Los “hacedores” brindan la inspiración para nuevas ideas, así como la necesaria perseverancia que garantiza los resultados positivos de un proyecto. Los “hacedores” son la fuerza motriz de la innovación, brindando iniciativas y logrando cosas asombrosas al hacer posible que una idea genial se convierta en realidad. Estas son algunas de las definiciones de “hacedor” que brinda Tom E. Jones, en su libro sobre los “hacedores” (Doers: The Vital Few Who Get Things Done, 2016).
Por lo general, los “hacedores” se mueven detrás de bastidores. Cuando el público asiste a la puesta en escena del arte contemporáneo, se maravilla con las sorprendentes creaciones, pero desconocen el universo de creatividad, talento y técnica que se mueve detrás de esas exposiciones, de las personas de ingenio que hacen posible muchas de esas obras, trabajando en el backstage con dedicación, utilizando tecnología de punta para nutrir y apoyar el discurso del artista. Hoy voy a compartir mi conversación con un “hacedor” y su know-how sobre la utilización de tecnologías aplicadas al arte. Ese “hacedor” se llama Carlos Cruz-Diez Jr.
-¿Cómo una persona se convierte en “hacedor” en el mundo del arte?
Debo mi experiencia a la labor de asistencia y apoyo durante más de 50 años a mi padre, el artista cinético Carlos Cruz-Diez. Desde niño me familiaricé con las herramientas de su taller, porque para él, la familia, el hogar y el taller eran una misma cosa. A los 21 años, después de terminar mis estudios secundarios en Francia, me integré formalmente a la plantilla de su taller. Aprendí a desempeñar con destreza todas las tareas necesarias para ayudarlo en la compleja elaboración de sus obras, así como el diseño y fabricación de las máquinas necesarias para ese proceso.
En paralelo, comencé a investigar en nuevas tecnologías que ayudaran a hacer más eficiente su discurso, desde sistemas novedosos de iluminación, diseño de motores, sistemas de impresión, tecnología digital, entre otras. Con el tiempo, fui ocupando las funciones de planificador y gerente del Atelier Cruz-Diez París. Amplié la visión de lo que debería ser un atelier de artista en el siglo XXI y organizar las exhibiciones de sus obras en todo el mundo. Esto me ha permitido desarrollar una visión panorámica del mundo del arte y sus tendencias y dirigir las labores de marketing de sus obras; con los años me convertí en un connaisseur del arte.
-Tengo entendido que el rol de ingeniería que usted desempeña en relación con los proyectos de Cruz-Diez fueron imprescindibles para el artista.
En el caso de los proyectos de obras integradas a la arquitectura y al urbanismo siempre lo ayudé a realizar los cálculos, planos y maquetas. Luego de aprobado el concepto, me ocupaba de la construcción junto a ingenieros y arquitectos. Uno de los ejemplos que puedo darle es el del Miami Marlins Ballpark Stadium. La obra está compuesta por caminerías (walkways) en una plaza de 1.600 metros cuadrados (1,749 square yards), se trata de una Induction Chromatique Double Frequence.
Las variaciones de frecuencia generan un espectro cromático en constante transformación mientras te desplazas, creando colores complementarios que son virtuales, pero existen en el espacio entre el ojo del espectador y los mosaicos en el piso que contienen los otros colores impresos. Junto con José Ramón Moreno creamos una empresa en Miami denominada Logistics Fine Arts para dirigir los trabajos de instalación de los 1.600 m2 de mosaicos.
La obra es visitada en temporadas de béisbol por 55.000 personas diariamente y sirve de área de esparcimiento para la comunidad. El estadio fue inaugurado en la primavera de 2012. En esta obra convertimos el béisbol en arte (risas).
-Hablando de propuestas, tengo entendido que, en el mes de abril, presentarán en Meudon, Francia, Chromosaturation pour une allee publique. Es una obra emblemática, ya que Cruz-Diez la exhibió en los tiempos de la Revolución de mayo en Francia.
Yo fui testigo de la Revolución de Mayo del 68, un evento que sacudió los esquemas culturales y sociales de nuestra generación. Es ese espíritu que hizo posible que el arte se volcara a la calle, como sucedió con la Cromosaturación que Cruz-Diez instaló a la salida del metro Odeon, donde las personas se sumergían con asombro en una situación cromática absoluta, experimentando físicamente el color. La Chromosaturation que prestamos al parque de esculturas del Hangar-Y, es en colaboración con la Galleria Continua.
