No se desprendió de un anuncio formal. Más bien, comenzó como un chisme. Voceros del Gobierno del presidente Nicolás Maduro y de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) filtraron a los medios lo que, posteriormente, se convirtió en una información oficial: los principales actores del conflicto político venezolano sí están conversando.
La agenda no está clara. “¿Se está reuniendo el Gobierno y la oposición? Sí, sí, porque queremos asegurar las condiciones para hacer el referendo revocatorio este año”, manifestó el lunes 12 de septiembre el presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup. Ese mismo día, el primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, negó esa versión y sostuvo que la consulta popular “es un fraude”. “Dentro del chavismo no queremos referendo”, sentenció.
Antes de que Ramos Allup y Cabello se enzarzaran en esta nueva disputa verbal, se sucedieron una serie de declaraciones que encendieron la polémica. “Conmigo no cuenten si se acuerda el referendo revocatorio para el 2017”, escribió en Twitter la ex diputada María Corina Machado el 7 de septiembre. El vicepresidente Aristóbulo Istúriz asomó el 11 de septiembre que “alguien conversó” para que la “toma de Caracas” –celebrada el 1°- transcurriera en paz, y ese domingo el primer vicepresidente de la Asamblea Nacional, Enrique Márquez, declaró al diario Panorama que el diálogo “está en una etapa interesante, pero todavía no para mostrarse a la opinión pública lo que se ha logrado”.
Luego de que el jefe de la AN se refiriera a los acercamientos, el alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez, dijo el 13 de septiembre que se habían efectuado “dos reuniones preparatorias para el diálogo”. Rodríguez aseguró que “la oposición solicitó que esas reuniones se mantuvieran en secreto”, y subrayó: “creo que se ha avanzado en esas reuniones preparatorias para la instalación formal de ese proceso de diálogo (…) avanzamos en el proceso de discusión de una agenda para la instalación del dialogo definitivo”.
La MUD reaccionó a la revelación de Rodríguez con un comunicado oficial en el que precisó que designó una “comisión de alto nivel para explorar a través de un eventual dialogo con el Gobierno la implementación de la única salida constitucional, pacífica y democrática a la crisis del país como lo es el RR (referendo revocatorio)-2016”. Esa delegación está conformada por el alcalde de Petare, Carlos Ocariz (PJ), y los diputados Freddy Guevara (VP), Luis Aquiles Moreno (AD) y Timoteo Zambrano (UNT), al tiempo que por el chavismo han acudido los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez (canciller), el legislador Elías Jaua y el embajador Roy Chaderton.
“A los dos encuentros, que se celebraron sin mediadores y de forma privada por acuerdo entre las partes (hubo una tercera reunión que no ocurrió porque el Gobierno decidió no presentarse sin dar explicaciones) acudimos a fin de defender lo que ha sido un testimonio y una posición pública: Los venezolanos vamos a exigir en todos los espacios el respeto a la decisión de salir de la crisis de forma pacífica y democrática, mediante la celebración del referendo revocatorio este año 2016”, ratificó la alianza.
La jornada culminó con el presidente Nicolás Maduro afirmando que Rodríguez había convencido a la oposición de “que ese referendo no va por fraudulento”, y agradeciendo al papa Francisco el hecho de haber enviado una carta para expresar su disposición a apoyar el diálogo en el país.
Golpes bajos
“En los procesos de negociación complejos que ocurren en sociedades conflictivas, puede darse un pre-diálogo y lo normal es que esas conversaciones sean secretas”, ilustra Marcos Carrillo, profesor de Filosofía del Derecho y Resolución de Conflictos. En esta fase, las partes definen quiénes serán sus interlocutores y qué temas incluirán en la agenda, entre otros aspectos procedimentales.
Sin embargo, Carrillo estima que el análisis no debe limitarse a las características de estos primeros contactos. “El tema no es si se reunieron, el punto es una vez más para qué te reúnes, qué buscas con el proceso de negociación. Esa es una pregunta que debe hacerse la MUD”, sugiere.
El académico observa que “no todo el mundo negocia para llegar a un acuerdo”, pues también se puede apelar a este mecanismo para ganar tiempo y legitimidad. “El Gobierno ha tenido muy claro para qué usa la negociación y no es para llegar a acuerdos, sino para deslegitimar a la oposición y desunirla filtrando información, dando a entender que se está tratando de negociar algo de espaldas a la ciudadanía”.
Carrillo recuerda que antes de que el diálogo se convirtiera nuevamente en un tema de discusión, la MUD venía de cosechar dos triunfos importantes con la “toma de Caracas” del primero de septiembre y el cacerolazo que sufrió Maduro en el barrio de Villa Rosa, en el estado Nueva Esparta, al día siguiente. Al evaluar ese contexto, considera que la coalición debe “seguir presionando fuera del diálogo” para alcanzar sus objetivos.
“La MUD debe continuar en el camino más cercano a la lucha no violenta que a la negociación”, recalca el experto, que resalta como un gesto positivo que en medio de esta controversia la oposición haya confirmado su “compromiso inequívoco” con el referendo en 2016.
El sociólogo Juan Manuel Trak apunta que “el Gobierno da señales de diálogo solo para retrasar algunos procesos y evitar que ocurran cosas como el revocatorio”. A su juicio, el chavismo utiliza la negociación “para apaciguar a la población, dividir a la oposición e imponer su propia agenda”, apoyado en su poder comunicacional.
“Para la oposición, es la protesta pacífica y masiva lo que le da fuerza para tener algo que negociar. En la medida en que la oposición desvincula el diálogo de la protesta, pierde fuerza”, comenta el doctor en Procesos Políticos Contemporáneos.
Trak advierte que la opacidad del proceso puede terminar afectando a la MUD. “El Gobierno al conocer el tema comunicacional, explota la debilidad de la oposición de explicar a sus seguidores lo que está haciendo. La oposición no ha logrado establecer ese vínculo con sus bases para decir que está haciendo esto para llegar a un punto de encuentro sobre temas como el referendo, los presos políticos y el bloqueo institucional. Ha faltado un poco de explicación”, concluye.