domingo 24  de  marzo 2024
PAÍS EN CRISIS

El chavismo le declara la guerra a la empresa privada

La ausencia de dólares para comprar materias primas, los controles de precios y el ausentismo laboral, están matando lentamente a la industria privada venezolana 

Lolybel Negrín Pantoja
Especial DLA 

CARACAS. El 2014 y lo que va del 2015 ha sido un año difícil para los empresarios e industriales venezolanos pues se han tenido que enfrentar a un sistema económico que es hostil con la empresa privada. Al retraso en la asignación de los dólares -que sólo los otorga el Gobierno- para la compra de materias primas, indispensables para la producción de bienes y servicios, se ha sumado a la lista de males que aquejan a las empresas, los excesivos controles de precios, que ha hecho que más de una empresa tenga que producir a pérdidas y el ausentismo laboral.

En este escenario económico muchas industrias y comercios privados se encuentran a punto de cerrar sus puertas porque “hay un retraso en la liquidación de las divisas está afectando la operación de las empresas”, según dijo Francisco Martínez, vicepresidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras) a DIARIO LAS AMÉRICAS.

Al no recibir los dólares que se necesitan para la importación de materias primas, muchas industrias han tenido que consumir el poco inventario que les resta y otras están paralizadas, por tener maquinaria dañada y carecer de las divisas para importar los repuestos que requieren.

Crece el ausentismo

Aunado a este panorama desolador, las empresas se enfrentan “al retardo en la revisión de los precios, además hay un incremento del ausentismo laboral, que está por el orden del 81% en la dinámica productiva y experimentan un nuevo fenómeno, denominado presentismo, que son los trabajadores que van a los puestos de trabajo, pero realmente no trabajan”, señaló Martínez. Todos estos elementos “están afectando la productividad de los negocios”.

Desde el año 2002 hasta el presente, el Gobierno chavista- a cargo primero del fallecido presidente Hugo Chávez y posteriormente de Nicolás Maduro- instauró el decreto de “inamovilidad laboral”, mediante el cual se prohíbe el despido de cualquier trabajador sin el consentimiento de las Inspectorías del Trabajo. Este hecho influye directamente en el ausentismo y el presentismo laboral.

Anaqueles vacíos

En una economía donde se importa el 50% de los alimentos, el 60% de las medicinas que se consumen y el 56% de las materias primas que se necesitan para producir bienes -según datos de Fedecámaras- el que el Gobierno haya cancelado solamente el 77% de las divisas que necesita el sector de alimentos -en lo que va del año 2015- y algunos sectores económicos no hayan recibido divisas desde el año 2014, es una situación grave, y que pone en riesgo la existencia de productos básicos en el mercado venezolano, en los próximos meses.

A juicio de Francisco Martínez, si no se revierte la falta de liquidación de divisas, el control de precios y el tema laboral, “mientras no se ataquen estos tres elementos a fondo, es muy difícil superar el tema del abastecimiento”.

Por otro lado, según declara Jorge Roig, presidente de Fedecámaras, en una entrevista al diario regional El Impulso, en los últimos 10 años se han perdido 4.600 industrias, de un universo de 11.400 que existían al inicio del gobierno chavista, de acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Lo que nos ofrece una radiografía de lo que ha significado el modelo económico del socialismo del siglo XXI, en términos de la caída de la producción venezolana, la pérdida de empresas privadas y con ellas el empleo formal.

Muchos expertos han recomendado que la economía venezolana supere su dependencia de la renta petrolera y cree condiciones macroeconómicas favorables, para poder crecer, sin embargo, el modelo económico impuesto por Hugo Chávez, no sólo ha profundizado la dependencia del petróleo, (pasando de representar un 80% de las exportaciones de Venezuela en 1999, a un 96% en 2013) si no que ha favorecido la economía informal, y los buhoneros (vendedores informales) frente al comercio formal.

En los próximos meses veremos una crisis económica más pronunciada si estos problemas, señalados por los especialistas, no se corrigen.

 

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