LA HABANA.- En su más reciente informe, el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) reveló un preocupante incremento en las tácticas represivas del régimen cubano, dirigidas a silenciar cualquier expresión de descontento. Según el documento publicado este 4 de septiembre, solo en el mes de agosto se contabilizaron 152 acciones represivas, muchas de ellas marcadas por la violencia psicológica y física contra opositores y activistas.
El informe destaca que, aunque las detenciones arbitrarias son un método común, el régimen intensificó otras formas de represión como las amenazas, el hostigamiento a través de citaciones policiales y las restricciones a la libertad de expresión, tanto en espacios públicos como en redes sociales. Un aspecto que resalta es el incremento en el acoso a familiares de presos políticos, con el objetivo de aislar a los detenidos y limitar el apoyo social hacia sus causas.
La cárcel como herramienta de control
El OCDH subraya que las cárceles en Cuba continúan siendo centros de violaciones sistemáticas de los derechos humanos. Los presos políticos, en particular, enfrentan condiciones inhumanas, con falta de acceso a atención médica adecuada, violencia constante y confinamiento prolongado. La organización, según reseña Cubanet, pone de relieve el caso de Yosandri Mulet Almarales, manifestante del 11J que, tras años de encarcelamiento, terminó suicidándose durante un permiso penitenciario, un ejemplo del deterioro emocional que enfrentan los presos en Cuba.
Otra tendencia que el informe pone de manifiesto es la persecución a opositores fuera de prisión. Varios exprisioneros políticos han sido sometidos a vigilancia constante, amenazas de ser nuevamente encarcelados y presiones para abandonar su activismo. Estos actos no solo reflejan el control que el régimen busca mantener sobre los opositores, sino también el miedo latente en la sociedad cubana, donde cualquier acto de resistencia puede ser castigado con cárcel o el exilio forzado.
Un clima de miedo
El OCDH concluye que el ambiente de represión que se vive en Cuba está diseñado para mantener a la ciudadanía en un estado de temor constante. Mientras el régimen sigue utilizando el terror como su principal arma de control, el descontento popular, aunque latente, se enfrenta a un aparato represivo cada vez más sofisticado.
Este escenario pone en evidencia, según la organización, la falta de voluntad del régimen cubano para abordar los problemas sociales y políticos que afectan a la isla, optando por estrategias de represión en lugar de promover un diálogo que permita soluciones reales.
FUENTE: Con información de Cubanet