VENECIA.- El racismo, el feminismo, la tragedia de los migrantes que desembarcan en Europa, los dramas familiares o personales: la 80ª Festival de Cine de Venecia se ha erigido en un espejo del malestar de la sociedad contemporánea a dos días de la entrega de premios.
La Mostra de Venecia arrancó hace poco más de una semana bajo la sombra de las huelgas de actores y guionistas en Hollywood. La ausencia de estrellas y la participación de grandes directores con escándalos en su haber (Roman Polanski, Woody Allen y Luc Besson) parecían opacar al resto de participantes.
Pero este año, la Mostra 23 películas en competición para el León de Oro.
Sin embargo, el jurado de la Mostra, presidido por Damien Chazelle (director de La La Land y Babylon), ha podido asistir a una variada muestra de cine de autor, comprometido políticamente, de sátira o histórico, que hizo olvidar las polémicas.
El festival, que se reivindica como el más antiguo de Europa, ha gozado también de una asistencia al alza: en los primeros cinco días, las ventas de entradas al público crecieron un 9% respecto al 2022, según cifras oficiales.
Experiencias sobrecogedoras
Este jueves se presentan a concurso Holly, un drama sobre una joven con presuntos poderes psíquicos, de la directora belga Fien Troch, y Lubo, el caso real sobre la marginación de un artista nómada suizo en 1939, dirigida por Giorgio Diritti.
Faltan también por estrenar Hors saison, del francés Stéphane Brizé, y Memory, la nueva película del realizador mexicano Michel Franco, ya premiado en Venecia, sobre un demente senil (Peter Sarsgaard).
El certamen empezó con fuerza con Pobres criaturas, del griego Yorgos Lanthimos, una recreación lujosa y extravagante del mito de Frankenstein de la mano de Emma Stone, cuya interpretación podría abrirle las puertas a otro Óscar, según la crítica.
Green border aportó la dosis de cine comprometido y neorrealista, un drama coral rodado en blanco y negro con actores sirios o afganos para denunciar la tragedia que acontece en la frontera entre Polonia y Bielorrusia, donde llegan a diario candidatos al asilo.
La película, dirigida con firmeza por la polaca Agnieszka Holland, es una denuncia del tratamiento que reciben esas personas y de la política migratoria europea.
Debates de la sociedad
Io capitano, del italiano Matteo Garrone (Gomorra) es otro drama migratorio, pero esta vez filmado a través del desierto y en las cárceles libias. Explica el viaje que emprenden dos primos senegaleses para llegar a Europa, una experiencia sobrecogedora que a punto está de costarles la vida.
La estadounidense Ava DuVernay se convirtió en la primera afroamericana en concursar por el León de Oro con Origin, adaptación de un ensayo literario sobre las raíces del racismo en Estados Unidos.
La Mostra ha dado espacio también a experimentos visuales, como La bête, del francés Bertrand Bonello, una película sobre el impacto de la inteligencia artificial que recuerda a las películas del estadounidense David Lynch.
Y también ha abierto las puertas a biografías de personajes históricos: Maestro, de Bradley Cooper, sobre la enigmática figura del director de orquesta Leonard Bernstein, y Priscilla, sobre la que fue esposa de Elvis Presley, dirigida con sensibilidad por Sofia Coppola.
El León de Oro será revelado el sábado, a partir de las 21H00 (19H00 GMT).
FUENTE: AFP