MIAMI - El proyecto de la Central Electro-Nuclear de Juraguá (CENG) en la provincia cubana de Cienfuegos, impulsado en los años 80 con apoyo de la extinta Unión Soviética, representó la mayor apuesta energética de la "revolución cubana", pero terminó siendo el detonante del actual colapso eléctrico de la Isla.
Con la construcción de dos reactores VVER-440 modelo B-318, la planta comenzó a levantarse en 1983 (primer reactor) y 1985 (segundo reactor). Sin embargo, la disolución de la URSS en 1992 dejó la obra sin financiamiento y, tras varios intentos fallidos de atraer socios extranjeros, el régimen cubano decidió abandonarla en el año 2000.
Testigos del abandono
Orlando Enrique Castillo y José de Jesús Curiao, cubanos que trabajaron en la llamada "CENGA", en una entrevista a Palenque Visión, describen su trabajo para la época como un ambiente de extrema rigidez, vigilancia política y condiciones laborales que rayaban en lo inhumano.
“No podías tener familia en el extranjero ni haber estado preso. Era como estar en libertad condicional”, recuerda Castillo. “Había que trabajar hasta quince horas diarias y aun así te descontaban producción para dársela a los que no cumplían las metas. Si te descubrían con una mujer o pescando sin permiso, te sacaban de inmediato”.
"Estancamiento"
Ambos testimonios coinciden también en las condiciones de seguridad deficientes: accidentes frecuentes, estructuras inestables y materiales de baja calidad, que provocaron muertes y lesiones entre los obreros.
“Teníamos que construir para resistir ciclones y marejadas, pero los apoyos se caían y muchos compañeros resultaron heridos o fallecieron”, indicó Curiao.
La CENG —que hoy sigue medio erigida como gigantesco esqueleto de hormigón frente al mar de Cienfuegos— simboliza el estancamiento y la falta de visión estratégica del modelo energético cubano. Más de cuatro décadas después, Cuba sobrevive con plantas termoeléctricas envejecidas, frecuentes apagones y total dependencia de importaciones de combustible.
La herencia de Juraguá permanece como testimonio de una inversión millonaria que jamás rindió energía, y de un mal "modelo de planificación centralizada" que priorizó proyectos emblemáticos sobre las necesidades básicas de la población.
"Crisis energética"
Cuba enfrenta una profunda crisis energética marcada por prolongados apagones que han desencadenado multiples protestas ciudadanas en varias provincias de la Isla. La falta de mantenimiento en las obsoletas plantas termoeléctricas, sumada a la escasa inversión del régimen en infraestructura eléctrica, ha generado cortes diarios de hasta 12 horas. Esta situación agrava el malestar social de los cubanos. en un contexto además, de inflación, escasez de alimentos y servicios básicos colapsados.
Ante el descontento popular, el régimen cubano responde con represión. Manifestaciones espontáneas, protagonizadas en su mayoría por mujeres y jóvenes, suelen ser disueltas por agentes de la Seguridad del Estado. En lugar de atender las demandas con soluciones estructurales, el aparato oficial opta por el control social y la criminalización del reclamo ciudadano, profundizando el aislamiento y el deterioro de la vida cotidiana en la Isla.
FUENTE: Con información de Palenque Visión