sábado 10  de  mayo 2025
REPORTAJE

Médicos cubanos en "misiones", carne de cañón, esclavitud moderna y fuente de lucro

Un profesional cubano de la salud que envían a otro país recibe menos del 90 por ciento de su salario, el monto es fuente de ingresos para el régimen

Diario las Américas | IVÁN GARCÍA
Por IVÁN GARCÍA

LA HABANA. - La hierba crecida cubre casi por completo la línea férrea que atraviesa un aislado caserío en el municipio de Alquizar, a poco más de 50 kilómetros al suroeste de La Habana. Después de caminar por un terraplén que bordea la antigua estación de trenes, se divisa un consultorio médico cerrado con candado. La doctora, llamémosla Zulema, trabajó allí durante dos años.

Una mañana, después de graduarse de medicina, preparó un par de maletas y, tras quince horas de viaje desde Santiago de Cuba llegó a la capital en busca de mejores oportunidades. “Una amiga me puso en contacto con un funcionario del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) que resolvía, pagándole en dólares, misiones médicas en el exterior. Yo quería prosperar. Salir de la marginalidad donde nací, comprarles una casa a mis padres, casarme y formar una familia", cuenta Zulema.

Se venden misiones

“La corrupción en el MINSAP es tremenda. Si quieres ir a un buen destino, tienes que pagar 3 mil o 4 mil dólares. Durante la pandemia estuve a punto de viajar a Calabria, Italia, pero a última hora el viaje se cayó. El funcionario cuadró conmigo estar un año en Venezuela y luego mandarme al hospital que tiene el gobierno cubano en Qatar. Pensé que era un buen negocio, pues me cobraría la mitad del dinero cuando viajara a Qatar. Un día me avisó y me fui del consultorio donde trabajaba en Alquizar. A las dos semanas viajaba a Caracas. Por poco no regreso”.

Después de aterrizar en el aeropuerto de Maiquetía, la trasladaron hasta el barrio de Petare, ubicado en la falda de una colina, donde los asesinatos y la violencia están a la orden del día. “Allí es común ver un muerto tirado en la calle y niños portando armas”. Ella corrobora que, en esas misiones médicas, además “de trabajar en lugares remotos y peligrosos, nos quitan el pasaporte y te ocultan cuánto te pagan realmente. Mientras un jefe de misión gana más de mil dólares al mes, a mí me ponían 50 dólares mensuales en una tarjeta para que cobrara mi familia en Cuba. Al final de la misión es que te pagan dos o tres mil dólares, si cumples los dos años. Pero como Venezuela está en bancarrota, a veces no te pagan completo”.

“En la misión hay tipos de la Seguridad del Estado fiscalizando todo lo que hacemos. Su trabajo es impedir las deserciones. Uno de cada tres médicos que va a Venezuela tiene planes de emigrar. Brincan para Brasil o Colombia. Otros cruzan varias fronteras para llegar a Chile o Uruguay. Hubo un tiempo en que había un programa donde te acogían en Estados Unidos. Pero Obama lo cerró. Y ahora con Trump es una locura intentar llegar allá”, concluye.

Roberto, médico intensivista, señala que “en Venezuela nos orientaban a entregar medicamentos a las personas que apoyaban a Maduro. Y persuadir a los pacientes para que votaran por el chavismo. Si tienes amistad con opositores, te regresan a Cuba; también si tienes relaciones sentimentales. Del salario real te roban entre el 80 y el 90 por ciento. Te dan lo que entienden. La gente firma cualquier documento de manera voluntaria porque estamos pasando un montón de necesidades. Y el gobierno lo sabe. Por eso nos utiliza como carne de cañón, porque 400 o 500 dólares al mes es una fortuna para un médico en la Isla”.

María Werlau, directora de Archivo Cuba, probablemente la persona que mejor ha investigado el esquema de lucro y pactos políticos entre la dictadura castrista y gobiernos de la región ha reconocido en diversas entrevistas que es muy complicado precisar cifras exactas de todo lo relacionado con la exportación de servicios, debido a la opacidad informativa de los organismos y medios estatales cubanos.

24.000 ‘colaboradores’

Según una nota del Ministerio de Relaciones Exteriores, actualmente Cuba cuenta con más de 24 mil colaboradores en 56 países. Aunque el régimen envió un grupo de médicos a Chile en 1960, la dictadura considera como la primera misión la de Argelia en 1963. Durante muchos años, como parte del relato que Fidel Castro enmarcaba dentro del internacionalismo proletario, la población creyó que esas misiones médicas eran gratis.

“Estuve en Angola y nunca me enteré de que el gobierno de ese país le pagaba a Cuba por mis servicios. Se escudaban en el discurso ideológico. No veíamos un dólar. Te daban un poco de dinero local antes de regresar para que compraras pacotillas baratas en una candonga de Luanda”, recuerda Luis Carlos, ortopédico.

