MIAMI.- Beatriz E. Mendoza
[email protected]
@bemendozac
Lleva pocos meses abierto en Miami y el restaurante elcielo, se escribe así todo junto, ya está dando de qué hablar. No hubo gran lanzamiento porque su chef, el joven colombiano Juan Manuel Barrientos, no hace las cosas como los demás. Lo suyo es innovar, por eso se decantó por dejar que “se corriera la voz” y llegó hasta DIARIO LAS AMÉRICAS.
El joven chef colombiano Juan Manuel Barrientos
Al llegar al lugar, ubicado en la planta baja de un edificio en Brickell Avenue con vista al río, nos sorprendió no sólo la decoración ecléctica, donde el tema marino prevalece, sino la iluminación tenue y la esmerada atención.
Si está esperando ver la carta, olvídese de eso. Tire a la basura también todo lo que sabe de restaurantes. Aquí no hay platillos sino “momentos”, que el mesero le anunciará en español o en inglés con un misterio de mayordomo británico y en un volumen de voz como para que no escuchen los de la mesa de al lado. De hecho le recomiendo no mirar mucho alrededor para mantener en vilo la expectativa.
Aunque todos los momentos son comestibles, algunos están pensados para despertar otros sentidos, sea el tacto o el olfato, como el spa, un líquido rosa viscoso que verterán sobre sus manos dejándolas suaves, perfumadas y sin ganas de volver a agarrar el celular en toda la noche.
¿Alguna vez ha comido humo? Pues aquí se lo presentan dentro de una campana de vidrio. Al destaparla deja escapar el gas con aroma a bosque colombiano que al disiparse revela dos tenedores con un exquisito bocado de carne y arroz jazmín con leche de coco.
Nuestro momento favorito fue el crab brulee, un delicioso creme brulee de cangrejo, suave, tierno y gelatinoso como un suflé, decorado con una croqueta de cangrejo y carne del mismo crustáceo marinada en aceite de oliva y limón, una delicia.
No cometa nuestro error de llenarse con el pan de la vida, un delicioso pandeyuca de paprika y albahaca que deberá mojar en una salsa encucado, salteado de tomate y leche de coco, que parece estar decorada por tierra, pero en realidad es polvo de pandeyuca teñido con tinta de calamar.
¿Qué se necesita para gozar de elcielo? Disponer de un mínimo de dos horas, $85 (10 momentos) o $125 (15 momentos) y no preocuparse por cometer el pecado de la gula.
Abierto de lunes a sábado de 7 p.m. a 1 a.m. 31 SE 5th Street, Brickell on the River, Miami. Reservas: 305 755 8840
