LA PAZ — El congreso partidario convocado por los seguidores de Luis Arce podría marcar el principio del fin para Evo Morales en el partido gobernante de Bolivia, el Movimiento al Socialismo (MAS), que dominó durante más de tres décadas.
El legado del oficialista Evo Morales se desvanece en medio de la disputa política que tiene con su exaliado y ahora contrincante Luis Arce
LA PAZ — El congreso partidario convocado por los seguidores de Luis Arce podría marcar el principio del fin para Evo Morales en el partido gobernante de Bolivia, el Movimiento al Socialismo (MAS), que dominó durante más de tres décadas.
Con el respaldo de la mayoría de los sindicatos y organizaciones sociales afines al gobierno de su exaliado, el congreso pretende elegir un sucesor para Morales, dejándolo en una posición vulnerable y sin posibilidades de presentarse en las próximas elecciones presidenciales del 2025.
El Tribunal Supremo Electoral ya había declarado ilegal el congreso anterior que reeligió a Morales como jefe del MAS, y el nuevo congreso carece de respaldo legal. Esto deja a Morales sin legitimidad política.
Desde su base de apoyo en los cocaleros, Morales ha criticado abiertamente a Arce, acusándolo de destrozar la economía y socavar la democracia. Además, ha amenazado con protestas contra figuras clave del gobierno, incluido el exministro de Economía.
Para Arce, la facción de Morales busca desestabilizar su gobierno por ambiciones personales.
El conflicto interno en el MAS ha dejado al gobierno en una posición precaria, enfrentando dificultades económicas y acusaciones de corrupción. La escasez de dólares en el mercado y el aumento del costo de vida están exacerbando la crisis.
Sin embargo, más allá de la crisis interna en el partido gobernante, algunos analistas ven este momento como el agotamiento del modelo populista encarnado por Morales desde 2006.
A principios de este año, el Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia anuló la potestad de la reelección indefinida en un dictamen que inhabilitó Evo Morales a presentarse a las presidenciales, por haber ejercido durante tres periodos continuos entre 2006 y 2019.
La sentencia, que a grandes rasgos estipula que la reelección indefinida "no es un derecho humano", fue emitida a raíz de una opinión consultiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), sin posibilidad de apelación, y anula un dictamen emitido por el mismo Constitucional en 2017.
La sentencia especificó que un presidente, vicepresidente, diputados o senadores no pueden ejercer más de dos mandatos, ya sea de forma continua o discontinua. El dictamen incluye a también gobernadores y alcaldes que hayan sido electos desde la entrada en vigor del actual texto constitucional, es decir, el año 2009.
El Tribunal Supremo Electoral declaró ilegal el congreso que lo reeligió jefe del MAS el año pasado y el nuevo congreso que convocó el exmandatario para junio no tiene respaldo legal.
“Nos hemos equivocado con Lucho (Arce). Destrozó la economía y está destrozando la democracia. A este paso, con el apoyo de jueces se va a prorrogar en el cargo. Cualquier conflicto que surja será su responsabilidad”, dijo Morales el viernes desde una radio de los cocaleros cuyo sindicato dirige desde hace cuatro décadas. A su vez amenazó con llamar a protestas contra quien fuera el ministro de Economía de su presidencia (2006-2019).
Para Arce la facción de Morales representa a la “nueva derecha” que se ha sumado a la “derecha tradicional” para desestabilizar a su gobierno “por ambiciones de una sola persona (Morales) que sólo busca satisfacer su sed de poder”, dijo el mandatario el miércoles en la marcha del Día del Trabajador.
“Arce no quiere ser jefe del partido, le interesa ser candidato del MAS y Morales está cosechando lo que ha sembrado, es decir, una justicia corrupta sometida al poder”, dijo el analista político Paul Coca.
Arce ha dicho a sus partidarios que los “movimientos sociales no tienen dueño", mientras los seguidores de Morales tildan a Arce de “traidor”.
El divorcio en el partido gobernante comenzó hace más de dos años y dejó en minoría a la facción de Arce en la Asamblea Legislativa. Los seguidores de Morales han bloqueado la aprobación de nuevos créditos y el gobierno atribuye el agravamiento de la crisis económica a ese bloqueo legislativo.
Arce afronta un difícil momento económico, críticas por presunta corrupción y acusaciones de un supuesto contubernio con jueces. La caída en los ingresos por exportaciones está agudizando la escasez de dólares en el mercado y el costo de vida se ha elevado, según diversos estudios.
Más que una crisis interna en el partido gobernante, estamos frente a un agotamiento del modelo populista que encarnó Morales en 2006 tras el derrumbe de los partidos tradicionales, dijo el analista y profesor universitario Roger Cortez.
En tanto, las divisiones internas y los juicios impulsados desde el gobierno por la crisis de 2019 —que derivó en la renuncia de Morales— le han restado fuerza política a la dividida oposición de centro y de derecha, según los expertos.
FUENTE: Con información de AP/Redacción DLA