MIAMI - El régimen de Nicolás Maduro nombró al general Gustavo González López como nuevo presidente de Petróleos de Venezuela (PDVSA), en una decisión que refuerza la militarización de la industria petrolera y genera mayor desconfianza sobre el futuro de la principal empresa del país.
Gustavo González López es un exjefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN) y exministro de Interior; figura en listas de sancionados internacionales por su responsabilidad en violaciones de derechos humanos.
Desde 2024 ya controlaba buena parte de la producción petrolera como “intendente estratégico”, pero ahora asume el mando total de la estatal en un contexto de desplome productivo, fuga de talento y aislamiento financiero.
"Control político"
Para el abogado y analista Miguel Ángel González, este nombramiento confirma que la prioridad del chavismo no es recuperar la capacidad operativa de PDVSA, sino afianzar el control político. “Un general sin experiencia en exploración, refinación ni mercados energéticos difícilmente puede entender la cadena de valor de una empresa tan compleja. En la práctica, esto significa decisiones improvisadas, burocracia militar y represión laboral”, advirtió.
En el pasado, otros militares han ocupado la presidencia de la estatal, como Guaicaipuro Lameda en 2002 o Pedro Tellechea en 2023, pero el perfil de González López marca una diferencia, debido a sus sanciones y responsabilidad en violaciones de derechos humanos.
“No se trata solo de un uniformado, sino de un operador represivo del régimen, vinculado directamente al círculo de poder más cerrado. Para los trabajadores esto se traduce en más persecución sindical y menos derechos”, aseguró el abogado Miguel Ángel González.
Asimismo, destacó en su análisis riesgos de impacto, como la pérdida de confianza de los mercados internacionales, la profundización del deterioro institucional, la emigración de personal calificado y el incremento de prácticas corruptas bajo la lógica de lealtad militar en lugar de resultados técnicos.
“PDVSA necesita tecnócratas y gerentes con credibilidad internacional para negociar contratos, atraer inversiones y modernizar infraestructura. Con un general sancionado al mando, la empresa se hunde más en la opacidad y se aleja de cualquier posibilidad de recuperación”, concluyó González.
FUENTE: Con información de Redes Sociales