jueves 10  de  octubre 2024
EL NARCO MÁS AMADO Y TEMIDO

"El Chapo" Guzmán: la historia de una fuga anunciada

“El Chapo” se volvió por años una sombra y un rumor. Unos decían que lo habían visto por Guatemala o por Honduras, otro que comió en un restaurante, que saludó a unos niños y o bromeó con unos comensales. Otros afirmaron que compró todas las flores de Sinaloa para el entierro de su hijo, asesinado por el cártel rival. Lo cierto es que las autoridades mexicanas no sabían dónde estaba Guzmán…porque todo el mundo sabía en dónde estaba

MÉXICO.-LIOMÁN LIMA
Especial

Tiene el don de la ubicuidad y la invisibilidad, en dependencia de sus intereses. Puede hacer desparecer personas, animales y cosas. Basta una palabra de su boca. Y en Sinaloa, en el norte de México, donde nació su reino, su poder y su gloria, es amado y temido como todo un santo varón.

Ha inspirado películas, canciones y poemas, su rostro está en cuadros y tatuajes. Tiene más hombres a su servicio que ángeles el paraíso. Más de una autoridad celestial lo ha declarado patrono de causas y más de un poder de este mundo le rinde mayor tributo que al Papa.

Y el domingo 12 de junio, porque no podría ser otro día, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, el narcotraficante más poderoso de América, se volvió noticia en casi todos los diarios y lenguas del mundo: escapó de sus perseguidores un día antes y vio la luz al final del túnel: un conducto de más un kilómetro y medio de largo, desde la cárcel de máxima seguridad donde se encontraba (para muchos, la más segura de Latinoamérica) hasta las cercanías de una casucha y unas construcciones en un pueblito, a espaldas del penal.

Esta es la casa a la que llegó "El Chapo" tras su espectacular fuga. (EFE)

Allí, en San Juanita, a unos 18 kilómetros de la Ciudad de México, nadie se percató de la tierra que salía y los materiales que entraron por meses a la excavación. Un agujero de 1,70 metros de alto y 80 centímetros de ancho, en el que no faltaron tanques de oxígeno, recipientes con combustible, madera de cimbra, alumbrado y tuberías de PVC. Quién lo duda: fue el camino al tercer milagro.

Primer milagro 

Cuando el 24 de mayo de 1993, “El Chapo” Guzmán se dirigía hacia el Aeropuerto Internacional de la occidental ciudad de Guadalajara, a unos 540 kilómetros del Distrito Federal, no imaginaba que estaba por ingresar a la liga internacional de los Rasputines, equívocos sobrevivientes de toda muerte y toda justicia, perseguidos y fugados de todas las leyes.

Un cártel rival iba decidido a liquidarlo. Pero quién sabe por qué trastada del destino, los sicarios confundieron su Ford Grand Marquis con el del cardenal mexicano Juan Jesús Posadas Ocampo, quien terminó cocido a balazos; mientras, “El Chapo” tomaba tranquilamente el avión de regreso a su reino de la cocaína, la marihuana y las metanfetaminas.

Pero la Justicia en México a veces parece actuar. Y cuando no lo hace, algunos países le dan empujones que no le dejan otro remedio. Nueve días después del asesinato del cardenal, Guzmán es apresado en Guatemala y pasará los próximos ocho años en dos cárceles de máxima seguridad en México. Fue condenado a más de dos décadas tras las rejas, por delitos de cohecho y asociación delictuosa. Lógicamente, no pudo ser imputado por narcotráfico.

Por este túnel se escapó "El Chapo" Guzmán de una cárcel de máxima seguridad. (EFE)

Para muchos era el final del cartel de Sinaloa, la asociación criminal que dirige, un grupo  que controla gran parte del tráfico de estupefacientes de todo tipo hacia Estados Unidos, Europa, Asia y Australia y que cuenta, según estimaciones, con más de tres mil empresas para lavar dinero.

Pero allá, en el  norte de México, cerca de la frontera, donde nació Guzmán hace 60 años, saben que cuando a “El Chapo” lo obligan a decir adiós, él solo está diciendo hasta luego.

