MADRID. - Miguel Henrique Otero, presidente editor del periódico venezolano El Nacional, analizó la forma cómo el dictador Nicolás Maduro acabó con el socialismo del siglo XXI, impulsado por Hugo Chávez, con el objetivo de perpetuarse en el poder.
El presidente de El Nacional señaló que el socialismo del siglo XXI perdió su posible utilidad con Maduro: "El único propósito es robar todo cuanto sea posible"
MADRID. - Miguel Henrique Otero, presidente editor del periódico venezolano El Nacional, analizó la forma cómo el dictador Nicolás Maduro acabó con el socialismo del siglo XXI, impulsado por Hugo Chávez, con el objetivo de perpetuarse en el poder.
En un artículo publicado en El Debate, el domingo 22 de septiembre, titulado "Radiografía de cómo Maduro mató al Socialismo del siglo XXI", Otero indicó que "en el caso de Nicolás Maduro, su brutal ejecución del socialismo del siglo XXI lo empujó a cruzar todos los límites, para convertir su régimen a partir de las bases que Chávez dejó establecidas al momento de morir, en una estructura político-militar fascistoide, represiva y violadora de los derechos humanos, torturadora y violadora, extorsionadora y coercitiva, responsable del empobrecimiento masivo de la sociedad, la destrucción de los servicios públicos, la aniquilación de la institucionalidad democrática y hasta la devastación ambiental de amplias zonas del territorio".
El editor aseveró que la etiqueta Socialismo del siglo XXI perdió "por completo su posible utilidad" con el régimen del heredero de Chávez. En este sentido, aseguró que este socialismo no genera ilusión alguna, ni nadie la agita: "Su sola mención causa repulsión o, en el mejor de los casos, risa. Maduro la destruyó, la volvió un trapito sin capacidad de ilusionar o de engañar".
Recordó que el Socialismo del siglo XXI hizo de posiciones ético-morales, su cartilla de presentación. De allí que "se llenaban los pulmones de aire, aumentaban el volumen de los micrófonos, reunían los mayores auditorios posibles, para denunciar la corrupción en sus múltiples formas".
"Resultó que esa chusca ideología de cartón-piedra, que ese activismo propagandístico mil millonario, no era más que una gigantesca tapadera, un enorme circo para distraer incautos. El único y real propósito del socialismo del siglo XXI es robar todo cuanto sea posible, hacerse de los bienes de la nación sin pagar por ellos, crear gordas e impunes oligarquías institucionales, políticas y económicas, que les garanticen el mantenimiento del poder y el enriquecimiento ilimitado", resaltó Otero.
Miguel Henrique Otero recordó que, antes de 2004, cuando Chávez afirmó que la idea política del socialismo estaba vigente y debía recuperarse, había incorporado a su verborrea consignas sobre el antiimperialismo y la integración de Hispanoamérica.
"A partir de su reunión con Fidel Castro en la isla de Margarita, en diciembre de 2001, el discurso de Chávez comenzó a revestirse de tintas rojas y vieja fraseología izquierdista", relató el editor.
Esa reunión con el dictador cubano se dio en el marco de la III Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe (AEC). "Y fue en esos días, donde el astuto Fidel Castro comprendió que el golpista Chávez carecía de un pensamiento político mínimamente estructurado y que si se le acariciaba el ego de forma sistemática, ese Chávez rimbombante y ahuecado, ese narciso con los bolsillos llenos de dólares, cuyo mayor placer consistía en escucharse a sí mismo hablar sin límites, ese Chávez con vocación de palabrerío, era influenciable. Absolutamente influenciable por él".
Otero sostuvo que dentro de las promesas del socialismo del siglo XXI se planteó una amalgama de consignas o pensamientos diversos "que enunciaba como antineoliberal, anti Estados Unidos y fundada en las banderas o el pensamiento de figuras de la historia de Hispanoamérica: Simón Bolívar, Simón Rodríguez, José Martí, Ezequiel Zamora y hasta el mismísimo Fidel Castro".
FUENTE: El Debate