventuras de tres príncipes dotados del extraño don de resolver diversos problemas gracias a las casualidades.
Aunque la palabra serendipia no aparece reflejada en el diccionario de la Real Academia Española, su uso representa un recurso idiomático de gran utilidad, debido a su significado que se relaciona al hallazgo imprevisto pero valioso, verificado de forma accidental, cuando se estaba en el proceso de búsqueda de algo distinto. En cuanto a su significado, guarda cierto parecido a nuestras expresiones “de chiripa” o “por carambola”.
En la muy anhelada búsqueda del fin de la tiranía y obtención de la libertad por parte de los venezolanos, nos vamos encontrando frente a una insospechada y excelente oportunidad de refundar al País, bajo un inédito y más equilibrado pacto social.
Haciendo un poco de historia reciente, debemos recordar que desde que Chávez arribó al poder y le prestó sus tercos oídos al sociólogo argentino Norberto Ceresole y a sus recomendaciones contenidas en el libro escatológicamente titulado “Caudillo, Ejercito, Pueblo”, decidió sustituir la estructura social imperante en Venezuela por una nueva entelequia que generaría la comunicación directa del pueblo con su caudillo, debidamente vigilado por el ejercito.
Comenzó anulando todos los cuerpos intermedios de la sociedad que hasta entonces fungían como representantes y medios ductores de la sociedad frente el poder. Sindicatos, gremios, colegios profesionales, universidades, ONG’s e Iglesias fueron objeto de todo tipo de ataques y embestidas para lograr su inhabilitación y cuando esto no se logró por esa vía, el chavismo creó estructuras paralelas casi idénticas pero oficialistas para entorpecer su funcionamiento.
Luego de la entrada en vigencia de la nueva Constitución Nacional de 1999, comenzó el proceso de infiltración y cooptación de las instituciones con el deliberado objeto de lograr su destrucción, incluyendo a los Poderes Públicos, a las Fuerzas Armadas, a los entes policiales, a las Empresas del Estado, a los Institutos Autónomos e, incluso, a los Partidos Políticos de oposición.
Simultáneamente, el desmontaje de los factores productivos se ejecutó mediante expropiaciones y confiscaciones de fincas, empresas, industrias e inmuebles.
A los factores que no pudieron ser dominados, comprados o anulados, se les aplicó la herramienta de penalización de la disidencia buscando su exilio o su prisión. En la actualidad, entre 3 y 5 millones de venezolanos nos encontramos en la Diáspora y varios centenares, sino miles, son presos políticos objeto de torturas y tratos crueles y denigrantes en las mazmorras de la tiranía.
Ante la destrucción casi absoluta del tejido social, del parque industrial, de la trama empresarial, de la economía y de las instituciones, los venezolanos tenemos la obligación moral y constitucional de hacer todo los que en nuestra manos esté para derrocar a la tiranía.
Irónicamente, en la búsqueda de ese objetivo existencial los venezolanos tenemos en frente, como SERENDIPIA, una excelente oportunidad de rediseñar nuestro País:
Unámonos y preparémonos para aprovechar esta única e irrepetible oportunidad y hacer realidad ese nuevo País que todos los venezolanos de bien queremos y merecemos.
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@juanriquezes