viernes 16  de  mayo 2025
COMUNICADO

Consejo para la Transición Democrática en Cuba y el proyecto Asambleas Ciudadanas

Con las dificultades, obstáculos y desafíos propios de la realidad cubana, este proyecto de Asambleas Ciudadanas ha sido exitoso

Por REDACCIÓN/Diario Las Américas

Una sociedad en apuros debe aprender a vestirse despacio. Sus urgencias son el reflejo de grandes problemas acumulados, cuyo principio de solución exigen profundidad, determinación, disciplina y el uso privilegiado de la razón e inteligencia colectivas. La sabiduría viene siempre en auxilio de estos momentos de urgencia. Ella nos dice que la prisa no es elegante. E ineficaz, agregaríamos.

Las urgencias cubanas han revelado un problema crucial: la crisis de ciudadanía. Fue por eso que durante los últimos años la Red de Líderes y Lideresas Comunitarios, desde el Consejo para la Transición Democrática en Cuba (CTDC), desarrolló un proyecto discreto, dentro de diferentes comunidades, de Asambleas Ciudadanas que, siguiendo el modelo de democracia deliberativa, afrontaron los dilemas asociados a la crisis de participación ciudadana autónoma que está en la base del régimen totalitario y autocrático en Cuba.

En una progresión creciente, llegamos a la altura de 2024 a 105 familias, nucleares y por afinidad, que adoptaron, adaptaron y establecieron Asambleas Ciudadanas como espacio de deliberación en las que se conversó sobre temas que golpean a la ciudadanía: la falta de alimentos, de medicamentos y servicios básicos como agua, transporte, electricidad, salud y calidad educativa. A los que se suman el tema de la creciente violencia en el país y la falta de libertades que imposibilitan el ejercicio, el desarrollo y la autonomía ciudadana.

Estas necesidades y demandas, junto a la conversación sobre opciones y alternativas de reforma y cambio, llevaron a una Agenda Ciudadana, en desarrollo, con cinco puntos cruciales y compartidos:

  • La necesidad de una reforma económica y social que devuelva el protagonismo económico y social a la ciudadanía y a las comunidades.
  • La necesidad de una amnistía política, social y económica, y de poner fin a la criminalización de nuestros derechos constitucionales y humanos.
  • La creación de redes comunitarias contra la violencia.
  • El empoderamiento cívico de los ciudadanos, a través de la Certificación Acreditativa de la Condición de Elector, que es imprescindible para apoyar propuestas de cambios legales y constitucionales y,
  • La ilegitimidad cultural, social y política del artículo 5 de la Constitución vigente, y su consiguiente reforma.

Con las dificultades, obstáculos y desafíos propios de la realidad cubana, este proyecto de Asambleas Ciudadanas ha sido exitoso. Demostró dos puntos claves para el desarrollo de la sociedad civil en condiciones autoritarias y frente a la voluntad totalitaria del gobierno: viabilidad y sostenibilidad. De este modo, las Asambleas Ciudadanas han llegado para establecerse como un espacio por excelencia en la dirección de recuperar y activar el ejercicio directo de la soberanía ciudadana, reconocida en el artículo 3 de la Constitución vigente, y de democratización orgánica desde abajo.

Estamos ahora frente a un momento y a una oportunidad de giro y apertura de esta iniciativa, ya institucionalizada. A partir de junio de 2025 un grupo de proyectos y organizaciones impulsaremos, desde el CTDC, Asambleas Ciudadanas abiertas hacia la comunidad.

La Unión Patriótica de Cuba, el proyecto cívico-cultural Di.Verso, la Red de Líderes y Lideresas Comunitarios, el Foro Permanente de Derechos Humanos, el Comité Ciudadanos por la Integración Racial, la estrategia Shanti, Observadores de Derechos Electorales, Ciudadanos Observadores de Procesos Electorales, el Partido Autónomo Pinero, el Movimiento Ciudadanos de Reflexión y Reconciliación, el Centro de Liderazgo y Desarrollo, la Plataforma Femenina, la Coalición Feminista, el movimiento Dignidad Mujeres, la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales, la Alianza Democrática Oriental, el proyecto Red de Cultura Inclusiva y Arco Progresista, con la participación además de la Fundación Cubana de Derechos Humanos, en principio, y junto a ciudadanos autónomos, iniciarán este proceso de abrir Asambleas Ciudadanas abiertas en cada comunidad posible.

¿La misión? Formar ciudadanos, impulsar acciones, dentro y de la ley a la ley, y democratizar a la sociedad desde las comunidades.

¿La visión? Forjar, para 2028, liderazgos democráticos ciudadanos en las comunidades, completando y ajustando una Agenda Ciudadana en desarrollo con propuestas locales.

Dos primeros Centros de Democracia Deliberativa, junto al Equipo de Información e Ideas Estratégicas del CTDC, guiarán conceptualmente este proceso a partir de la experiencia acumulada en estos años y de un desafío a resolver: el de la crisis de la democracia a nivel global. Que es doble. Por un lado, de mentalidad, de actitudes y de comportamientos democráticos; por otro, de cómo y quiénes toman las decisiones que impactan en la vida de personas concretas.

Este proyecto tiene un respaldo robusto en la Carta Internacional de Derechos Humanos y en el ordenamiento legal y constitucional de Cuba. Desde este último, es claro, entre otros, en los artículos 3, 40, 56, 80, 164 y 227 de la Constitución y, además, en la Ley 131 de Organización y Funcionamiento de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Pero hay una deliberación fundamental, a la que convocaremos a especialistas y constitucionalistas, que organizaremos alrededor del artículo 229 de la Constitución, uno de los que desvirtúa y limita el ejercicio pleno de la soberanía ciudadana.

¿Respetará el gobierno el orden constitucional del Estado? Hasta hoy, aquel no parece tener ni la voluntad ni la disposición ni, sobre todo, la cultura necesaria para actuar a la altura de la Constitución del Estado. Depende principalmente de la ciudadanía hacer valer sus derechos y, sobre todo, ayudar al gobierno en la cultura del respeto a las (sus propias) reglas del juego.

Invitamos a las familias, a la ciudadanía y a organizaciones y proyectos de la sociedad a que instalen también Asambleas Ciudadanas. Para compartir la estrategia que animamos en el CTDC o para deliberar con la ciudadanía otras ideas y otras iniciativas que crean pertinentes y necesarias. Las leyes realmente existentes respaldan a la ciudadanía; es el gobierno el que desobedece y desacata la ley.

Lo que sigue parece bastante claro: la transición, una de tipo autocrática, hace tiempo que empezó desde arriba; que sea democrática y a favor del pueblo es solo posible desde abajo, desde las y los ciudadanos.

Contáctenos en: [email protected]

Consejo para la Transición Democrática en Cuba

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