Segundo milagro

La noche del 19 de enero de 2001, un oficial de seguridad pasó a recoger la ropa sucia por los cubículos del penal de máxima seguridad de Puente Grande, en el occidental estado de Jalisco, donde había sido trasladado el capo un tiempo antes.

Al salir de la lujosísima celda 307 del módulo 3, una mansión a pequeña escala con todos los servicios, no continúo el recorrido. Fue con su carro lleno de sábanas y uniformes sucios directo a la lavandería. Un rato después, vino una inspección de rutina, luego la alerta roja. Guzmán había desparecido.

El resto es historia conocida: el Señor de la Montaña volvió a sus predios, rompió los pactos de no agresión entre los cárteles, volvieron a llover muertes y enfrentamientos resultados del narcotráfico y,  para 2009, su fortuna ascendía a los mil millones de dólares, según cálculos de la revista Forbes.

“El Chapo” se volvió por años una sombra y un rumor. Unos decían que lo habían visto por Guatemala o por Honduras, otro que comió en un restaurante, que saludó a unos niños y o bromeó con unos comensales. Otros afirmaron que compró todas las flores de Sinaloa para el entierro de su hijo, asesinado por el cártel rival. Lo cierto es que las autoridades mexicanas no sabían dónde estaba Guzmán…porque todo el mundo sabía en dónde estaba.

En el estado de Sinaloa, en un hotel de la ciudad de Mazatlán, fue capturado nuevamente sin necesidad de un disparo. Era el 22 de febrero de 2014. Faltaban 504 días para su nuevo acto de desaparición. Pero antes, el Houdini de las drogas hizo otros milagros: logró que Estados Unidos, que ofrecía cinco millones de dólares por su captura, olvidara solicitar su extradición. Y más: hizo creer al mundo, por unos segundos, que el presidente mexicano Enrique Peña Nieto se tomaba en serio la lucha contra el narco.

A “El Chapo” Guzmán lo dejaron escapar

Según la periodista mexicana Anabel Hernández, que ha investigado el caso hasta leerse el expediente de “El Chapo” Guzmán, había un pacto entre capos detenidos en la cárcel de máxima seguridad donde estaba detenido, para que cada cartel tuviera su espacio respetado dentro del penal.

Sin embargo, para ella ésta no es la razón por la que a“El Chapo” se le propició la fuga. Ella asegura que teniendo en cuenta las condiciones de la celda donde estaba detenido, 2 por 3 metros, con sólo una mesa y una silla de cemento, una ducha y un escusado, sin paredes con cámaras de seguridad por todas partes, donde además las 24 horas las luces permanecían encendidas, este hombre tiene que haber escapado con la complicidad de altos ejecutivos del penal.

“La explicación de cómo pudo salir está en los altos directivos del penal y hasta tiene implicaciones en personalidades del Gobierno de México, pues no hicieron nada para impedirlo”, dijo la periodista.

Las autoridades fronterizas de los países de la región están en alerta. (EFE)

“Durante todo este tiempo, el Gobierno de México no confiscó ni una de las propiedades de “El Chapo” Guzmán ni las pertenecientes al cartel de Sinaloa que él nunca dejó de dirigir aún en la cárcel. Su abogado lo visitaba todos los días. Es un hombre que desde la prisión mantenía el poder”.

“Las veces que a través de su abogado intentó obtener un recurso, que llaman el amparo de un juzgado para evitar la extradición, la respuesta era que el Gobierno de EEUU no había formulado ninguna orden de extradición en su contra. Él estaba muy pendiente de esto y hasta hace dos meses no había sucedido”.

Una fuente de la DEA, que dio declaraciones a una periodista de Univisión de la que no se reveló el nombre, dijo que contra “El Chapo” sí hubo una orden de extradición formulada por EEUU pero que no se había divulgado.

La casa de fuga por la que escapó, después de cavar tres túneles desde su celda, está a menos de una milla de la cárcel.

Los vecinos de la zona aseguran que “El Chapo” tuvo que haber comprado el silencio de mucha gente influyente para lograr la fuga.

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