CIUDAD DEL VATICANO.- Los 33 obispos de la Conferencia Espiscopal de Chile (CECH) presentaron este viernes su renuncia conjunta al papa Francisco, en el marco del escándalo de abusos sexuales contra menores que golpeó a la Iglesia del país latinoamericano.
Los obispos, que se reunieron durante tres días con el pontífice en el Vaticano, pidieron también perdón a las víctimas en un comunicado difundido este viernes El escándalo se centra en los abusos a menores cometidos por el sacerdote Fernando Karadima y su presunto encubrimiento por parte de otros miembros del clero.
"Queremos anunciar que todos los obispos presentes en Roma, por escrito, hemos puesto nuestros cargos en las manos del Santo Padre para que libremente decida con respecto a cada uno de nosotros", confirmaron en el texto. Es ahora el papa quien debe decidir sobre su destino.
"Queremos pedir perdón por el dolor causado a las víctimas, al Papa, al Pueblo de Dios y al país por nuestros graves errores y omisiones", agregó la nota, que agradece "a las víctimas por su perseverancia y su valentía, a pesar de las enormes dificultades personales, espirituales, sociales y familiares que han debido afrontar, tantas veces en medio de la incomprensión y los ataques de la propia comunidad eclesial".
El encuentro del papa con los 33 obispos de la CECH, en el que participó también el cardenal emérito Francisco Javier Errázuriz, se inició el pasado martes. Entonces, Francisco les entregó a cada uno un documento de diez carillas con fuertes críticas por la falta de acción ante las denuncias de abusos a menores por parte de miembros del clero.
"La remoción de personas no alcanza" para reparar el "escándalo", les señala en parte el documento al que tuvo acceso el canal 13 de la televisión chilena. Además, el papa los llamaba a reflexionar, señalando que los hechos han producido una "herida abierta, dolorosa", pero que "ha sido tratada con una medicina que, lejos de curar, parece haberla ahondado más en su espesura y dolor".
Karadima, hoy de 81 años, fue sancionado en 2011 por la Santa Sede a un retiro de por vida de sus funciones por los delitos cometidos entre 1980 y 1995, según acreditó más tarde la Justicia chilena, que no pudo aplicarle ningún castigo porque los hechos ya habían prescrito.
Por encubrimiento se ha visto afectado sobre todo Juan Barros, actualmente el obispo de la diócesis de Osorno, a quienes las víctimas acusan de haber tapado los abusos e incluso de haberlos presenciado.
El inédito encuentro con los obispos tuvo lugar después de que el pontífice conociera los informes elaborados por el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, enviado a Chile en febrero pasado para investigar la presunta complicidad del Barros y de otros miembros de la Iglesia sobre los abusos de Karadima.
"Mis enviados (a Chile) han podido confirmar que algunos religiosos expulsados de su orden a causa de la inmoralidad de su conducta y tras haberse minimizado la absoluta gravedad de sus hechos delictivos, atribuyéndolos a simple debilidad o falta moral, habrían sido acogidos en otras diócesis e incluso, en modo más que imprudente, se les habrían confiado cargos diocesanos o parroquiales que implican un contacto cotidiano y directo con menores de edad", señaló.
Además, el pontífice dijo sentir "vergüenza" por las revelaciones que "certifican presiones ejercidas sobre aquellos que debían llevar adelante la instrucción de los procesos penales o incluso la destrucción de documentos comprometedores por parte de encargados de archivos eclesiásticos, evidenciando así una absoluta falta de respeto por el procedimiento canónico y, más aún, unas prácticas reprobables que deberán ser evitadas en el futuro".
El periodista Juan Carlos Cruz, una de las tres víctimas de Karadima que hace poco más de dos semanas fue invitado por Francisco al Vaticano, celebró la declaración.
"Los que más han hecho daño y los que más nos han hecho doler, sufrir y fregarnos la vida han sido los obispos. Entonces, por eso, me alegro tanto la carta que escribió el papa", señaló Cruz a medios locales. "Ese es el papa con el que yo estuve horas y horas en el Vaticano conversando Ese es el papa que yo vi, no el que me pintaban ellos que era alejado", agregó.
"Por dignidad, justicia y verdad: váyanse todos los obispos. Delincuentes. No supieron proteger a los más débiles, los expusieron a abusos y luego impidieron justicia. Por eso, solo merecen irse", declaró por su parte el filósofo José Andrés Murillo, otra de las víctimas invitadas. La tercera fue el médico James Hamilton.
FUENTE: dpa