Cuando ya pensábamos que sólo nos preocuparíamos por la transición energética, la inflación galopante, los robos organizados a minoristas o las venideras elecciones, ahora hay que priorizar los posibles efectos de una nueva variante de COVID-19 bautizada como ómicron.
“Los científicos de todo el mundo todavía trabajan para. reunir información sobre tres métricas esenciales: qué tan rápido se propaga la variante, si puede causar una enfermedad más grave y si pudiera eludir la protección inmunológica”, según detalla la página web de The Atlantic.
En el mundo de las finanzas, los mercados internacionales parecen estar a merced de los laboratorios de todo el mundo, mientras éstos investigan la cepa ómicron.
El tema es importante porque, a pesar de la agenda que pueda tener la Casa Blanca a priori, es indudable que la nueva cepa ejercerá influencia, desatando pasiones en los temas políticos, sociales y económicos y por ende acrecentando las divisiones.
“Ya no son solo republicanos contra demócratas o lo rural contra lo urbano, sexo y raza, fe y etnia …el crisol parece estar hirviendo”, señaló la agencia noticiosa AP sobre la polarización en Estados Unidos.
Y es que la pandemia ha avivado divisiones y disturbios que tocan hasta las instituciones.
Recientemente el presidente Joe Biden opinó sobre dos casos que han dividido al país en las últimas semanas: los juicios de Ryle Rittenhouse, absuelto de matar a dos personas y herir a una tercera durante las protestas sobre racismo y violencia policial, en la ciudad de Kenosha, Wisconsin y, por otro lado, la condena de tres hombres blancos acusados del asesinato de un afroamericano en Brunswick, Georgia
Después de la absolución de Rittenhouse de todos los cargos, considerando que actuó en defensa propia, Biden expresó su preocupación por el veredicto.
Rittenhouse, quien tenía 17 años cuando ocurrió el incidente fatal, había viajado desde Illinois a Kenosha armado con un rifle para "proteger la propiedad privada" durante los disturbios raciales del verano pasado, que enfrentaron a policías y manifestantes.
"Si bien el veredicto en Kenosha dejará a muchos estadounidenses enojados y preocupados, incluido yo mismo, debemos reconocer que el jurado ha hablado ... y tenemos que aceptarlo", comentó Biden en un comunicado.
Durante la campaña electoral en 2020, el entonces candidato presidencial Joe Biden tuiteó un video de Rittenhouse con un rifle y la leyenda: "No hay otra forma de decirlo: el presidente de Estados Unidos se negó anoche a repudiar a los supremacistas blancos en el escenario del debate".
El video estaba destinado a criticar al entonces presidente Donald Trump.
Cuando se le recordó ese momento, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo: "De lo que no voy a hablar ahora es de un juicio en curso ni de los comentarios anteriores del Presidente. Lo que puedo reiterar es que su opinión es que no debemos tener, en términos generales, vigilantes patrullando nuestras comunidades con armas de asalto. No deberíamos tener oportunistas que corrompan la protesta pacífica con disturbios e incendiando las comunidades que dicen representar en cualquier lugar del país."
En contraste, en el caso de los tres hombres blancos condenados por la muerte de Ahmaud Arbery, quien recibió un disparo mientras corría por un vecindario en las afueras de Brunswick el año pasado, Biden pareció sentirse aliviado por la sentencia, cuando sostuvo: “Mientras que los veredictos de culpabilidad reflejen que nuestro sistema de justicia está funcionando, eso por sí solo no es suficiente. En cambio, debemos comprometernos con construir un futuro de unidad y fuerza compartida donde nadie tema a la violencia por el color de su piel”, en alusión a su promesa electoral de temperar las divisiones del país y abordar la injusticia racial.
Durante el juicio de Travis McMichael, Gregory McMichael y William “Roddie” Bryan, condenados por el asesinato de Ahmaud Arbery, de 25 años, hubo matices raciales durante todo el juicio siendo presentado como un linchamiento.
Para Alex Shashkevich, investigador de Stanford, es paradójico que a pesar de que el país ha sido inspiración de muchos movimientos en el mundo sobre raza, política económica, ciencia, religión o derechos humanos, existe una contradicción en lo que sucede internamente, lo que hace a Estados Unidos un lugar fascinante para investigar.