QUITO.- Las autoridades ecuatorianas recuperaron el control de una peligrosa cárcel de Guayaquil en donde los reclusos protagonizaron un amotinamiento, informó el presidente Daniel Noboa. Los hechos ocurrieron a pesar de que el centro penitenciario estaba controlado por militares en medio de un estado de excepción.
En su cuenta de X, el mandatario agradeció la labor del bloque de militares y policías que, “en un operativo profesional, urgente y de gran escala desplegado” neutralizaron la revuelta antes de que se presentara una posible escalada, lo que calificó como “un hecho sin precedentes en el país”.
Las autoridades no han informado de posibles víctimas o fallecidos en la denominada cárcel Regional, parte de un complejo penitenciario ubicado en Guayaquil.
A pesar de las permanentes requisas de las autoridades, en las que se suelen incautar armas, municiones, explosivos y equipos tecnológicos, los reclusos iniciaron una transmisión en vivo por redes sociales a primeras horas de la noche de este miércoles, en la que se pudieron ver colchones quemados, gritos y explosiones. Poco después la policía cerró una vía cercana a la prisión.
Posteriormente, un comunicado publicado en el chat del Servicio de Atención a Personas Privadas de la Libertad, confirmó “una revuelta interna por parte de un grupo” de internos y precisó que había retomado el control de la mayor parte de las instalaciones.
Horas antes, la ministra de Gobierno Mónica Palencia declaró al canal Teleamazonas que “las fuerzas armadas están en total control en más de 10 centros penitenciarios” y mantienen el control en zona primaria de otras instalaciones.
A partir de 2021, los grupos criminales desataron una ola de violencia en Ecuador que se extendió desde las cárceles, donde se produjeron reiterados motines que solían terminar con brutales masacres.
Después de que dos prominentes cabecillas de bandas delictivas escaparon de prisión a principios de diciembre y de que un grupo de hombres armados tomó un canal de televisión durante un programa en vivo, el presidente Noboa decretó el estado de excepción que restringe algunos derechos con el fin de hacer frente a la violencia que azota al país. Inmediatamente después, el mandatario decretó el estado de conflicto armado interno con el objetivo de permitir la acción conjunta de militares y policías en contra de las organizaciones criminales.
En abril de 2023, 12 reclusos murieron durante los disturbios que se registraron en una cárcel de Cuenca. En julio del mismo año, otros 31 presos fueron asesinados en la Penitenciaría del Litoral -la más peligrosa del país- donde meses después fueron asesinados seis vinculados al magnicidio del excandidato presidencial Fernando Villavicencio.
Desde 2021 se han registrado más de una decena de violentos enfrentamientos en las cárceles del país, los cuales han dejado cerca de medio millar de reclusos asesinados.
FUENTE: Con información de AP