Es increíble que hayan pasado 63 domingos consecutivos de represión en Cuba contra las Damas de Blanco en que han sido acosadas y reprimidas un día tan sagrado para muchos. Nadie duda de la opresión del régimen castrista ni su deseo de impedir la libertad de expresión, sin embargo, sus continuas golpizas a mujeres inocentes nos paraliza a todos.
Cada domingo, este grupo de esposas, madres, hermanas, hijas, y otras familiares de presos políticos, marchan pacíficamente con flores blancas por los derechos humanos en nombre de sus seres queridos que languidecen en los Gulags de Castro. En las calles de nuestra comunidad, ellas son alabadas y reconocidas por su compromiso a esta causa. En su patria ellas son detenidas y arrestadas por pelear por su dignidad humana, algo que amenaza a sus represores.
En una Cuba que está sufriendo a causa de los hermanos Castro, las detenciones y arrestos no son suficientes para que una dictadura se vanaglorie del control. La táctica más reciente de los tiranos ha sido rodear a la sede de las Damas para impedir que puedan marchar, para que la comunidad internacional y otros no sepan de la verdadera naturaleza de los crímenes de la dictadura.
Sin embargo, estas mujeres increíbles resisten al régimen y luchan por sus creencias sin importar las fuerzas enfiladas contra ellas. Ellas abogan por esta causa en las calles y por las redes sociales – ellas hacen que sus voces valientes sean escuchadas en la cara de esos que intentan silenciarlas. Aunque saben que cada domingo serán golpeadas, acosadas y frecuentemente encarceladas, ellas se mantienen firmes en su misión.
Las Damas y otros líderes pro-democracia perseveran en su lucha. Ellas continúan sin importar los obstáculos que el régimen brutal de Castro les lanza semana tras semana. Y de nuevo mujeres como Berta Soler, la líder de las Damas de Blanco, han llevado su caso no solo a las calles de Cuba sino alrededor del mundo. Mientras ellas hacen su parte para abogar por libertad en su patria, nosotros debemos extender sus voces. Depende de nosotros si desplegamos el mensaje de las Damas y otros activistas por libertad y democracia en Cuba. Solo si trabajamos juntos es que podemos asegurar que el trabajo de estas mujeres valientes sea conocido en cada rincón del mundo. Espero que algún día Cuba pueda disfrutar de las libertades que nosotros disfrutamos en los Estados Unidos.