Agresiones, contraataques, muertes y destrucciones que ponen al Medio Oriente y el mundo al borde de una gran guerra
Cerca de Be'eri 364 personas fueron asesinadas y cientos más heridas por soldados de Hamás.
JESÚS HERNÁNDEZ / DLA EEUU preocupado por la fecha de la matanza en Israel, el 7 de octubre, de alto impacto sicológico para israelíes.
JESÚS HERNÁNDEZ / DLA
Soldados israelíes en un túnel que, según el ejército, Hamás utilizó para atacar el cruce de Erez en el norte de la Franja de Gaza, el viernes 15 de diciembre de 2023.
AP/Ariel Schalit Afiche reclama liberación de una de las secuestradas
Jesús Hernández Familiar de una de las jóvenes asesinadas por Hamás honra su memoria.
JESÚS HERNÁNDEZ / DLA Soldados israelíes descansan tras entrenamiento cerca de la frontera de Gaza.
JESÚS HERNÁNDEZ / DLA El humo se eleva tras un ataque israelí contra localidades cercanas a la ciudad de Tiro, en el sur del Líbano, el 29 de septiembre de 2024.
Kawnat HAJU / AFP El régimen iraní realiza lanzamiento de un misil durante un ejercicio militar en el sur del país.
AP/ARCHIVO MIAMI.- Han pasado 12 meses del barbárico ataque de la milicia terrorista Hamás a comunidades judías cercanas a Gaza, e Israel entra en una nueva fase de confrontación con Hezbolá e Irán que, de incrementarse, podría poner al Medio Oriente y el mundo a las puertas de una gran guerra.
El 7 de octubre de 2023 Hamás asesinó a 1.139 personas, hirió alrededor de 1.000 y secuestró a 251 que fueron llevados como rehenes a Gaza, entre ellos 30 niños.
De los 251 israelíes secuestrados, 101 permanecen aún en cautiverio sin prueba de vida.
Al menos 44 países calificaron entonces de terrorismo el despiadado hecho, mientras otros culparon a la ocupación israelí de territorios palestinos como la causa fundamental de la agresión armada.
Lior Blau, vecino de Jaffa y testigo de la creación del Estado de Israel en 1948 cuando era un adolescente, cree en el derecho del pueblo palestino a tener su país y pide que su pueblo judío también tenga el suyo.
Blau declaró a DIARIO LAS AMÉRICAS: “La ONU nos otorgó este territorio hace más de 70 años, al igual que otro a los palestinos, porque históricamente nos pertenece. Pero al otro día de la celebración, los países árabes vecinos nos invadieron, y nos liberamos, porque no querían ver un estado judío en su traspatio. Y desde entonces hemos tenido que librar una batalla perenne contra ataques y terrorismo”.
En Belén, Abdul dirige uno de los tantos grupos palestinos que juran lealtad a Dios y la tierra que aseguran es solo suya.
“Que se larguen. Que se vayan a otro lugar”, contestó.
Hoy, un año después de la matanza del 7 de octubre, el impacto sicológico y el secuestro continúa haciendo mella en el diario vivir de los israelíes.
“La masacre del 7 de octubre dejó una herida profunda en Israel. Miles enfrentan ansiedad y estrés postraumático, el trauma intergeneracional resurge y el sistema de salud mental colapsa. Mientras tanto, la solidaridad y la unidad nacional se fortalecen en medio del dolor”, declaró a DIARIO LAS AMÉRICAS el especialista en asuntos del Medio Oriente y exfiscal de Israel Mookie Tenembaum.
Israel desató una ofensiva militar contra Hamás tras el 7 de octubre que prácticamente inmovilizó la fuerza beligerante de los terroristas.
Decenas de túneles que conformaban el vasto laberinto subterráneo de Hamás, donde escondían armamentos y albergaban centros de mando, fueron destruidos.
También escuelas y hospitales fueron bombardeados, donde Israel asegura radicaban destacamentos terroristas.
Entretanto, el mundo mira sorprendido la destrucción y las muertes en Gaza. Hasta la fecha, según datos del gobierno gazatí, hay más de 41.000 muertes, incluyendo cerca de 20.000 terroristas.
