MIAMI.- El autismo es una condición multifactorial que debe ser tratada desde diferentes ángulos. Si bien está la parte médica que va desde tratamientos con suplementos vitamínicos o medicamentos específicos para controlar comportamientos disruptivos, también hay una extensa lista de terapias que pueden ayudar a que la persona con autismo evolucione favorablemente con la finalidad de que logre interacción social o aprendizaje de diversos tipos conocimientos o destrezas.
El listado de los tipos de terapias es largo. Por un lado, están las formales académicas como terapia del lenguaje o terapia ocupacional, y por las otras terapias innovadoras que casi siempre buscan estimular un área específica de los niños o adultos con condición.
Una de las que ha cobrado mayor reconocimiento, de ser una terapia innovadora ahora es una de las formales, es la terapia de modificación de conducta a través de la técnica ABA (Análisis Conductual Aplicado), y cuya aplicación terapéutica en contextos naturales surgió en el año 1960 y su constante evolución ha beneficiado sustancialmente a estas personas, como lo asegura la especialista Isabel N. Mendoza Naim, con más de 15 años de experiencia.
En las últimas dos décadas se han escrito decenas de artículos, publicados en las plataformas de verificación científica, que hablan de las ventajas que tiene esta terapia en personas dentro del espectro del autismo y que han logrado mejorar su capacidad de lenguaje, adquirir mayores habilidades de comunicación, mejorar la atención y logrado obtener habilidades sociales que antes no tenían, así como avance académico formal.
Aprendizaje como refuerzo
Como bien su nombre lo indica, el análisis conductual aplicado busca modificar conductas a través de la adquisición de nuevas habilidades que reemplazan las habilidades desadaptativas que limitaban de alguna manera al individuo.
“La fluidez de la adquisición de habilidades de reemplazo es alcanzada a través de la identificación de preferencias, motivación, ayudas a través de estímulos físicos, visual, gestuales, verbales y el proceso de condicionamiento operante de reforzamiento que incluye reforzamiento positivo y negativo”, explicó la especialista, quien imparte sus conocimientos a través de las redes @hablemos_ABA y @aboundlesscare.
Construyendo estructuras conductuales específicas
La terapia ABA es variada, ocurre en cualquier contexto (casa, escuela, centro de terapia, parque, etc.) y se estructura de acuerdo con cada caso. El terapista identifica una conducta meta, que beneficie al cliente según su edad, habilidades y preferencias. Y cuando el paciente logra ejecutarla el terapeuta se prepara para el proceso de generalización y mantenimiento donde la conducta aprendida en cierto contexto se practica en otros lugares, con otras personas y a través del tiempo.
Exigencia en el método
Para que la terapia sea efectiva debe haber una verdadera alianza de trabajo entra la que el terapeuta desarrolla y la que se realiza en el hogar.
“No es beneficioso que se desarrolle un programa completo de modificación (reemplazo) de conducta en terapias si no se sigue fuera de terapias, ya que causaría un contraste conductual donde el niño haría las conductas nuevas en presencia de su terapeuta, pero no en su ausencia”, explicó.
Por lo tanto, “es importante que los padres sean entrenados para continuar la enseñanza de habilidades en casa y así ayudar a su hijo a generalizar la conducta y llegar a martirizarla”, destacó la especialista.