Hubo momentos, de acuerdo con cifras de la Oficina Nacional de Estadística e Información, en que por el concepto de exportación médica se logró superar los 8.000 millones de dólares anuales. En 2022 esos ingresos descendieron a 4.000 882 millones de dólares, una cantidad suficiente para mantener un sistema de salud pública eficaz y moderno. Pero la mayoría de los hospitales cubanos piden a gritos reformas, con equipamientos obsoletos, déficit de medicamentos. El salario mensual de un especialista médico no supera el equivalente a 25 dólares mensuales.

“Con los miles de millones de dólares obtenidos con la venta de servicios médicos, es para que nuestros hospitales tuvieran infraestructuras del primer mundo y el sueldo de un médico rondara los 400 dólares al mes. Es lo menos que se necesita en Cuba para comer y pagar diversas facturas”, se queja un galeno. Diversos especialistas calculan que el 70 por ciento de esos ingresos, más de 100.000 millones de dólares en los últimos 25 años, se ha utilizado en la construcción de hoteles de lujo, como lucro de altos funcionarios del régimen o se ha depositado en bancos extranjeros.

En una entrevista ofrecida al canal de televisión en Miami America TeVe, María Werlau dijo que es incomprensible que gobiernos de la región les paguen a la dictadura cubana hasta cinco veces más que el salario de los médicos locales. "Y se comprometen con el régimen a cerrarles el contrato si se quedan o emigran. Funcionarios de Estados Unidos esperan reunirse con sus homólogos de Bahamas para hablar del tema. La administración de Trump está utilizando como arma de presión denegarles las visas a los funcionarios que se presten en ese esquema de esclavitud laboral”, advirtió Werlau.

Inseguridad y violencia

Otro problema que afecta a las misiones de médicos cubanos es la violencia que sufren en lugares donde van a trabajar. Hace cinco años, el cirujano Landy Rodríguez y el especialista de medicina general Assel Herrera fueron secuestrados cuando se dirigían al hospital de una zona fronteriza en Mandera, Kenia, por miembros de la organización terrorista Al Shabab. Assel y Landy fueron enviados a Kenia como parte de un grupo de cien médicos tras un acuerdo firmado en 2018 entre La Habana y Nairobi que generó polémica entre galenos kenianos que expresaron su rechazo a la contratación de profesionales extranjeros por temor a ver limitadas sus oportunidades de empleo.

Mandera, donde habitualmente trabajaban Landy y Assel, es un sitio tan peligroso que los médicos locales no quieren prestar servicio, pues es una zona controlada por Al Shabab o los Mensajeros de la Muerte, como también son llamados. El régimen de La Habana y sus servicios especiales conocen el extenso prontuario criminal de la banda, ligado a Al-Qaeda, fundada por Osama Bin Laden en 1985 durante la ocupación soviética a Afganistán. Al Shabab es una consecuencia del vacío de poder que sobrevino en Somalia tras la caída del gobierno de Siad Barre (1969-1991), que provocó el caos y resurgimiento de autoridades religiosas tradicionales que se dedicaron a regular de una forma autoritaria las relaciones sociales.

Assel Herrera y Landy Rodríguez, presuntamente fallecidos por un ataque de drones estadounidenses en 2024, desconocían los peligros del lugar donde iban a trabajar. Pero el gobierno castrista sí sabía que estaban en una zona de conflicto. Su caso contrasta con el de los cinco espías de la Red Avispa que cumplían cárceles en EEUU, cuando el régimen pagó millones de dólares en bufetes de abogados y campañas publicitarias por todo el mundo.

La indiferencia

El secuestro de Assel y Landy hace casi cinco años está marcado por la indiferencia. Si usted hace una cronología de la banda terrorista Al Shabab, se percatará de que utilizan el secuestro como una forma de obtener dinero. Entre 2008 y 2018 secuestraron al menos a diez ciudadanos (españoles, británicos, italianos entre otros), por los cuales posteriormente cobraron entre un millón y medio y cinco millones de dólares por su liberación.

¿Por qué el gobierno cubano no intentó pagar por su rescate? ¿O si lo intentó, por qué no lo ha informado? Las muertes de Assel y Landy generan demasiadas preguntas sin respuestas. No son los únicos. En un hospital al este de Caracas hay una tarja de bronce que expresa: "A los colaboradores de la salud fallecidos en tierras bolivarianas durante el cumplimiento de su deber", como si hubiesen caído en combate.

Pero no murieron combatiendo. Fueron víctimas de la violencia callejera que ha convertido a Venezuela en un matadero. La última vez que Miraflores informó sobre el número de médicos cubanos asesinados en el país fue en abril de 2010. Hasta ese momento, habían muerto 68 médicos.

Especial

@DesdeLaHabana

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