CARACAS.- La economía venezolana sufre un nuevo impacto que amenaza con agudizar el cuadro de escasez, inflación y empresas paralizadas que menoscaba la calidad de vida de la población. El último informe de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) registra un fuerte descenso en la producción petrolera de Venezuela, algo que inevitablemente conduce a muy pocas divisas para importar y cancelar la deuda externa, porque la dependencia del país en el oro negro es tal que 96 de cada 100 dólares que le ingresan provienen de los barriles que exporta.
El informe difundido por la OPEP afirma que de acuerdo con la información suministrada por las autoridades venezolanas, la producción de Venezuela se ubicó al cierre de 2017 en 1,62 millones de barriles diarios, cifra que se traduce en 400 mil barriles menos respecto a diciembre de 2016 y en que la economía no tome oxígeno a pesar del incremento que ha habido en los precios del petróleo.
El descalabro aumenta las proporciones de un declive histórico. Francisco Monaldi, experto en el tema petrolero y académico de la Universidad Rice de Houston, precisa que "la producción de Venezuela, en los 19 años de chavismo, ha caído a la mitad y la producción propia operada por PDVSA (la empresa del Estado que se encarga del negocio petrolero) en más de 75%”.
Desde su punto de vista el declive obedece principalmente a la “falta de inversión que hizo que durante 2004-2015 operaran 30% menos taladros de los necesarios para incrementar la producción y 60% menos en 2016-2017. El gobierno, incluso en el periodo de altos precios, extrajo excesivos recursos a PDVSA y a las empresas mixtas, no permitiendo que invirtieran y deteriorando la infraestructura del sector”.
Producción petrolera de Venezuela en picada
El pasado 22 de enero Schlumberger y Halliburton, dos de las grandes compañías multinacionales que prestan servicios en yacimientos petroleros, declararon pérdidas contables en la actividad que llevan a cabo en Venezuela por la incapacidad de PDVSA para pagar a tiempo sus obligaciones.
Francisco Monaldi señala que otros aspectos a tomar en cuenta son “la corrupción y el robo de partes y equipos que impactan las operaciones. Y el endeudamiento de PDVSA, la deuda financiera saltó desde 3 mil millones de dólares en 2006 a 45 mil millones en 2014 y eso no se tradujo en más inversión en el sector petrolero sino en gasto corriente del gobierno”.
"La deuda acumulada con contratistas y socios escaló a más de 20 mil millones de dólares. Cuando los precios del petróleo cayeron en 2014, PDVSA, ya al borde de la quiebra, no pudo pagar más a sus proveedores y socios", añade Francisco Monaldi.
El descuadre
La firma Síntesis Financiera, que realiza un seguimiento constante a la economía venezolana, señala en su informe de esta semana que “en el caso optimista” de que la producción se mantenga este año en los 1,62 millones de barriles diarios en que se ubicó al cierre de 2017, el país recibiría por exportaciones un estimado de entre 21 mil y 25 mil millones de dólares.
Se trata de un monto exiguo si se toma en cuenta que este año Venezuela debe pagar vencimientos de deuda externa por 11 mil millones de dólares, las fuentes de financiamiento se han cerrado, las reservas internacionales se ubican en mínimos históricos y las importaciones, que este año se ubicaron en 11 mil 400 millones de dólares, tendrían que crecer de manera importante para que las empresas cuenten con suficiente materia prima e insumos para producir.
Síntesis Financiera estima que si la producción cayese a un promedio diario de 1,3 millones de barriles, escenario que los analistas no descartan, este año el país solo recibiría por exportaciones entre 15 mil y 18 mil millones de dólares, con lo que “el reto sería aún más complejo y el impago de deuda sería un hecho”.
Reservas secas
Las reservas internacionales, el tanque de dólares que administra el Banco Central de Venezuela y permiten importar, pagar deuda, cubrir contingencias y ayudar a la estabilidad del tipo de cambio, se ubicaron el pasado 19 de enero en 9 mil 432 millones de dólares, magnitud que de acuerdo a las estadísticas oficiales se traduce en un declive de 40% en los últimos 24 meses y un nivel históricamente bajo.
Un aspecto clave es la composición de las reservas, es decir, cuánto del monto corresponde a divisas que pueden ser utilizadas de inmediato para importar o pagar deuda y cuánto está colocado en barras de oro, en el Fondo Monetario Internacional o en distintas categorías de bonos.
El monto líquido, es decir, que puede ser empleado de inmediato por el Banco Central para pagar importaciones o vencimientos de deuda se ubica por debajo de los 500 millones de dólares y la debilidad de la producción petrolera indica que difícilmente se recuperará en el corto o mediano plazo.
La falta de suficientes divisas para cubrir los compromisos del país se traduce en que en este momento PDVSA y el gobierno deben 1.300 millones de dólares a inversionistas que les compraron bonos y aún no han cobrado intereses que debieron recibir en 2017.
El gobierno afirma que los fondos para el pago de los intereses ya fueron transferidos, pero aun los inversionistas esperan que el dinero ingrese a sus cuentas.
Dólar cohete
La administración de Nicolás Maduro se ha negado a estructurar un plan de reformas que permita obtener financiamiento para aumentar las reservas internacionales y negociar con los inversionistas un nuevo esquema de pago para la deuda externa.
Por lo tanto, ha optado por cortar la venta de dólares a las empresas del sector privado que no tienen más alternativa que recurrir al mercado negro donde el precio del dólar se ha disparado. Solo la semana pasada registró un salto de 26% y nada hace prever que detenga el ascenso en el corto o mediano plazo.
“El precio del dólar en el mercado paralelo (negro) continúa en ascenso, reflejando la prolongada ausencia de oferta de divisas oficiales, el acelerado proceso de expansión monetaria y el contexto de incertidumbre generalizada que afecta los negocios”, dice Síntesis Financiera.