-Volviendo a la apasionante simbiosis de tecnología y arte, entiendo que su padre fue modificando algunas obras a medida que encontraba soluciones inéditas. Hábleme de eso.
La forma de fabricar arte se nutre de las innovaciones de la tecnología, pero es importante entender que ésta debe estar al servicio de un concepto para que exista una “obra de arte”. En este momento estoy trabajando en una propuesta para la Tate Modern de Londres y la puesta al día de Environnement Chromointerférent, obra que tuvo su origen en el concepto ideado por Cruz-Diez en 1965 y que denominó Labyrinthe de Déconditionnement. Su objeto era el despertar las percepciones dormidas por efecto de una sociedad que descarga sobre la gente un heterogéneo y continuo bombardeo de información. En la década de 1960, su elaboración dependía de las posibilidades tecnológicas de esa época. Yo asistí a mi padre en la fabricación del primer Ambiente Cromointerferente en 1975 y en el 2001 realicé la actualización de la obra con una programación vectorial diseñada por mi padre utilizando computador y videoproyectores. Desde entonces la obra se ha enriquecido al ritmo del avance tecnológico, convirtiéndola en una obra desmaterializada e inmersiva.
-Si bien, desde la partida del maestro Cruz-Diez en 2019, usted asumió la auctoritas sobre el legado del artista y sus proyectos en desarrollo, le pregunto cuál es su balance.
Como familia Cruz-Diez, somos portadores de un legado de excelencia, innovación, un know-how tecnológico y un savoir faire que aprendimos de él, además de una ética profesional y una impecable reputación en el mercado del arte, que es el capital más valioso que poseemos. El Atelier Cruz-Diez Paris es un núcleo generador de soluciones para la realización de proyectos de arte contemporáneo. Contamos con un staff de excelentes profesionales, técnicos y artesanos, con quienes elaboramos las ideas y proyectos que concibió mi padre, me refiero a obras, comprometidas con anticipación a su ausencia. Me encargo personalmente de dirigir su elaboración siguiendo con exactitud sus diseños, planos e indicaciones. Un legado como el de mi padre merece una dedicación constante, por su aporte a la historia del arte contemporáneo, así como por el valor que representa para museos y coleccionistas.
-Díganos cuáles son los proyectos en desarrollo.
Aparte de los proyectos antes mencionados, vengo de inaugurar en el Centre Pompidou Málaga la exposición Carlos Cruz-Diez. El color en movimiento. A comienzos de abril, la galería Continua inaugura en París Carlos Cruz-Diez. L’euphorie de la couleur. Desde 2023 y hasta fines de 2024, la exposición itinerante RGB Los colores del siglo, recorre las principales capitales del mundo, como un homenaje al centenario del artista.
-Usted es una persona muy ingeniosa, en dos palabras un “hacedor”, un ingeniero del arte. Dígame quién pudiera dirigirse a usted para pedir asesoría y acompañamiento.
Yo no soy un artista, pero soy un inventor, un “hacedor” de arte como usted dice, ya que me entusiasma estar al día con los avances tecnológicos. A mí me enseño mi padre a ir más allá de lo que hace una herramienta. Recuerdo que en una oportunidad me dediqué por días a estudiar el dispositivo utilizado para la iluminación interior de los viejos edificios de París, que se basan en una ampolla pivotante rellena de mercurio para regular el tiempo de alumbrado, con el propósito de proponerle a mi padre un dispositivo para los Cromoprismas Aleatorios, que les permitiera encenderse cuando la gente se acercase. Hoy en día existen los detectores de movimiento que usted puede comprar por internet (risas).
Después de leer el libro sobre los “hacedores”, antes mencionado, entiendo que esas personas son escasas en número, son una especie que podría estar en peligro de extinción en esta sociedad del instante y del ready-made en la que vivimos. Termino con una frase del libro de Jones: “Los hacedores son aquellos que, guiados moralmente, han logrado hacer las cosas correctas de la manera correcta y por las razones correctas. Son las personas con las que cuentas cuando otros te decepcionan”.