Acorde con una encuesta del respetado Pew Research Center, el 73% de los encuestados aprueba, de una manera u otra, la respuesta israelí contra Hamás.
También tras la arremetida de Hamás el 7 de octubre y la fuerte respuesta militar israelí en Gaza, el grupo terrorista Hezbolá, que visiblemente opera desde el Líbano bajo el brazo y el soporte bélico de Irán, reanudó sus ataques a Israel casi a diario, con morteros y misiles, lo que obligó al Gobierno israelí a evacuar unos 70.000 civiles de la zona norte del país.
Acorde con datos del Gobierno israelí, Hezbolá ha lanzado más de 9.500 proyectiles de diversos calibres en los últimos 12 meses, la mayoría interceptados por el sistema de defensa de Israel, y ocasionado la muerte a unos 50 civiles y herido unos 200.
En julio, un misil fabricado en Irán fue lanzado por Hezbolá desde el Líbano y acabó con la vida de 12 menores israelíes drusos que jugaban fútbol.
Ahora, la incursión militar israelí en el Líbano suma un saldo devastador para Hezbolá con altos dirigentes y subalternos eliminados, inclusive el máximo jefe Hassan Nasrallah, depósitos de misiles y municiones destruidos, así como cientos de libaneses muertos que el Gobierno libanés afirma eran civiles.
En Irán, donde impera una república islámica teocrática basada en los principios religiosos del islam chií, el ímpetu imperial milenario de los persas parece seguir vivo.
Aparte de los conflictos y maniobras de Irán en países árabes para influir en ellos, el régimen de Teherán no renuncia a su deseo de acabar con Israel.
Acorralado por medio mundo, tras la imposición de sanciones económicas de la ONU producto de su escalada por construir bombas atómicas, Irán cuenta con un importante arsenal militar que acumuló en años recientes.
Tal como anunció que haría, Irán atacó a Israel el 1 de octubre con unos 200 misiles balísticos, y aunque la mayoría fue interceptada por el escudo defensivo israelí y no ocasionó muertes sí conmovió al país hebreo y causó daños menores.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró que "Irán cometió un gran error y lo pagará". Y añadió: "Quien nos ataque, nosotros lo atacaremos".
“Hoy, más que nunca, las fuerzas de la luz en el mundo deben unirse y trabajar juntas contra el oscuro régimen de los ayatolás, que es la fuente del terror y el mal en nuestra región. Deben estar del lado de Israel. La elección nunca ha sido más clara entre tiranía y libertad”, apuntó.
Por otra parte, Irán advirtió a Israel y a Estados Unidos contra cualquier reacción a su ataque con misiles contra el Estado judío.
El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Khamenei, señaló que contestaría con un ataque “más fuerte y doloroso”.
La escalada bélica en Medio Oriente sucede en tiempo de elecciones presidenciales en Estados Unidos, lo que podría condicionar cualquier reacción de Washington.
El Gobierno estadounidense reafirma el derecho de los israelíes a defenderse de agresiones y apoya la intensión de los israelíes de replicar el ataque de los iraníes, aunque “proporcionar”, o sea comedido, y no avala un ataque directo a instalaciones nucleares porque podría desencadenar en un conflicto mayor.
El presidente estadounidense, Joe Biden, habló con los mandatarios de países que conforman el G7 (Francia, Canadá, Japón, Gran Bretaña, Italia y Alemania) y aseguró que todos coincidieron en que Israel tiene derecho a responder "proporcionalmente" al ataque militar de Irán.
Ante la pregunta de un reportero si respaldaría que Israel atacara sitios nucleares iraníes, Biden señaló: "La respuesta es no".
La candidata presidencial demócrata, Kamala Harris, enfatizó: "Como he dicho, siempre me aseguraré de que Israel tenga la capacidad de defenderse contra Irán y las milicias terroristas respaldadas por Irán. Mi compromiso con la seguridad de Israel es inquebrantable".
Por otra parte, el expresidente y candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, comentó durante un mitin en Wisconsin: "Piensen en esto como si dos niños pelearan en el patio de una escuela, a veces hay que dejarlo pasar un poco. Esto no sucedería si yo fuera presidente”.
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