MIAMI.- Forjada entre México y Estados Unidos, Caissa Martínez combina perspectiva internacional y multicultural con un conocimiento fino de ambos mercados inmobiliarios. Con formación en Columbia University y Harvard Business School, se mueve con soltura entre el desarrollo —suelo, permisos, diseño— y las finanzas estructuradas. Su sello: convertir activos complejos en historias de valor medible, sin perder de vista la regulación local, la cultura de cada plaza y la disciplina operativa.
El punto de partida de su trayectoria fue Ciudad de México. En el proyecto María Ribera, Caissa pasó de analista a responsable integral de la ejecución. “Este fue uno de mis primeros proyectos como analista y posteriormente tuve la oportunidad de supervisarlo durante todo el proceso” comenta. La obra, reconocida con premios de arquitectura y conservación, probó que podía equilibrar patrimonio, normativa y rentabilidad.
Desde ahí saltó a la expansión geográfica. En Guadalajara, diseñó y abrió la operación de desarrollo para Marhnos. “Fui responsable de abrir esta nueva región, investigar el mercado local, identificar y contratar proveedores, y finalmente adquirir el primer terreno. Además, diseñé la estrategia para crear y hacer crecer el equipo local” No fue solo desarrollo de proyectos sino que ensambló una plataforma local con cadena de suministro y talento listos para escalar.
La experiencia mexicana se tradujo en Estados Unidos con la misma claridad ejecutiva. En California lideró el reposicionamiento de un centro comercial regional de aproximadamente un millón de pies cuadrados, construido en 1968. “Definimos una nueva estrategia de arrendamiento. La estrategia incluía una eventual demolición y construcción de un desarrollo residencial nuevo, comenzando por el estacionamiento, para asegurar que el retail permaneciera operativo durante el proceso.” La operación requirió cirugía fina: mantener el edificio principal del centro comercial, cambiar la mezcla de inquilinos y preparar el salto a un uso de mayor valor.
El músculo financiero se vio de lleno en Chicago, donde renegoció el financiamiento de un edificio de oficinas clase B en un mercado golpeado por la pandemia. “Mi trabajo consistió en negociar la reestructuración del financiamiento para minimizar la pérdida de valor del capital y proteger los intereses de todas las partes, lo que requirió discreción y manejo cuidadoso para asegurar la operación continua del edificio.” La combinación de análisis y manejo de stakeholders evitó daños mayores y mantuvo vivo el activo.
Su apuesta por capital inteligente y sustentable la llevó a cerrar un hito de mercado en Nevada: “Cerrar el préstamo más grande de construcción con C-PACE en Nevada. 108 millones de dólares dentro de un total de 161 millones. C-PACE es un producto financiero innovador que impulsa la eficiencia energética y la sostenibilidad.” La estructura alinea retorno con eficiencia energética y resiliencia del proyecto, y marca un precedente para North Bridge, compañía en la que actualmente trabaja.
En Brooklyn, reestructuró otro edificio clase B con una capa extra de complejidad: “La complejidad aumentó porque involucró negociar con un consorcio de prestamistas… y ejecutamos un proyecto de mejoras de capital (CapEx).” En Texas, lideró la compra de un proyecto value-add con foco en precio de entrada y métricas de retorno: “Negociación rigurosa para asegurar que la compra se realizara al precio correcto, cumpliendo con los retornos exigidos por nuestros inversionistas.”
Más allá de las transacciones, Caissa subraya el salto profesional que define su carrera: “Logré ingresar y consolidarme en un puesto de Real Estate Finance… enfrentando la alta competencia de candidatos con experiencia en banca de inversión y formación financiera en Estados Unidos, y además siendo mujer en una industria mayormente dominada por hombres. Este camino ha sido para mí una prueba de perseverancia, aprendizaje constante y pasión por el real estate.” Es la confirmación de que la preparación académica, la lectura estratégica de los mercados y la ejecución consistente pueden abrir espacio en los entornos más competitivos.
Su expediente académico y profesional viene acompañado de premios y becas. En la universidad, el Colegio de Ingenieros Civiles de la Ciudad de México la distinguió con el premio al mejor desempeño estudiantil. Al postular al MBA en Harvard Business School obtuvo la beca LunaCap —“solo seleccionan a diez personas con antecedentes excepcionales”— y el apoyo de CONACYT. La base analítica apareció temprano: a los 15 años ganó el primer lugar en las Olimpiadas Estatales de Matemáticas en el Estado de México y obtuvo mención honorífica en las Olimpiadas Nacionales.
De la restauración patrimonial en CDMX al reposicionamiento de centros comerciales en California, de las reestructuras de financiamiento en Chicago y Brooklyn a la financiación sostenible en Nevada, la mexicana Caissa Martínez acredita una comprensión profunda de los mercados inmobiliarios de México y Estados Unidos. Su perspectiva internacional y multicultural no es un adorno: es el marco desde el que traduce contextos distintos en estrategias concretas y resultados. En un sector que exige rigor técnico y manejo político a la vez, su trayectoria muestra cómo se construye valor —en la hoja de cálculo y en la ciudad.