Una “multitud” le gritó insultos. Un día antes había sido objeto de una intensa campaña de difamación en el "noticiero estelar" de la televisión cubana
captura de pantalla de FB/R.HUIMACHI El régimen castrista retoma viejas técnicas de represión. El descontento popular y un creciente activismo dentro de jóvenes e intelectuales dentro de la isla pone en jaque la legitimiidad del sistema que se atrinchera en la intimidación y el acoso y se apoya en los mitines de repudio como parte de una campaña desesperada de descrédito para vender una imagen que, cada día más, se desmorona ante los ojos de la comunidad internacional y la Sociedad civil.
“Los actos de repudio son uno de los momentos más bochornosos y tristes que sufrió la nación cubana” sostiene el periodista de Radio Tv Martí, Amado Gil.
Víctimas, analistas y expertos coinciden en que dentro de todas las páginas denigrantes que ha escrito la dictadura en más de 60 años estos mítines de repudio son una de las peores, sobre todo, porque manipula y enfrenta a hermanos contra hermanos solo por el hecho de pensar diferentes.
Hace solo unos días, la periodista independiente Iliana Hernández, colaboradora de CiberCuba, fue víctima de un acto de repudio frente a su vivienda en Cojímar.
Una “multitud” le gritó insultos. Un día antes había sido objeto de una intensa campaña de difamación en el "noticiero estelar" de la televisión cubana. Hernández logró transmitir en vivo la llegada de la brigada a las afueras de su casa, con banderas, altavoces y dos ómnibus.
Este hecho no es el único que se ha vivido de manera reciente. Ahí están las “tanganas” supuestamente espontáneas que organiza el régimen con la participación, incluso, del successor designado Miguel Díaz Canel, reunidos en el parque trillo, o los realizados en la sede del movimiento San Isidro. Sin embargo la memoria histórica remonta a 1980 a los eventos de la Embajada del Perú. En apenas 48 horas, más de 11 mil cubanos irrumpieron en esa sede diplomática en La Habana para solicitar asilo político. Esto trajo como consecuencia inmediata el establecimiento del puente marítimo del Mariel, por el cual más de 125 mil cubanos salieron hacia los Estados Unidos.
En ese entonces, en la portada de Granma, con grandes titulares se anunció: ''Ahora entrará en acción el pueblo” estimulando las repudiables concentraciones con huevos y consignas ahora en pleno siglo XXI, 40 años después la prensa oficialista se suma a estas intentonas de resaltar "espontaneidad". El sitio Cubadebate incitaba hace unos días publicamente a la violencia y al enfrentamiento al publicar en su web oficial: “Machete, machete que son poquitos”.
En este sentido, el caracter mimético de la dictadura, tiene igualmente el mismo efecto. En un artículo testimonial Diario de Cuba sostiene que: “Esos años tumultuosos de 1980 revelaron a la opinión pública mundial la realidad de que el régimen no era un muro monolítico ideológico de apoyo a la revolución, como alardeaba la propaganda del régimen y esa verdad indiscutible encolerizó al inestable jefe de la revolución, quien inició una serie de editoriales candentes en Granma donde azuzaba a la población contra las personas que no apoyaban al credo revolucionario”.
De ese período quedan frases detestables como “Pin Pon Fuera abajo la gusanera”, las palabras como lumpen, escoria que se repetían hasta el cansancio y se crearon frases populares como: “A mi me da lo mismo un mitin que un homenaje”.
En la década de 1990, continuaron estas prácticas, en medio de unos años duramente marcados por la paupérrima situación económica, que pasó a la historia como "Periodo Especial" y que marcó, irreductiblemente, el fortalecimiento de una oposición visible dentro de la isla.
El blanco más común,en un principio, fueron los primeros periodistas que trabajaban al margen de la prensa oficial, denunciando los atropellos y la ineptitud de la dictadura comunista, escalada que llegó a la tristemente célebre Primavera Negra y el encarcelamiento y condena a 75 opositores en el año 2003. A partir de ahí las Damas de Blanco, que se manifestaban en las calles de La Habana para exigir la libertad de sus esposos e hijos recibieron y reciben frecuentes mítines de esta naturaleza.
El impacto de los sucesos del Movimiento San Isidro, un mayor acceso a la información a partir de los teléfonos celulares y la internet dejan al desnudo el verdadero rostro del régimen, aunque trate de vender mitines espontáneos y vale la pena preguntarse ¿Se avecinan juicios sumarios, detenciones y más encarcelamientos contra los opositores pacíficos? ¿Podríamos esperar una nueva primavera negra ahora que con más fuerza se reciclan las herramientas de hostigamiento y represión?. ¿ Alguno o la mayoría de esos cubanos que se prestan a denigrar creen si quiera en las consignas que gritan?
FUENTE: REDACCIÓN
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