sábado 17  de  mayo 2025
RELACIONES HEMISFÉRICAS

La OEA, entre Surinam y Colombia surge la amenaza del socialismo del siglo XXI

La toma de posesión de las nuevas autoridades de la organización plantea escenarios peligrosos para la agenda democrática

Por Olgalinda Pimentel

WASHINGTON.-La Organización de Estados Americanos (OEA), el más importante ente jurídico, político e institucional del hemisferio, atraviesa la peor encrucijada de su historia reciente, entre divisiones y una movediza estructura organizacional que hacen difícil avizorar su subsistencia futura.

Varios hechos lo sustentan.

El 26 de mayo próximo, Surinam, miembro de la regional CARICOM, asumirá por primera vez la secretaría general, tras ser electo “por aclamación” -según medios- su representante Albert Ramdin, actual canciller del gobierno izquierdista de Chan Santokhi, en marzo pasado.

Ramdin, de 67 años, sustituye en el cargo al uruguayo Luis Almagro, quien estuvo frente a la OEA durante dos períodos (2015-2025).

Colombia acompañará a Surinam en su gestión, con la diplomática Laura Gil como secretaria general adjunta, electa el 5 de mayo con el apoyo de Brasil, Bolivia, Uruguay, y varios Estados del Caribe, luego de ser la viceministra de asuntos multilaterales del gobierno de Gustavo Petro.

Otro elemento que añade incertidumbre al funcionamiento de la organización es el “distanciamiento” de EEUU.

Durante la elección de marzo, la nación estadounidense decidió un alto a su actividad diplomática, luego de que el candidato de Paraguay, Rubén Ramírez, a quien apoyó, se retiró por desacuerdos con el respaldo de países de izquierda a Ramdin y las posiciones de éste en apoyo al régimen de Venezuela.

El rol de EEUU y su aporte de 49%, el más alto que recibe la OEA, quedan en veremos, y con ello el futuro de la institución hemisférica.

Peligroso futuro de la OEA

“Estamos viviendo un momento sumamente peligroso en la proyección de la OEA, porque un país miembro de CARICOM asume la secretaría con una agenda muy distinta a de Latinoamérica”, asegura el diplomático Milos Alcalay, exrepresentante permanente de Venezuela ante las Naciones Unidas y defensor de la organización internacional.

Afirma que Almagro, si bien fue canciller del gobierno izquierdista de José Pepe Mujica, hizo suya la defensa de los principios y valores frente a la secretaría general de la OEA.

“Entendió que su papel era hemisférico, no personal; era la defensa de los principios de la OEA, de buscar elecciones transparentes y evitar la corrupción. Eso es lo que la organización necesita en estos momentos”, señala Alcalay.

No ha escuchado de ninguno de los electos la defensa a los principios rectores de democracia, derechos humanos, desarrollo y seguridad, a los que hay que regresar, asegura.

“Veo con preocupación que ese no es el rumbo, que es más bien la sustitución de la OEA, que es un viejo afán de grupos totalitarios como Cuba, el régimen de Maduro, en Venezuela, y de Ortega en Nicaragua”.

“¿Es acaso el nombramiento de un país de CARICOM y de otro anti OEA la destrucción de la organización para fortalecer unos mecanismos que no tienen base jurídica ni política, como el CELAC, o por el contrario es buscar fortalecer la acción panamericana?”, se cuestiona.

La opinión es compartida por la experta en temas internacionales María Alejandra Aristeguieta, diplomática de la ONU, tras hablar del escenario que considera no muy claro para evaluar. “Se verá a futuro”.

Lo que sí adelanta es que las dos escogencias combinadas dan idea de hacia dónde va la OEA y cuáles serán las estrategias.

“Es un mal signo tener una secretaría general muy ideologizada, con un acercamiento al socialismo del siglo XXI”.

Advierte que lo más grave es que EEUU “haya decidido desentenderse” de la organización. “Si lo hace es porque no está cumpliendo con los cometidos para los que fue creada”, apunta.

Rol de Colombia, un acertijo

En este contexto, Alcalay indica que lo “realmente preocupante” es la elección y el rol que jugará Colombia con “la candidata de Petro”.

Destaca que el presidente de ese país, en vez de defender a la OEA, lideró hace dos días, como presidente de la CELAC, una reunión de los miembros de la comunidad con China, que sirvió de anfitrión como aliado ideológico, en medio de las fuertes tensiones arancelarias con EEUU.

Sostiene que esta entidad, fundada en 2011 con el empuje de Hugo Chávez, “se creó precisamente para tratar de acabar el organismo interamericano” que incluye a EEUU y Canadá, y ha llevado como una agenda paralela”.

“Mi primera pregunta es cómo Petro frente a la CELAC y a la reunión absolutamente volcada hacia la dimensión de conflicto con EEUU, es al mismo tiempo el jefe de gobierno de la cual su candidata en la OEA fue su vicecanciller y quien en su presentación, el día de la elección, no habló de fortalecer a la OEA sino que la criticó”.

Aunque afirma que “hay que darle el beneficio de la duda “deja claro que no puede ejercer como representante de Petro, “La secretaría general adjunta no es una proyección de una diplomacia errática, contradictoria, y criticada, como la que lleva adelante Petro a escala internacional”.

El gobierno de Petro, además de los escándalos internos de corrupción, ha sido vinculado con grupos guerrilleros terroristas, maniobras en el Catatumbo en conexión con el régimen de Maduro. Además, mantuvo una dudosa neutralidad frente a las elecciones en Venezuela, y últimamente es criticado por haber dado asilo político a Ricardo Martinelli, expresidente de Panamá.

El exmandatario fue condenado en su país por varios delitos y permaneció refugiado en la embajada de Nicaragua en Ciudad de Panamá hasta que solicitó a Colombia el asilo que Petro le concedió.

Aristeguieta califica de “insólita” la decisión, debido a que el asilo político se da a una persona que corre peligro o a la que se le violan los derechos, pero no a alguien que fue juzgado y condenado bajo acusación de lavado de capitales en su país.

“Es una muestra clara del deterioro de las fronteras que debe haber entre lo político y lo ideológico y la función de gobierno. Los funcionarios públicos como Petro solo pueden hacer lo que la ley dice que pueden hacer, y con lo de Martinelli queda claro que se saltó las de su propio país”.

Fortalecer la democracia

Alcalay afirma que la OEA requiere revisar su papel en el hemisferio y adaptarse a las exigencias de los nuevos tiempos, como también deben hacerlo otros organismos internacionales, agrega. Pero hay que fortalecer sus bases.

“A la OEA más bien hay que fortalecerla. La Carta Democrática, la vigencia de los derechos humanos, la lucha contra el narcotráfico, el crimen organizado, el terrorismo, son necesarios, pero eso no se le ha escuchado a la nueva secretaria general adjunta.

El embajador lanza un llamado de atención para todos los países democráticos miembros que permanecen en el organismo, en un clima marcado por las fuertes diferencias que se evidenciaron durante la elección de nuevas autoridades y que pueden llevar al ente a su desaparición.

“Colombia no puede destruir a la OEA y no podemos permitir los países democráticos que los grandes principios que la OEA ha sustentado desde su creación puedan ser orientadas hacia la CELAC u orientados a destruir un patrimonio latinoamericano, en detrimento de la visión original”.

FUENTE: Entrevistas a Milos Alcalay, diplomático; y Mría Alejandra Aristeguieta, internacionalista

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