Fernández, de 69 años, fue condenada por un tribunal federal integrado por tres jueces a una pena de seis años de cárcel e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos tras hallarla culpable del delito de administración fraudulenta por unos 1.000 millones de dólares al adjudicar de forma irregular durante sus dos mandatos más de 50 obras a un empresario allegado suyo, Lázaro Báez.
Los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola sostuvieron que la empresa de Báez fue una estructura creada para extraer fondos del Estado mediante el direccionamiento de licitaciones de obras públicas, que desapareció luego de concluir el mandato de Fernández.
Otros de los elementos que concluyó la investigación es que varios proyectos viales registraron sobrecostos y muchos nunca se terminaron, en detrimento de los fondos de los contribuyentes argentinos.
La mayor maniobra de corrupción
En una de las audiencias del juicio el fiscal Luciani afirmó que estaban frente a un caso que definió como “la mayor maniobra de corrupción que se haya conocido en el país”, delito que estuvo vigente durante los dos mandatos de Fernández y la presidencia de Néstor Kirchner (2003-2007), su esposo y antecesor, quien murió tres años después de dejar el poder y mientras su esposa ejercía el máximo cargo de la nación.
El exembajador de Argentina en Costa Rica y especialista en relaciones internacionales y asuntos globales, Mariano Caucino, afirmó que lo importante del caso es destacar que el juicio a Fernández de Kirchner se ha realizado con todas las garantías, “conforme a las leyes y normativas vigentes” y que ella “ha podido defenderse en todas las instancias que correspondía”. Es destacable, dijo, el hecho de que se haya podido juzgar a una persona que está en este momento en el poder, “que está en ejercicio del cargo de vicepresidenta y jefa del partido oficial de gobierno”.
La condena tiene un fuerte impacto en Argentina porque Fernández de Kirchner es una de las figuras políticas más importantes de las últimas dos décadas. Fue senadora, presidenta y actualmente funge como vicepresidenta en el gobierno que encabeza Alberto Fernández. Ella es líder de un sector de la izquierda dentro del peronismo.
La condena viene precedida por un supuesto atentado que sufrió el 1 de septiembre. El autor intentó hacer dos disparos, pero el arma no funcionó. Por ese hecho tres jóvenes están detenidos y enfrentan juicio.
Para Caucino, el proceso de juicio y la condena contra la vicepresidenta en funciones demuestra tres aspectos: Primero, “denota que es un hecho que implica una fortaleza institucional que hay que destacar. Segundo, ella por supuesto dice que es una perseguida política y que el poder judicial está infiltrado de gente que la quiere perseguir. Hay que reconocer que los jueces que la han juzgado fueron nombrados durante su gobierno, de modo tal que es otra mentira que ha dicho”.
“Y en tercer lugar, ella no está proscrita y puede ser candidata a cualquier cargo mientras pueda seguir apelando el fallo condenatorio. Mientras el proceso es revisado la ley le permite ser candidata. Ella ya dijo que no va a serlo, pero no es porque alguien se lo está impidiendo”, subrayó el experto.
“No voy a ser candidata a nada, ni a senadora, ni a diputados ni a presidenta de la nación”, dijo Fernández de Kirchner en un mensaje por las redes sociales.
Impacto
Se prevé que la sentencia genere una profundización de las grietas políticas en Argentina entre los kirchneristas y la oposición. Sobre el tema, Caucino dijo que parte de la población argentina ve con satisfacción el proceso que calificó de positivo porque se ha juzgado “una política que ha tenido gravísimos casos de corrupción y que han tenido un enriquecimiento escandaloso de todo el tiempo que han estado en el poder, que han acumulado fortunas incalculables, de manera tal, que es un hecho muy positivo para la sociedad argentina.
“Hay un sector minúsculo que la defiende a ultranza, pero no es el sentimiento de la mayoría del pueblo argentino”, refirió en torno a la vicepresidenta. “Destacamos el funcionamiento de las instituciones republicanas, las instituciones de la democracia que han podido juzgar a esta señora mientras está en el poder, es muy importante para la historia de Argentina y de nuestros países, que tantas veces han tenido dificultades para juzgar a los poderosos”, subrayó.
Apoyo de Alberto Fernández
El presidente Alberto Fernández ha defendido la “inocencia” de Fernández de Kirchner, es uno de los pocos puntos de coincidencia entre ambos en el ejercicio del cargo. Y es que tienen una fría relación de dominio público por discrepancias sobre la gestión gubernamental. Según Fernández, la justicia ha “perseguido” sistemáticamente a su vicepresidenta.
Para Caucino, el presidente Fernández es una persona que ha claudicado en el ejercicio del poder. “Es una persona que ostenta la jefatura de Estado, pero de manera casi formal, no es quien toma las decisiones en última instancia. Por momentos hay una sensación de vacío de poder, de vacancia, en alguna medida por la situación de falta de liderazgo que él tiene”, acotó para explicar que, a su juicio, por esa razón la figura más importante del oficialismo es la que ocupa el puesto segundo.
Proceso continúa
Se trata del primer pedido de condena en contra de Fernández de Kirchner. Algunas investigaciones judiciales han sido cerradas, pero varias siguen abiertas por otros delitos presuntamente cometidos al amparo del poder. En la actualidad, está pendiente el fallo de un tribunal superior que estudia si reabre una causa en la que Fernández de Kirchner y sus hijos, uno de ellos legislador, fueron sobreseídos sin que se llevara a cabo un juicio oral y público por la acusación de lavado de dinero.
La condena ha puesto los ojos del mundo en Argentina, la izquierda latinoamericana reaccionó de inmediato y cerró filas con Fernández. El gobernante de México Andrés Manuel López Obrador calificó el fallo judicial como “venganza” política y “vileza antidemocrática del conservadurismo”.
También se sumaron a esa “solidaridad” el dictador de Venezuela Nicolás Maduro, Evo Morales en Bolivia, y el recién electo Lula da Silva en Brasil, que la han declarado “víctima” y se lamentan por los “daños” que, según ellos, causa el fallo a la “democracia”.
Argentina va a elecciones en 10 meses. El fallo, para Caucino, ha dado esperanzas al país y espera que la oposición logré el éxito que tuvo en las elecciones legislativas de medio término para llegar a la Casa Rosada.
@FloresJudith7
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