jueves 28  de  marzo 2024
Cuba

Rector de la Ermita de la Caridad lanza fuerte crítica a referendo constitucional en Cuba

El sacerdote Fernando Hería, al frente del santuario, afirma que el proyecto de Constitución promovido por la dictadura es una nueva farsa del castrismo y calificó de ilegítimo el proceso
Por DANIEL CASTROPÉ
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MIAMI.- A lo largo de la historia, la Iglesia católica ha asumido un papel protagónico en la búsqueda de caminos que conduzcan a la solución de conflictos de diversa naturaleza. Fiel a este principio, el padre Fernando Hería, rector de la Ermita de la Caridad, el centro religioso más representativo del exilio cubano en Miami, decidió opinar sobre el referendo constitucional promovido por el régimen cubano: “Esta es una nueva farsa del castrismo”, califica de forma contundente.

Hería, uno de los 14.000 cubanos que llegaron al exilio siendo menores de edad, beneficiados con el programa Pedro Pan, auspiciado por el Gobierno de Estados Unidos, la Iglesia y el exilio cubano a principios de los años 60 del siglo pasado, considera “ilegítimo” el proceso electoral que debe terminar con la aprobación –o no– de una “nueva Constitución” en la isla, que, a juicio de la oposición, en nada cambiará el futuro del pueblo cubano, hoy carente de muchos elementos esenciales para vivir.

En sus propias palabras, “en reflexión y siguiendo su mente y corazón, el pueblo de Cuba debe rechazar esta Constitución, porque como bien declaró la Conferencia Episcopal Cubana, en días pasados, esta carta magna solo es aplicable si tú eres comunista. Si no lo eres, si no sigues esos ideales dictatoriales, ateos, si no sigues a los hermanos Castro, entonces tú no tienes ningún derecho protegido bajo esta nueva propuesta”.

Como también lo ha expresado un elevado número de opositores al castrismo, para el sacerdote es casi seguro que la dictadura imperante en la isla desde 1959, una vez transcurridas las votaciones, va a decirle al mundo que “el pueblo apoyó abrumadoramente esa Constitución”. Pero, subrayó, “Dios sabe si nosotros vamos y votamos en contra de la Constitución, y un día se va a saber la verdad”.

El borrador final de la nueva Constitución, aprobado por la Asamblea Nacional cubana el 22 de diciembre de 2018, mantiene al gobernante Partido Comunista (único) como “fuerza dirigente superior de la sociedad”, al socialismo como sistema de gobierno y al comunismo como aspiración, y busca “impulsar” la controlada “apertura económica” y “reformas” de los dos mandatos de Raúl Castro (2008-2018), en un intento por fortalecer la debilitada economía del país caribeño.

“El pueblo no la acepta”

Para el padre Hería, quien asegura que su condición de cubano le permite opinar sobre “el devenir de la Patria de Martí y de quienes estamos en el exilio”, el pueblo de Cuba no está dispuesto a aceptar la “nueva Constitución” porque –agregó– “ese proyecto no respeta absolutamente nada de la enseñanza de justicia social de nuestra Iglesia y recalca el ateísmo que se niegan a admitir quienes han llevado a la miseria a toda nuestra gente”.

Añadió: “La mejor Constitución que se ha escrito, según mi opinión como historiador, estudiante de Ciencias Políticas y sacerdote, fue la de 1940, que era la más progresista que existía en todas Las Américas, y como era una Constitución, inclusive respetuosa de los derechos humanos, eso no le conviene a ese régimen porque a las dictaduras no les interesa nada que ponga en las manos del pueblo el poder de decisión”.

El artículo tercero de la proyectada carta constitucional señala que “el socialismo y el sistema político y social revolucionario, establecidos por esta Constitución, son irrevocables”. Más adelante, en el título “Reforma de la Constitución” puede leerse que el texto está sujeto a cambios de origen ciudadano. Sin embargo, el artículo 224 reza: “En ningún caso resultan reformables los pronunciamientos sobre la irrevocabilidad del socialismo y el sistema político y social establecidos en el artículo 3”.

A pesar de esta limitación, un artículo del periódico oficialista Escambray asevera que “la tabla de derechos no es un catálogo cerrado, sino que estos se ensanchan y amplían con el desarrollo de la sociedad, quedando la Constitución abierta a la recepción de nuevos derechos y a la interpretación y actualización del contenido esencial de los mismos a tono con las nuevas demandas y exigencias de la sociedad”.

“Coincidencia” con otras fechas

El prelado también criticó la “extraña coincidencia” de realizar un proceso electoral de reforma a la Constitución en una fecha que tiene diferentes significados para los cubanos. Uno de los más memorables, el denominado Grito de Baire, que marcó el final del proceso de independencia de la isla del “yugo español”.

“El 24 de febrero es el Día del Grito de Baire, que fue el último movimiento por la independencia de los cubanos, en 1895. Entonces era necesario intervenir militarmente y declararle, como cubanos, la guerra a España. Así se hizo, y pudimos liberarnos de España, y luego por la Enmienda Platt pudimos acogernos a los EEUU hasta el año 1934 cuando logramos deshacer ese plan”, afirmó.

Además, Hería calificó como “algo horroroso” que la dictadura castrista haya escogido ese día para el referendo constitucional dado que el 24 de febrero de 1996 fueron derribadas en aguas internacionales dos avionetas de la organización Hermanos al Rescate, con saldo de cuatro pilotos muertos tras un acción que se atribuyó el castrismo.

Según el sacerdote, “esos mártires de la fe fueron fusilados en el aire, y eso no puede ser visto como un derribo normal y corriente, eso fue un acto sangriento que ejemplifica la mentalidad de lo que es una dictadura que no tiene respeto por el ser humano”.

La operación de ataque a las aeronaves que eran utilizaban para recoger “balseros” cubanos o haitianos en el Estrecho de la Florida fue dirigida por Raúl Castro. Los tripulantes muertos fueron Manuel de la Peña, de 24 años, Carlos Costa (29), Armando Alejandre (45) y Pablo Morales (29).

Finalmente, el religioso dijo que en Cuba no hay socialismo, ni tampoco comunismo, sino una “dictadura castrista con rasgos comunistoides y ateos”. Y acto seguido indicó: “¿En qué creen? ¿En lo que dijo Lenin, que el Partido [Comunista] es el dios del pueblo? Ellos son unos dictadores y es hora de que dejen que Cuba sea el pueblo noble que Dios escogió para que su madre, la Madre del Amor, la Virgen de la Caridad, fuera su patrona”.

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