La noticia disparó las alarmas en Miami durante el fin de semana: Cuba y Estados Unidos acordaron restablecer el servicio directo de correo, luego de 52 años de ausencia, y eso supone una reorganización de tarifas que podría poner fuera del mercado a quienes han lucrado con el traslado de la paquetería.
El restablecimiento del servicio directo, que actualmente funciona a través de terceros países, se ejecutará en las próximas semanas, según anunciaron los dos países. Primero habrá un período de pruebas y luego una fecha exacta que “se anunciará próximamente”, según expuso la Cancillería cubana.
El plan contempla el uso de los vuelos regulares entre Miami y otras ciudades del país con La Habana, según una nota divulgada por el Departamento de Estado de Estados Unidos, que considera la opción de un servicio postal directo, entre ambos países, como parte de la resolución de la administración de Barack Obama de promover el flujo de información hacia y desde el pueblo cubano.
Es muy temprano para conjeturar sobre los efectos positivos que la medida podría aportar a ambos países y a sus ciudadanos, particularmente a los cubanos residentes en EEUU, que históricamente han pagado altas sumas de dinero por enviar un paquete de regalos a Cuba.
No obstante, si tenemos en cuenta el servicio regular existente entre Estados Unidos y otros países cercanos, a donde enviar paquetería cuesta alrededor de un dólar por libra, podríamos decir que la tendencia del precio a pagar sería muy inferior a los 8 o 9 dólares que los cubanoamericanos pagan hoy.
Sólo falta conocer cuánto afectaría la permanencia de ciertas regulaciones estadounidenses, dadas por el llamado embargo comercial, económico y financiero, así como los usos y maniobras de las autoridades cubanas que tratarán de sacar un provecho económico al restablecimiento del correo.