ASUNCIÓN. El debate sobre si permitir la reelección presidencial en Paraguay, prohibida por la Constitución, está rediseñalando el mapa político del país, forjando alianzas insospechadas y dividiendo a la población del país latinoamericano.
Un proyecto de enmienda constitucional al respecto desembocó en la noche del viernes en violentos enfrentamientos que dejaron un muerto, decenas de heridos y 211 detenidos en un asalto al Congreso en Asunción.
La iniciativa intenta habilitar la reelección presidencial, prohibida por la Carta Magna de 1992, lo que supone un obstáculo para las aspiraciones políticas de varios dirigentes, entre ellos el actual presidente, Horacio Cartes, y el expresidente Fernando Lugo.
El mapa que emerge de esta crisis abierta muestra al conglomerado de partidarios de la enmienda, integrado por una mayoría del conservador Partido Colorado, en el Gobierno, en una sorpresiva alianza con el progresista Frente Guasú (FG), de Lugo, y disidentes del opositor Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), de tendencia liberal.
En la vereda de enfrente, opuestos a la enmienda por considerar que viola la Constitución, se encuentran ahora disidentes "colorados", una mayoría del PLRA y algunos sectores progresistas y de izquierda, distanciados del Frente Guasú.
La crisis se profundizó en los primeros meses del año 2016 por iniciativa de algunos dirigentes oficialistas que consideraron necesaria la continuidad del presidente Cartes.
Resucitar a Lugo
Después se sumó el Frente Guasú, que pretende habilitar a Lugo, el exobispo católico que fue presidente entre 2008 y el 2012 y destituido en un juicio político promovido en el Congreso por "colorados" y liberales, a poco más de un año de completar su mandato.
Esa destitución dejó a Lugo en una situación confusa que se pretende superar con la enmienda, aunque de aprobarse, el expresidente y actual senador competiría por la presidencia en las elecciones de abril del año próximo con Cartes, su actual aliado coyuntural.
La enmienda constitucional fue el camino elegido por sus promotores, luego de explorar la posibilidad de una reforma constitucional, también contemplada en la Carta Magna paraguaya, que no tuvo el consenso mayoritario ni los votos necesarios en el Congreso.
En agosto del 2016, los opositores presentaron un proyecto de enmienda y en la misma sesión lo rechazaron, para evitar que el tema volviera a ser tratado antes de un año, como establecen las normas.
Los oficialistas criticaron esa operación política e insistieron con el tema. Estuvieron todo este tiempo amenazando con presentar un nuevo documento, algo que hicieron a comienzos de esta semana, en una sesión inusual, fuera del habitual recinto de sesiones y sin la presencia de la oposición.
Esa reunión, denunciada por opositores como un Golpe de Estado parlamentario y la creación de un Senado paralelo, desató los hechos que derivaron este viernes en la violencia y el vandalismo descontrolado, y hasta el incendio parcial de la sede del Congreso.
El presidente del país, Horacio Cartes, acusó a los sectores de oposición y algunos medios de comunicación por la situación creada, mientras los opositores reclaman a Cartes que retire el proyecto de enmienda para evitar que se profundice la crisis.
No está claro qué va a pasar de aquí en adelante. El clima es de crispación y enfrentamiento y las partes no parecen dispuestas a ceder en sus posiciones.
Las elecciones nacionales serán el 22 de abril del 2018, pero el calendario electoral se pondrá en marcha este año con la convocatoria de los comicios prevista en agosto, y las elecciones internas en diciembre. El nuevo gobierno que emerja de las elecciones asumirá en agosto del 2018.
FUENTE: dpa
Descarga LA APP