martes 3  de  diciembre 2024

Tonterías mundiales

Es indudable que el Campeonato del Mundo que se está celebrando en Brasil nos está dejando momentos de gran fútbol.

Los fanáticos de este deporte estamos de enhorabuena y durante un mes nos estamos dando el lujo de vivir pendientes de los partidos en el televisor, de los resultados y cálculos matemáticos en internet, de discutir con los amigos de otras nacionalidades y de vivir los colores de nuestra selección con más corazón que cabeza. u00a1Qué diablos!

Tenemos derecho a disfrutar de la fiesta del fútbol y a celebrar en libertad los éxitos de los nuestros tanto como a llorar y lamernos las heridas de nuestras derrotas. nSin embargo, como en toda celebración, siempre tiene que haber un aguafiestas que viene a darle la vuelta a lo que realmente es un mundial de fútbol y a buscarle cinco pies al gato.

Voy a enumerar tres ejemplos. Empezaré por mí país, España, cuya selección este año nos ha hecho sufrir a sus seguidores con un juego pobre y una eliminación temprana. Pues bien, a un político del partido Podemos, la nueva fuerza izquierdista de corte castrochavista que ha irrumpido en el Parlamento Europeo, ha pontificado sobre que aquellos que se han disgustado más con la eliminación del equipo de Vicente del Bosque que con los datos del desempleo u201cno tienen corazón u201d. n

Estos nuevos demócratas, que según ellos quieren acabar con la vieja política, vienen con maneras soviéticas decretando -ya no lo que tenemos que pensar- también lo que tenemos que sentir. Y como decía aquel: u00bfQué tendrá que ver el culo con las témporas?

Todavía quedan personas -entre las que me incluyo- capaces de vivir a tope un partido de su equipo y a la vez estar comprometido con los problemas de su país.

nDesde el otro lado de la intolerancia, la señorita Ann Coulter, conocida columnista estadounidense de tendencia ultraderechista se despachaba esta semana con un lamentable artículo en el que hacía gala de su u201codio al fútbol u201d.

Para Coulter, este deporte es nada más y nada menos que antiamericano. Lo considera un juego de liberales, europeos, que puede ser practicado por mujeres y profundamente aburrido.

La opinadora se siente amenazada y segura de que nadie con un bisabuelo nacido en EEUU aguantaría delante de la pantalla viendo el Mundial. Lo siento mucho por ella pero el ascenso del soccer en este país es imparable. Más le vale que vaya estudiando e informándose un poco más si quiere ser una mujer de su tiempo. n

Por último, una evidencia de que Pepe Mujica, el presidente uruguayo, no tiene tanto sentido común como le achacan cuando de su selección se trata.

Con su defensa del vampiro Luis Suárez u2013el de los mordisco reiterados- ha apelado a un rancio nacionalismo que seguro criticaría en el vecino de en frente. Para Mujica, la sanción a Suárez es"una monstruosa agresión, no solo a un hombre, sino también a un país".

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