martes 18  de  febrero 2025
PAUSAS DE LA RESPIRACIóN

Apnea del sueño: el trastorno de los ronquidos peligrosos

Un trastorno que afecta a más de 12 millones de personas en Estados Unidos, según datos suministrados por los Instituto Nacional de Salud

La apnea, es un problema crónico de salud, que altera los patrones normales de sueño de una persona. Este trastorno, se evidencia por la presencia de una serie de pausas en la respiración, de aproximadamente unos 10 segundos, que se repiten constantemente durante el periodo de reposo nocturno, así como por la presencia de intervalos de respiración superficial.

Datos más concretos señalan que, el trastorno se considera leve si las pausas ocurren entre 10 y 20 veces por hora, cuando la periodicidad oscila entre 20 y 30 repeticiones en el mismo lapso de tiempo se trata de una condición moderada, y por encima de este nivel, la apnea se clasifica como severa. n

El sueño es una necesidad fundamental en el ser humano, pues este tiempo, más que un simple descanso, es el lapso que permite a nuestro organismo renovarse física y mentalmente, sin embargo, cuando existe cualquier alteración, el reposo deja ser reparador, provocando síntomas como: fatiga, pérdida de concentración e irritabilidad.
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A pesar de su impacto, la apnea del sueño es un trastorno difícil de identificar, la mayoría de las personas desconoce su condición hasta que, quienes comparten la cama con el afectado notan que algo extraño está sucediendo.

El diagnóstico definitivo solo puede hacerse a través de una prueba conocida como polisomnografía, que permite confirmar los episodios del cese en la respiración. Esta consiste en situar una serie de sensores en diversas zonas del cuerpo y conectarlos a un equipo que vigila la actividad del corazón, los pulmones y el cerebro, así como los patrones respiratorios, los movimientos de los brazos y las piernas, y las concentraciones de oxígeno en la sangre.
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Cuestión de relajación n

La apnea es producto de un proceso fisiológico, y es que al momento de dormir, los músculos del cuerpo se relajan, incluyendo aquellos encargados de mantener la garganta abierta para que el aire pueda entrar a los pulmones, cuando este proceso se altera, el ronquido fuerte se convierte en el principal síntoma de aviso, pues este es producto del bloqueo de la vía respiratoria. Sin embargo, no toda persona que ronca sufre apnea del sueño. n

Otros factores que incrementan el riesgo de enfrentar apnea del sueño son: los de carácter fisiológico, como un maxilar inferior más corto que el superior, ciertas formas del paladar, un cuello o lengua grandes que pueden retraerse y bloquear la vía respiratoria, la presencia de amígdalas y vegetaciones adenoideas; la obesidad; y dormir boca arriba. n

Más de una apnea n

Los especialistas establecen tres tipos de apnea del sueño. La primera, se conoce como obstructiva, y se considera la más frecuente. En ella, la interrupción del flujo aéreo se debe a una oclusión de la vía respiratoria, lo que es usual al dormir, considerando que al colocar nuestro cuerpo en posición horizontal, las partes blandas de la garganta se desplazan hacia atrás, haciendo que la lengua, las amígdalas, el paladar blando y la úvula bloqueen repetidamente la respiración. Esta es usual en personas con sobrepeso, pero puede afectar a cualquiera, incluso a los niños. n

Está también la apnea del sueño central, un tipo menos frecuente y que no produce ronquidos, en la que los músculos respiratorios permanecen inactivos porque el cerebro no envía las señales correctas, lo que genera el cese del flujo respiratorio. También puede presentarse en cualquier persona, aunque suele ser más frecuente en quienes sufren ciertas enfermedades, como hipertensión, o en quienes consumen cierto tipo de fármacos.

Y finalmente, está la apnea mixta, que corresponde a una combinación de síntomas. n
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Opciones de tratamiento
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- No existen fármacos específicos para tratar esta condición. n

- Para contrarrestar el impacto de la apnea en el organismo se recomienda: evitar el consumo de alcohol, así como las situaciones de estrés y las cenas opíparas, bajar de peso, dormir de lado en lugar de boca arriba, dejar de fumar. n

- Usar un dispositivo para el avance mandibular (MAD, por sus siglas en inglés) o una máquina de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP, por sus siglas en inglés). n

- En los casos más graves, se recomienda una cirugía.
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