MIAMI.- En el contexto de la visita a Cuba de Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea, 15 protagonistas de actos de desobediencia civil que permanecen en las cárceles del país, se plantaron en huelga de hambre para protestar por los malos tratos y las pésimas condiciones de las prisiones. También denunciaban la represión y acoso por parte del régimen contra sus familiares.
¿Quiénes son los 15 presos?
Según el grupo Cuba de Luto, la lista de presos en huelga de hambre durante la visita de Borrell incluía a José Rodríguez Herrada, Roberto Pérez Fonseca, Aníbal Yasiel Palau Jacinto, Maikel Puig Bergolla, Duniesky Ruiz Cañizares, Juan Enrique Pérez Sánchez, Manuel Velázquez Licea, Lidier Ramón Hernández Urbita, Nilo Abrante Santiago, Yasiel Martínez Carrasco, Carlos Ernesto Díaz González, Abel Lázaro Machado Conde, William Valera Suárez, Deyvis Javier Torres Acosta y Yosvany Rosell García Caso. Este último actualmente se está recuperando de la prolongada huelga de hambre que realizó desde el 11 de mayo hasta el 2 de junio de 2023 en la prisión en Cuba exigiendo su libertad tras ser arrestado por las protestas del 11 de julio de 2021. Esta no fue su primera huelga tras su condena a 20 años de privación de libertad por el delito de sedición.
Josep Borrell, a pesar de las expectativas de los familiares de los manifestantes en reclusión, poco se refirió a la crisis de derechos humanos en la Isla. Borrell, que se dedicó a reunirse con empresarios y a comer pastel de guayaba y jugar dominó, ni siquiera entregó una lista de presos políticos al régimen, si bien las organizaciones Justicia 11J y Prisoners Defenders (PD) llevan registro público de las detenciones por motivos políticos en Cuba.
De acuerdo con Justicia 11J, en la Isla hay 1.839 presos políticos relacionados con las protestas del 11J en adelante.
En 2021, el Parlamento Europeo instó al régimen de La Habana a “liberar de inmediato” a los presos políticos, una solicitud que no se ha cumplido hasta hoy. Las alarmas siguen sonando ante los pronunciamientos de Suecia, cuyo ministro de Comercio Exterior, Johan Forssell, señaló a inicios de mayo en una respuesta oficial al diputado Björn Söder, que “hay razones” para revisar la política de la UE hacia Cuba.
Sin embargo, desde diciembre de 2021 -solo cinco meses después de las protestas del 11J- durante un encuentro con integrantes de la procastrista Caravana de Pastores por la Paz el gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel, negó que hubiera presos políticos en la Isla. “No hay presos políticos en Cuba”, afirmó.
Antes de su visita oficial a Cuba, Amnistía Internacional, Human Rights Watch, Civil Right Defenders y cinco organizaciones más defensoras de los derechos humanos, enviaron al Alto representante una carta, que se hizo pública el 22 de mayo, instándole a él y a los estados miembros de la UE, que abordaran la crisis de derechos humanos de Cuba durante el tercer Consejo Conjunto Cuba-Unión Europea, en La Habana.
El Alto Representante de la UE criticó las sanciones de Estados Unidos y la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores de terrorismo, del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Asimismo, se reunió con emprendedores en Cuba y dio varios discursos, pero dedicó apenas un párrafo críptico a la situación de los derechos humanos en la Isla. “Hay cosas que la gente debería tener, aunque no las pueda pagar: los derechos. Hace falta buscar el equilibrio entre libertades fundamentales, iniciativa privada, equidad fiscal, acción del Estado y acción económica individual. La UE está aquí para ofrecerles nuestra cooperación”, escribió.
Su somera alusión a los “derechos” que ni siquiera apellidó no hizo sino acentuar el descontento entre líderes y organizaciones de la sociedad civil y, en particular, entre familiares de presos políticos. Solo después de las críticas que recibió de la Eurocámara por los resultados de la visita, es que Borrell ha dicho a la prensa que un miembro de su equipo tuvo reuniones en La Habana con familiares de presos políticos, pero parece que sus declaraciones llegaron demasiado tarde. Algunos familiares de estos últimos, que son los depositarios de las acciones del régimen, tuvieron reacciones enconadas: entre otros calificativos, llamaron a Borrell “hipócrita” y “cómplice” de una dictadura “que encarcela y tortura a personas inocentes, que tiene a un pueblo sumido en dolor y miseria, que tiene más de 1.200 presos políticos sufriendo en celdas frías. Familias separadas. Niños sufriendo sin sus padres”. Así lo expresó Betty Perdomo en nombre de su familia: “Usted se está burlando del dolor de Cuba. Se está burlando del dolor de los presos de Castro”.
*Para acceder a una versión extendida de este artículo consulte la web de la revista independiente cubana YucaByte, especializada en tecnología:
Entre guayaba y dominó, los presos políticos que Borrell ignoró (yucabyte.org)