MIAMI.- Aunque el juicio contra Alec Baldwin por el homicidio involuntario de la directora de fotografía Halyna Hutchins en el set de Rust, ocurrido en octubre de 2022, inicia en julio; continúa el proceso contra otros miembros del equipo que debían ser responsables de la artillería en el lugar.
Según información de TMZ, el jueves Ryan Winterstern, productor de la película, negó haber conversado con la armera Hannah Gutiérrez-Reed, quien señaló que previo al fatal accidente ella había solicitado a los productores de la película más tiempo para preparar a Baldwin.
La Fiscalía alegó que la joven de 24 años declaró que ella se había dirigido a Winterstern y a otro productor de nombre Nathan, pero Ryan aseguró el 29 de febrero que ella nunca se acercó a él y que podría recordar la conversación si realmente hubiese existido.
Otras declaraciones
Por otra parte, el 28 de febrero, el productor Gabrielle Pickle manifestó que en dos oportunidades habló personalmente con la armera sobre el sistema de supervisión de las armas de fuego que se utilizarían en el set, así como también se dirigió a ella por correo electrónico.
Pickle señaló que consideraba que la joven no tenía un sistema que garantizara un control más responsable de los equipos que se utilizaban, por lo que le propuso un método de registro en el que se registraran las entradas y salidas de las armas cada vez que fueran utilizadas para ensayos o grabaciones.
Sin embargo, aseguró que Hanna descartó su iniciativa alegando que era complicada, y le dijo que ella trabajaba bajo su propio sistema el cual le permitía tener seguimiento de la artillería.
La Fiscalía considera a Hanna responsable también de la muerte de Halyna; sin embargo, el equipo legal de la joven asevera que se utiliza su edad y desconocimiento en la industria para tenerla como un chivo expiatorio en el caso.
Durante el juicio, el ayudante de dirección de la película David Halls testificó en nombre de la fiscalía y señaló que tras el tiroteo, sostuvo a Halyna mientras llegaba la ambulancia. El hombre confesó, entre lágrimas, que minutos antes de morir, Hutchins le dijo que no podía sentir sus piernas.