A medida que se acerca el balotaje del 19 de noviembre, las encuestas indican una competencia reñida entre Javier Milei y el ministro de Economía, Sergio Massa
Javier Milei, candidato presidencial de la coalición La Libertad Avanza, se dirige al Consejo de las Américas en Buenos Aires, Argentina, el jueves 24 de agosto de 2023.
APBUENOS AIRES.- El candidato presidencial argentino Javier Milei está generando controversia al expresar serias dudas sobre la integridad del proceso electoral y alertar sobre la posibilidad de un fraude que podría privarlo del cargo más alto del país. Aunque este tipo de narrativa es común en la política internacional, Milei la está adoptando en Argentina, argumentando que los resultados electorales podrían estar en entredicho.
Milei, un economista de orientación de libertario, ganó notoriedad por sus críticas contundentes hacia la clase política argentina. Su mensaje, que señala a una élite corrupta como responsable del estancamiento del país frente al aumento de la pobreza y una inflación anual del 142%, resuena entre aquellos que buscan un cambio.
La estrategia de Milei de cuestionar abiertamente la integridad del sistema electoral argentino, hasta ahora considerado confiable según la corte electoral de apelaciones, se interpreta como un intento de movilizar a su base electoral y fomentar la vigilancia en los centros de votación. A medida que se acerca el balotaje del 19 de noviembre, las encuestas indican una competencia reñida entre Milei y el ministro de Economía, Sergio Massa.
Algunos seguidores de Milei respondieron a sus denuncias de posible fraude participando como voluntarios para supervisar los más de 100.000 centros de votación en todo el país. Aunque las afirmaciones de fraude surgieron en las redes sociales, expertos señalan que, históricamente, Argentina experimenta algunas irregularidades, pero no en una escala que pueda cambiar los resultados electorales.
La tecnología utilizada en el proceso de votación argentino, donde se emplean boletas de papel y urnas de cartón, es objeto de críticas. Sin embargo, las denuncias de Milei sobre supuestas irregularidades carecen de pruebas sustanciales. A pesar de ello, sus seguidores más fervientes respaldan sus reclamaciones, utilizando lemas como "¡Un voto robado es fraude!".
Expertos en política argentina señalan que cuestionar las deficiencias del sistema electoral no debería considerarse tabú, pero las dudas expresadas por Milei parecen ser parte de una estrategia política para movilizar a sus seguidores y crear un clima de desconfianza en caso de una derrota.
Aunque algunos temen que estas tácticas erosionen la legitimidad del proceso democrático a largo plazo, la fortaleza de la democracia argentina y la falta de control de Milei sobre los resortes de poder necesarios para anular los resultados atenúan estos riesgos.
FUENTE: Con información de AP
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