MANAGUA.-JOSUÉ BRAVO
Especial
La pobreza y el desempleo siguen siendo las principales causas que empuja a los nicaragüenses a salir del país. Los países más atractivos a emigrar siguen siendo Estados Unidos, como el país que ofrece el sueño americano; Costa Rica, el más fácil y menos costoso para hacerlo por su cercanía; Panamá, por la bonanza y también cercanía de esta nación canalera; y España, adonde han viajado miles de servidoras domésticas desde Nicaragua
MANAGUA.-JOSUÉ BRAVO
Especial
Las imágenes de jóvenes felices que aparecen en el video de la canción oficial del 36 aniversario de la revolución sandinista, Un día lleno de amor, es un enorme contraste con el deseo de la mayoría de los nicaragüenses.
La Nicaragua de Daniel Ortega, donde el bombardeo propagandístico oficial dibuja el país de las maravillas en la tierra prometida, literalmente padece de hambre. No tiene empleos.
De ahí que el 52,3% de los nicaragüenses quiera emigrar en busca de empleo, lo cual contrasta con las cifras cuestionadas del Gobierno sandinista de que en Nicaragua solo el 6,8% de la población no trabaja, una dato más bajo incluso que su el de su vecina Costa Rica el país de más desarrollo en Centroamérica a pesar de su desaceleración económica en el último año, donde la cifra es del 10%, y curiosamente es una de las naciones adonde los nicaragüenses quieren irse a buscar mejor vida.
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La cantidad de nicaragüenses que quieren abandonar el país aumentó con relación a junio del año pasado, cuando era del 48,8% y en marzo de este año el 47,4%; según una encuesta de la firma nacional M&R publicada por el medio local El Nuevo Diario, de tendencia oficialista.
Los más atractivos para emigrar
Los países más atractivos para quienes están dispuestos a emigrar siguen siendo Estados Unidos, como el país que ofrece el sueño americano; Costa Rica, el más fácil y menos costoso para hacerlo por su cercanía; Panamá, por la bonanza y también cercanía de esta nación canalera; y España, adonde han viajado miles de servidoras domésticas desde Nicaragua.
La pobreza y el desempleo siguen siendo las principales causas que empuja a los nicaragüenses a salir del país. Por más que el Gobierno, a través del Banco Central publique cifras de mejoras en el país, la realidad no cambia.
El día a día de más del 70% sigue siendo la búsqueda del pan. “No podemos celebrar que el 74% de la población esté en pobreza multidimensional”, criticó Roberto Samcam, miembro del Movimiento Renovador Sandinista.
El desempleo, el principal problema
El 28,5% de los nicaragüenses aseguran que su principal problema es el desempleo y 70% nicaragüenses consideran que los precios de los combustibles afectan la economía familiar.
El alto costo de los combustibles aqueja a Nicaragua a pesar de la ayuda petrolera venezolana, privatizada por la familia gobernante y cuyas utilidades van a sus empresas, según varios análisis nacionales.
El emporio de la familia gobernante
Ortega, su familia y allegados crearon un emporio económico con la ayuda venezolana, en detrimento de las necesidades de las mayorías. El orteguismo, como le llaman sus críticos a esta nueva etapa del sandinismo, ha creado un sistema económico que sigue emulando un modelo pro negocios privados.
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Ha logrado privatizar la cooperación venezolana que le permite desviar fondos para actividades partidarias y crear un emporio económico privado de negocios familiares al margen de toda supervisión estatal.
La encuesta muestra el antagonismo en Nicaragua. Un 70,2% aprueba la gestión del gobierno de Ortega y su esposa Rosario Murillo, con quien cogobierna. Un 72,8% opina que el Gobierno le genera esperanza” y 67.7% que “la dirección en que conduce al país es la correcta.
Pero el 75,4% está preocupado por el manejo de la economía; el 62,9% dice que a la democracia nica le “falta algo”; y el 59,4% que el gobierno no ha hecho nada por él.
Ante tanta pobreza, el principal aliado de miles de familias pobres son las remesas provenientes de sus familiares desde el exterior. Aunque menos personas estarían recibiendo remesas en el país (solo el 205), las cifras oficiales reflejan que en los primeros cinco meses del año hubo un crecimiento del 4,5% en el monto recibido por ese rubro, al sumar en 488,5 millones de dólares.
Las remesas representan el 9,8% del producto interno bruto (PIB) del país. En todo el año, en el 2014, las remesas alcanzaron la cifra histórica de 1,135.8 millones de dólares, un 5,3% más que en el 2013, cuando las mismas fueron de 1,077.7 millones de dólares.
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Usando los millonarios recursos que posee, económicos e institucionales, el sandinismo ha dibujado un país de lindos colores y formas, obviando las dificultades de los pobres para sobrevivir.
En la reciente celebración del 36 aniversario Ortega y Murillo desvelaron una vez más el populismo, la opulencia y el derroche de la familia gobernante.
Para Samcam, esta fanfarria demuestra su mismo fracaso. “No podemos ni debemos celebrar la privatización de una celebración nacional, de la aparición de los grandes latifundios, de la profunda inequidad en la distribución de la riqueza que producimos todos los nicaragüenses, del enriquecimiento ilícito de las cúpulas que gobiernan el país”, escribe en su columna semanal.
“No podemos celebrar a 210 multimillonarios que juntos acumulan casi tres veces el PIB (…). No podemos celebrar la muerte de la Democracia, del Estado de Derecho y de la Institucionalidad. No podemos celebrar una educación mediocre que convierte a los ciudadanos en clientes”, cuestiona.
El país de las desigualdades
Este es Nicaragua, el país donde literalmente el corcho se hunde y el hierro flota. El país de las desigualdades, un país sufrido y ultrajado por la clase política desde hace más de un siglo.
El suelo donde la mayoría no quiere vivir. Como muestra, el consulado general de Costa Rica en Managua. Ahí, cientos de nicaragüenses se agolpan a diario en busca de una visa para cruzar hacia suelo costarricense, en busca de un mejor futuro.
Un perfil migratorio elaborado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), indica que 800 mil nicaragüenses viven en el exterior, pero se cree que la cifra real oscila entre 1.5 y 2 millones de emigrantes que empezaron a salir masivamente desde la revolución sandinista en los años 80, casi la mitad de la población.