Los jabones se utilizaron durante siglos para la limpieza personal y doméstica no eran solubles en agua fría
En la actualidad, el jabón en polvo es uno de los productos de limpieza más utilizados en el mundo, para lavar la ropa, los platos y otros artículos.
PixabayMIAMI.- El origen del detergente se remonta a la antigüedad, más de cuatro mil años. Los primeros detergentes conocidos fueron los jabones, que se fabricaban a partir de grasas animales o vegetales y álcalis.
Se cree que el jabón se inventó hace más de cuatro mil años. Se han encontrado en la Mesopotamia, 2.500 a.C. tablillas de arcilla sumerias que mencionan la mezcla que se obtenía de hervir aceites con potasio, resinas y sal y sobre su uso medicinal. Asimismo, en Siria 1.500 antes de Cristo, hay registros de jabón procedente de la ciudad de Alepo, antiguo territorio fenicio, que se sigue fabricando hoy día con el mismo método tradicional y con aceite de oliva y aceite de laurel.
Hay quien asegura que los cruzados introdujeron en el siglo XI el jabón en Europa Central desde Alepo. Los fenicios tuvieron tratos comerciales con Europa antes de los tiempos romanos, así que quizás este tipo de jabón habría llegado mucho antes a las ciudades costeras como Nápoles, Marsella, Cartagena o Cádiz. Lo cierto es que en la Baja Edad Media no se utilizó mucho el jabón, y debido a la falta de higiene se originaron grandes epidemias que diezmaron a la población, como la peste negra del siglo XIV.
En el siglo VIII, se cree que la primera gran jabonería europea la construyeron los árabes a finales del siglo X en Al Andalus, en Sevilla. En el valle del Guadalquivir, donde había grandes olivares y marismas, se obtenían las materias primas necesarias para fabricar un jabón que cuatro siglos más tarde se conocería como jabón de Castilla. Aun así en Andalucía se siguió llamando por el nombre árabe, almona, a las fábricas de jabón.
En 1575, se construyó una almona en la Ciudad de México. El jabón que se fabricaba en ella era el que usaban los mexicanos, hecho a partir del tequesquite, un mineral rico en sosa, y algunas plantas. En el siglo XVII se sabe de la existencia de una jabonería en Guayaquil que fabricaba jabón a partir de sebo de vacas y cenizas de yerba.
A partir del siglo XIX, diversos químicos franceses aportaron importantes avances a la industria jabonera, descubriendo y desarrollando fórmulas para la obtención de sosa a base de sal común, o describiendo al detalle el proceso de la saponificación. A demás, los hallazgos de Luis Pasteur demostraron que el aseo personal reduce la expansión de enfermedades. Todo esto permitió importantes avances y la profesionalización de la fabricación y expansión de jabón.
El jabón tiene propiedades detergentes porque es capaz de formar micelas, que son agrupaciones de moléculas que tienen una cola hidrofóbica (que repele el agua) y una cabeza hidrofílica (que atrae el agua). Las micelas rodean las partículas de suciedad y grasa, impidiendo que estas se vuelvan a unir.
Los jabones se utilizaron durante siglos para la limpieza personal y doméstica. Sin embargo, tenían algunas limitaciones. Por ejemplo, los jabones tradicionales no eran solubles en agua fría y podían ser inestables en aguas duras.
En el siglo XIX, se desarrollaron los primeros detergentes sintéticos. Estos detergentes se fabricaban a partir de compuestos orgánicos que tenían propiedades detergentes similares a las del jabón. Los detergentes sintéticos tenían varias ventajas sobre los jabones tradicionales. Por ejemplo, eran solubles en agua fría y eran más estables en aguas duras.
El primer detergente sintético comercial se fabricó en Alemania en 1906. Este detergente, llamado Persil, se basaba en una mezcla de jabón tradicional, perborato y silicato sódico.
Los detergentes sintéticos se hicieron cada vez más populares a lo largo del siglo XX. Esto se debió a su mayor eficacia, su comodidad de uso y su menor coste.
En la actualidad, los detergentes son uno de los productos de limpieza más utilizados en el mundo. Se utilizan para la limpieza personal, doméstica, industrial y comercial.
Los detergentes se clasifican en dos tipos el aniónico es el más común. Se basa en compuestos orgánicos que tienen una carga negativa. Son eficaces para eliminar la suciedad y la grasa, pero pueden ser perjudiciales para el medio ambiente.
El detergente catiónico es menos común que el aniónico. Se basa en compuestos orgánicos que tienen una carga positiva. Son eficaces para eliminar la suciedad y la grasa, pero pueden ser irritantes para la piel.
Los detergentes también pueden clasificarse en función de su aplicación, para lavar la ropa, los platos, para la limpieza del hogar y para limpiar en entornos industriales.
El primer jabón en polvo fue desarrollado en 1884 por el químico alemán Hans Hennig, que trabajaba para la empresa alemana Henkel, y estaba buscando una forma de fabricar jabón que fuera más fácil de usar y almacenar. Su idea fue convertir el jabón en una forma de polvo que se pudiera disolver fácilmente en agua.
El jabón en polvo de Hennig se comercializó por primera vez en Alemania en 1885, y rápidamente se convirtió en un éxito. Fue introducido por primera vez en Estados Unidos en 1903 por la empresa alemana Henkel. El producto se llamó Henkel's Laundry Soap y se comercializó como una alternativa más económica y conveniente al jabón en barra.
El jabón en polvo de Henkel rápidamente se convirtió en un éxito en Estados Unidos. En 1910, la empresa ya tenía una planta de producción en el país.
Otras empresas estadounidenses también lo comenzaron a comercializar en la década de 1910. Entre ellas se encontraban la empresa Procter & Gamble, que lanzó su producto Tide en 1946, y la empresa Colgate-Palmolive, que lanzó su producto Fab en 1950.
El jabón en polvo tiene una serie de ventajas sobre el jabón en barra. Es más fácil de transportar y almacenar, y se disuelve más fácilmente en agua. También es más económico, ya que se puede dosificar con mayor precisión. En la actualidad, es uno de los productos de limpieza más utilizados en el mundo, para lavar la ropa, los platos y otros artículos.
Existen jabones en polvo multiusos que pueden utilizarse para lavar la ropa, los platos y otros artículos. Estos jabones suelen ser más económicos que los jabones especializados.
FUENTE: Muy Interesante, Cadena Ser, Solimix, Diario Madrid
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