martes 22  de  octubre 2024
SUS OJOS

Visión limitada por la edad

Según las estadísticas, más de 114 millones de personas en Estados Unidos son víctimas de esta condición ocular

MIAMI.-BELÉN GONZÁLEZ
Especial

La presbicia, también llamada presbiopía y conocida popularmente como “ojo envejecido” o “vista cansada”,  es una condición ocular que implica la incapacidad para enfocar de cerca, como consecuencia de un problema relacionado con la refracción dentro del ojo.

Es un trastorno propio del envejecimiento que se inicia cuando el cristalino va perdiendo su elasticidad, un proceso que se da lentamente con el paso del tiempo y que se evidencia en la mayoría de las personas a partir de los 40 años de edad.

El cristalino es una estructura transparente en forma de lente biconvexo, es elástico y tiene la capacidad de cambiar su curvatura. Está situado detrás del iris y delante del humor vítreo, y su función principal es refractar la luz para enfocar correctamente los objetos que varían en distancia, es decir, que se encuentran tanto lejos como cerca de nosotros.

Nuestros ojos logran enfocar los objetos cercanos gracias precisamente a los cambios en la forma y longitud del cristalino, proceso en el que participan las fibras musculares que lo rodean, pero cuando éste deja de funcionar correctamente, la luz se enfoca fuera de lugar, o sea, detrás de la retina, lo que impacta negativamente en la calidad de nuestra visión.

Se trata de un proceso de deterioro natural, lento e irreversible. Cuando somos niños tenemos la capacidad de pasar rápidamente y con total nitidez del enfoque de los objetos lejanos a otros ubicados a distancias tan cortas como cinco centímetros, porque la elasticidad de la córnea garantiza un ajuste a 20 dioptrías,  medida con la que se expresa el poder de refracción del ojo.

Pero una vez cumplidos los 45 años de edad, aunque en algunas personas este fenómeno puede darse incluso a los 35 años, esa capacidad para ajustar el enfoque disminuye regularmente entre tres y cuatro dioptrías.

Este proceso es continuo y afecta por igual a todos los seres humanos, por eso es considerado parte natural del proceso de envejecimiento. De hecho, según las estimaciones clínicas, entre el 95% y el 100% de las personas mayores de 50 años de edad son víctimas de la presbicia.

Ciertamente algunas personas de este grupo etario pueden leer sin ayuda de anteojos correctivos, ello se debe a que presentan otras condiciones de la visión como miopía o astigmatismo miópico, o a que están desarrollando una catarata que altera la forma del cristalino.

Molesta dificultad

Cuando leer el periódico, revisar el correo en la tableta o enviar un mensaje por el celular se hace difícil, esta condición ocular se ha hecho presente, porque ya no es fácil ver los objetos de cerca.

La lectura se va haciendo cada vez más difícil y de manera instintiva, buscando ajustar el enfoque estiramos los brazos para alejar los textos, un efecto conocido como "síndrome de los brazos largos", y es que solo a más de 33 centímetros se puede ver con cierta nitidez, pero a esa distancia las letras están demasiado lejos para ser identificadas, y la frustración aumenta.

Es un cambio casi repentino porque no nos damos cuenta de lo que está pasando, especialmente si considerábamos que nuestra visión era perfecta y veíamos todo con absoluta nitidez.

Algunas personas pueden experimentar además fatiga visual y dolor de cabeza como resultado del esfuerzo adicional al que someten sus ojos, y estos síntomas se acentúan en condiciones de baja luminosidad.

Anteojos como condena

La presbicia no tiene cura, tampoco puede prevenirse, pero sí puede corregirse. Las gafas, anteojos o espejuelos son la formas más simples y seguras, se trata de lentes convexos con una graduación que oscila habitualmente entre una y tres dioptrías, y que permiten al paciente leer con claridad a una distancia de 33 centímetros. 

Otra opción es someterse al sistema denominado monovision, que consiste en  corregir un ojo para que se concentre en la visión lejana y el otro para que se ocupe de la visión cercana. Este procedimiento precisa de un periodo de adaptación cerebral y en ocasiones puede interferir con la percepción de profundidad.

Entre las posibilidades para palear la presbicia está también el uso de lentes intraoculares que se colocan en el ojo, a través de una intervención quirúrgica que sustituye el cristalino deteriorado.

La intervención consiste en extraer el cristalino,  a través de una pequeña herida de un milímetro y medio de diámetro, que puede realizarse con bisturí o técnica láser, para posteriormente colocar el dispositivo intraocular. Es un procedimiento usual en pacientes operados de catarata, que presenta como desventajas la aparición de destellos luminosos y la presencia de ciertas dificultades con la visión nocturna.

Datos interesantes

  • El ojo humano no cambia de tamaño a medida que envejecemos.
  • En promedio parpadeamos unas 17 veces por minuto.
  • Nuestros ojos mantienen una constante actividad microsacádica para evitar que las imágenes no se borren o desenfoquen.
  • Una visión de 20/20 significa que puede ver a una distancia de 20 pies.
  • Todos percibimos las imágenes al revés cuando las vemos y el cerebro se encarga de voltearlas.
  • Nuestros ojos no puede percibir el color rojo. El cerebro tiene que combinar los verdes y amarillos para crear el rojo que “vemos”.
  •  Si sus ojos son azules, usted comparte un ancestro común con todas las otras personas con el mismo color de ojos en el mundo.
  • El globo ocular de las personas con presbicia es más corto que el promedio.

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