MIAMI — Distintos estudios han demostrado que el consumo de tabacos no solo es dañino para la salud física, sino que también afecta el cerebro y aumenta el riesgo de enfermedades mentales.
Un nuevo estudio demostró la correlación del consumo de cigarrillos con enfermedades mentales como la esquizofrenia, la depresión y el trastorno bipolar
MIAMI — Distintos estudios han demostrado que el consumo de tabacos no solo es dañino para la salud física, sino que también afecta el cerebro y aumenta el riesgo de enfermedades mentales.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), el consumo de cigarrillos es la principal causa de enfermedad, discapacidad y muerte prevenible en el país norteamericano.
Un nuevo estudio canadiense desarrollado por Doug Speed, miembro del Centro de Genética Cuantitativa y Genómica de la Universidad de Aarhus, junto a dos colegas, demostró en términos estadísticos la correlación principalmente entre el tabaquismo y la esquizofrenia, y en específico, que fumar puede provocar depresión y trastorno bipolar.
La investigación publicada en la revista Acta Psychiatrica Scandinavica examinó la evolución de las conductas de fumar y cómo la responsabilidad genética de estas contribuye a las hospitalizaciones por esquizofrenia, trastorno bipolar y depresión mayor, señala una publicación de Infobae.
Fueron estudiados los datos genéticos de más de medio millón de personas recopilados por el Biobanco del Reino Unido, uno de los más grandes del mundo sobre salud humana, y los combinaron con información de salud y respuestas proporcionadas por los participantes sobre su estilo de vida.
Los investigadores afirmaron que como las variantes genéticas también parecen estar relacionadas con el riesgo de enfermedades mentales, “esto solía ser un poco confuso, pero en este estudio demostramos que empezar a fumar puede aumentar el riesgo de desarrollar trastornos mentales debido a los genes relacionados con el tabaquismo".
Los resultados del análisis notaron que las personas en el conjunto de datos que portaban los genes relacionados con el tabaquismo, pero no fumaban, tenían menos probabilidades de desarrollar trastornos mentales en comparación con aquellos que portaban genes relacionados con el tabaquismo.
“Debido a que el tabaquismo generalmente comienza antes de los 20 años, el prevenirlo en los adolescentes probablemente puede evitar el desarrollo de trastornos mentales”, agregaron.
Mediante el estudio explicaron que hay una serie de variantes genéticas que se pueden referir como genes relacionados con el tabaquismo. Por lo tanto, los genes ayudan a determinar si una persona se convertirá en fumador o no.
Asimismo, destacaron que al observar a los muchos fumadores de la base de datos, encontraron una serie de variantes genéticas recurrentes. “Al ver estudios de gemelos, en los que estos tenían los mismos genes pero crecieron en hogares separados, pudimos ver que sus genes podrían explicar 43% del riesgo de convertirse en fumador”, expusieron.
Por otra parte, la investigación evidenció que en los hogares donde los padres adoptivos también fumaban, aumentaba el riesgo de que el niño comenzara a fumar. Sin embargo, si los verdaderos padres eran fumadores, los riesgos eran aún mayores porque habrían transmitido ciertos genes relacionados con el tabaquismo a sus hijos.
El trabajo demostró también que la responsabilidad genética por la intensidad de consumo de cigarrillos tiene un efecto en la hospitalización por depresión mayor, trastorno bipolar y esquizofrenia, y que fumar aumenta el riesgo de ser hospitalizado por una enfermedad mental en un 250%. "Las conductas de fumar tienen la misma magnitud de efecto sobre la hospitalización por salud mental que la responsabilidad genética", aseveraron los investigadores.
Uno de los elementos que fueron determinados es que el consumo de tabacos precedía al diagnóstico de las patologías de salud mental. "La media de comienzo de consumo de tabaco fue a los 17 años, mientras que la media en que las personas eran admitidas en unidades psiquiátricas era alrededor y posterior a los 30 años", dice el informe.
Precisaron que la barrera para dejar de fumar reportada por pacientes de salud mental es que fumar brinda un alivio temporal al estrés o al aburrimiento, expusieron al tiempo que manifestaron que otra barrera es que los médicos no están capacitados para brindar asesoramiento sobre el tabaquismo y no creen que los pacientes estén motivados para dejar de fumar.
A su vez, detallaron que aunque fumar puede provocar trastornos mentales como depresión, trastorno bipolar y esquizofrenia no tienen una explicación de por qué, sino una serie de teorías.
En tal sentido, aseguraron que atribuir un papel causal al tabaquismo en los trastornos mentales requiere un mecanismo biológico. “A menudo se menciona la nicotina, con su efecto sobre el agotamiento de la serotonina o su alteración del sistema colinérgico. Una explicación alternativa es que fumar provoca una inflamación periférica que, en última instancia, activa las células microgliales en el cerebro”, subrayaron.
"Cuando fumas un solo cigarrillo, la nicotina activa la producción de serotonina en el cerebro. “Entre otras cosas, esto es lo que te hace sentir relajado después de fumar. Pero si se continúa fumando, la nicotina tendrá el efecto contrario. En cambio, inhibirá la serotonina, lo que puede provocar ansiedad, malestar e inestabilidad”, plantearon.
Finalmente, expusieron varias limitaciones que tuvieron al realizar el análisis "al utilizar las edades de inicio (o abandono del hábito de fumar) autoinformadas, nuestros resultados dependen de la precisión de los recuerdos de los participantes y de la honestidad al informar”.
De acuerdo con el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, 1 de cada 4 adultos (o el 25 %) en EEUU tiene algún tipo de enfermedad mental o trastorno debido al consumo de sustancias, las cuales consumen casi el 40% de los cigarrillos que los adultos consumen en general.
Más de 480,000 personas mueren cada año en EEUU a causa de enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco. Esto significa que el fumar causa aproximadamente 1 de cada 5 muertes en el país norteamericano.
FUENTE: con información de Infobae y revista Acta Psychiatrica Scandin