Como reacción, el gobierno israelí acusó a Colombia de estar del lado de Hamás. Según la Cancillería colombiana, los funcionarios diplomáticos que se encuentran en Israel regresarán al país y los ciudadanos colombianos en Israel y el territorio palestino recibirán asistencia en la sección consular de la embajada en Tel Aviv.
Ambos países establecieron relaciones diplomáticas en 1957 y desde entonces han firmado decenas de acuerdos e instrumentos en asuntos políticos, económicos -incluido un tratado de libre comercio-, de educación y cooperación técnica. Sin embargo, la relación más estrecha es la militar.
Aunque no es el primer país de Latinoamérica que rompe relaciones con Israel, la decisión de Colombia abre dudas sobre cómo afectará a la capacidad en materia de seguridad de sus fuerzas militares para combatir a los grupos armados ilegales, dados los acuerdos que el país mantiene con Israel para la adquisición y mantenimiento de aeronaves y armas.
Bolivia, que tomó la misma decisión en octubre pasado, no dependía de Israel en ese aspecto, en el que está más cerca de Irán.
The Associated Press explica en qué consiste la relación entre Colombia e Israel y cómo podría afectar por la ruptura diplomática.
Gustavo Petro/AFP
El presidente de Colombia, Gustavo Petro.
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La cooperación de Israel con Colombia
Colombia cuenta con unos 22 aviones modelo KFIR, cazabombarderos de fabricación israelí, que forman parte de la flota de ataque y defensa aérea del país desde la década de 1980. Los militares colombianos también usan fusiles Galil calibre 5,56 mm. de fabricación israelí y de los que Colombia adquirió los derechos para su fabricación y comercialización.
A eso, se suman convenios de ciberseguridad, inteligencia y material militar para la protección de fronteras.
La vida útil de los KFIR se acerca a su fin y requieren mantenimiento para conservarlos operativos. Aunque Colombia ha recibido ofertas para reemplazarlos de países como Francia, Suecia y Estados Unidos, no se ha concretado ningún acuerdo hasta ahora. El ministro de Defensa, Iván Velásquez, indicó al Congreso el martes que sólo se activará el proceso de adquisición si el presidente así lo decide.
La Fuerza Aérea Colombiana ha justificado que Israel Aerospace Industries LTD (IAI), domiciliada en Israel, es el proveedor exclusivo para los KFIR.
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Según el comunicado del Ministerio de Exteriores colombiano, el entrenamiento tiene como objetivo "reflejar el compromiso, las buenas relaciones y el trabajo en conjunto entre los ejércitos de Colombia y EEUU, capacitándolos en operaciones estratégicas, médicas y tácticas"
Europa Press
Además de los KFIR israelíes, Colombia tiene problemas con parte de la flota de MI-17, helicópteros de fabricación rusa utilizados para abastecimiento y movimiento de tropas, que están en tierra por falta de mantenimiento, debido a que se suspendieron los contratos con empresas rusas a raíz de la guerra con Ucrania, según el gobierno.
Contratos vigentes entre ambos países
Ni el gobierno colombiano ni el israelí han precisado los alcances del rompimiento de relaciones. La Cancillería de Colombia indicó en un comunicado que “todas las comunicaciones relacionadas con este anuncio se harán por los canales oficiales establecidos y no tendrán carácter público”.
Al ser consultada por la AP, la Embajada israelí en Bogotá declinó dar declaraciones sobre el asunto y la Cancillería colombiana no respondió de momento.
Sin embargo, un día antes del anuncio de Petro sobre la ruptura de relaciones, el ministro de Defensa explicó al Congreso que los contratos vigentes con Israel se van a cumplir. Entre ellos, los de mantenimiento y soporte logístico a los aviones KFIR, así como el de sistemas de misiles Barak, que incluye un contrato de 131 millones de dólares con vigencia hasta 2026.
Velásquez agregó que buscan “diversificar” los proveedores para evitar depender de Israel, por lo que conformaron un comité de “transición” para la sustitución y diversificación de las capacidades del sector, así como el desarrollo de un fusil calibre 5,56 mm. por parte de la Industria Militar Colombiana que buscan convertir en la principal arma de dotación en reemplazo de los Galil.
¿Qué pasará con los acuerdos?
Para el general retirado Guillermo León, excomandante de la Fuerza Aérea Colombiana, las capacidades se afectarán tanto si Colombia rompe definitivamente la cooperación y suspende los contratos, como si cumple con los contratos vigentes, pero se niega a firmar nuevos.
“Al final de año se acaba el mantenimiento y los repuestos y a partir de ahí la flota, de manera acelerada, entraría en una condición donde ya no tendríamos cómo sostenerla... Este año se retiraron tres aviones de servicio por cumplimiento del ciclo de vida útil”, indicó León a la AP.
En el caso de los fusiles Galil, agregó el excomandante, habrá afectación porque aunque se fabrican en Colombia, se exportan de Israel partes específicas como el cañón.
El alcance del rompimiento de relaciones es incierto, especialmente porque anteriores anuncios sobre materia de seguridad no frenaron del todo la cooperación en seguridad.
Israel informó en octubre que detendrá las exportaciones en seguridad a Colombia, luego que Petro comparara las acciones de Israel en la Franja de Gaza con los campos de concentración nazis. En febrero, Petro anunció la suspensión de la compra de armas a Israel. Sin embargo, según el Ministerio de Defensa colombiano, las tensiones no han provocado la terminación anticipada de los contrarios, sino la suscripción de nuevos.
Las dos países tampoco especificaron si el rompimiento diplomático significará un cambio en la relación comercial. Sin embargo, hay en juego un Acuerdo de Libre Comercio que entró en vigor en 2020 y que implica ventajas arancelarias de las exportaciones.
Colombia exporta a Israel carbón, café, flores, dulces y piezas para aviones y helicópteros. Según el Ministerio de Comercio colombiano, el año pasado las ventas a ese país llegaron a los 499 millones de dólares, lo que representó una caída del 53% frente al año anterior.
Por otro lado, Colombia compra a Israel máquinas, material eléctrico, plásticos y sus materias primas, abonos y manufacturas. En 2023, las importaciones desde ese país representaron 90 millones de dólares, un 54% menos con relación al 2022.
FUENTE: AP