En medio de la devastación causada por el fuerte huracán Melissa, que ha dejado al descubierto la pobreza estructural del país, el monseñor Dionisio García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba, afirmó en la eucaristía de este domingo que "lo que necesitamos es tanto que no se puede contabilizar".
"Si me preguntan qué necesitan, yo les diría que todo. Porque nuestro pueblo está pasando momentos muy difíciles de pobreza, de escasez y, en muchos casos, de miseria. Todo hace falta. Desde medicinas hasta alimentos, todo", dijo, reseña el porta web Diario de Cuba
"Te presentamos a las madres que luchan por alimentar a sus hijos, a tantos que no se cansan de buscar medicinas para sus enfermos, a los familiares de los presos que sueñan con verlos regresar algún día sanos al hogar, a los trabajadores que intentan brindar a sus seres queridos una casa digna, a los que lloran la emigración de esposos, hijos o nietos, a amigos, compañeros de trabajo, a los que sufren la violencia y el robo, a los que soportan tantas carencias materiales y espirituales, a tantas madres que en este momento están sufriendo los destrozos del huracán", enfatizó el líder religioso.
"Las cosas materiales ayudan, pero no resuelven. Ayudan y resuelven un poco, pero lo más importante es encontrar la seguridad y la esperanza en el corazón", dijo, al tiempo que afirmó que "muchas veces las ayudas que parecen más grandes, en realidad son ayudas queridas y agradecidas, pero siempre son muy limitadas, siempre".
Así, destacó que "la Iglesia no recibe dinero, la Iglesia recibe recursos. Y esos recursos trata de repartirlos con la mejor disposición, tratando de llegar a los más necesitados, y aquí todo el mundo es necesitado". Al hilo de lo anterior, dijo a los presentes en la Basílica Santuario de Nuestra Señora de la Caridad: "Pongamos las condiciones objetivas para que el pueblo sepa levantarse con sus esfuerzos, con su trabajo".
Asimismo, destacó que esta crisis no es solamente un elemento de la naturaleza. "Es un elemento puesto por nosotros los hombres, que no hemos sabido hacer una sociedad justa, una sociedad en la que todos podamos, como dice la segunda carta, trabajar por el bien, cada uno luchar en lo que pueda, en lo que pueda para su propio bien y para el bien de los demás", resaltó.
En tal sentido, subrayó: "Tenemos que buscar entonces una sociedad en la cual el trabajo del hombre sea de tal manera, se apropie el hombre de tal manera de él, que cuando tenga situaciones difíciles como la nuestra, sepa a quién acudir, sepa dónde buscar, sepa aquello que tengo yo, trabajado y guardado, y que esté allí, que yo no dependa de nadie para que me den".
"Quisiera agradecer tanto gesto de solidaridad humana, cercana, de familia, de vecinos, con ciudadanos nuestros y otras personas que están dispuestos y están ayudando a nuestro pueblo en este momento difícil", agregó
Mientras el régimen cubano pide "paciencia", habla de "coraje" y se muestra entre consignas cuidadosamente captadas por la prensa oficial, la realidad del oriente de la Isla es de emergencia humanitaria. En tal sentido, se ha movilizado la sociedad civil, con un rol preeminente de la Iglesia Católica. Así, la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba informó este viernes que gestiona el envío de cuatro aviones con ayuda humanitaria para los afectados por el huracán Melissa.
La Unión Eléctrica (UNE) y ETECSA reportó avances parciales advirtiendo que la falta de fluido eléctrico limita la puesta en servicio de sus radiobases, con daños graves en infraestructura física como seis torres y más de 1,000 postes afectados.
Los sectores de la Salud y la Educación también fueron fuertemente golpeados. El informe oficial detalla que 461 instalaciones de salud, incluyendo hospitales y farmacias, sufrieron daños, manteniendo la atención médica y psicológica activa en los centros de evacuación. En Educación, se contabilizan 1,552 centros escolares dañados, de los cuales cerca de 200 han sido recuperados. El retorno a clases será asimétrico, según anunció la ministra Naima Trujillo Barreto. Asimismo, la agricultura registró la pérdida de 78,700 hectáreas de cultivos, con más de la mitad de las afectaciones concentradas en plantaciones de plátano, además de impactos en el café en zonas montañosas.
Por su parte el economista Pedro Monreal advirtió sobre las proyecciones a largo plazo, señalando la baja resiliencia socioeconómica preexistente como la variable crítica para la recuperación. El experto indicó que el alto nivel de pobreza y la limitada protección financiera de la población en Cuba podrían convertir la crisis actual en un "retroceso socioeconómico multisecular para amplios sectores". Monreal citó evidencia empírica de otros eventos caribeños, donde la falta de ahorro, seguros y remesas condujo a demoras prolongadas en la recuperación del Producto Interno Bruto per cápita y en los niveles de vida.
FUENTE: Con información de Diario de Cuba