"Hansel y Graciela" retrata temas recurrentes en la vejez

Entre las obras asociadas a ese proyecto se encuentran Clara y Amado (2020), estrenada de manera virtual durante la pandemia, Pepito y Florentino (2021) y Welcome abuela (2022), en salas. La nueva propuesta asociada a esa serie es Hansel y Graciela, se presenta en el centro Artefactus Cultural Poryect, teatro de la barriada de Kendall. La dramaturgia de la obra es de Nitsy Grau y la dirección de Leopoldo Morales.

La serie en su conjunto busca aproximarse al mundo de las personas mayores con problemas de memoria. En más de una ocasión los productores han señalado que sus obras son el resultado de entrevistas con personas de la tercera edad. En todas las piezas, la estructura dramática gira alrededor de la enfermedad del Alzheimer, la soledad, pérdida de memoria y el miedo. Sin duda, temas recurrentes en la vida de los ancianos.

La dramaturga Nitsy Grau, es hábil en presentar situaciones diferentes dentro de un mismo concepto: Dos ancianos en una residencia para mayores o el encuentro entre una abuela y su nieta. En Hansel y Graciela, una mujer con problemas de memoria y un hombre gay. La estructura dramática es semejante en todas, al igual que el trabajo escénico en cuanto a movimientos y situaciones, para pasar de lo dramático a lo jocoso y aliviar el peso de la tragedia humana.

Otra estructura de rompimiento con lo realista, es la escenografía, donde aparecen elementos disímiles que en ocasiones pueden hacer la escena algo surrealista, como andadores superpuesto uno sobre otro, o una gran cantidad de paraguas. En la obra que hoy nos ocupa, altas escaleras y cajas marcan el rompimiento entre realidad y ficción.

En Hansel y Graciela, una mujer a punto de ser enviada a un ancianato busca preservar lo más propio, la casa y la vida que en ella transcurrió con su familia. Sin embargo en la casa reside un hombre, que afirma ser esa su residencia. El hombre, papel que maneja con fuerza y destreza Guillermo Lavandera, es un vendedor por internet, y parece que ofrece cualquier cosa que quieran comprar.

Por su parte, Graciela, que asume con dominio la propia escritora, Nitsy Grau, se mueve entre la picardía y la pérdida de memoria. En varias ocasiones se refiere a un tesoro escondido en la casa, mientras que en otras, algo ida, se aferra a un pasado doloroso de una familia que no existe, o tiene momentos lúcidos: “los viejos somos como los niños, pero sin solución”.

El juego escénico entre dos realidades, mujer mayor enferma, hombre gay sobreviviendo, conduce a momentos de humor, también de compasión por la mujer. Todo es muy intencional, medido, buscando un balance, que no siempre se logra, pues en ocasiones parece como que le falta vida a los personajes. Quizás eso se deba, al parecer, a que el soporte de la dramaturgia son muchas vidas consultadas. Sin embargo es fuerte y universal, cuando Graciela afirma: “me quieren llevar a un lugar donde no tengo recuerdos”.

La luz, el sonido y la escenografía funcionaron perfectamente. El trabajo de maquillaje de Adela Prado es meritorio, logrando con unos trazos, envejecer con várices y otros detalles las piernas de la actriz.

Nitsy Grau y Leopoldo saben hacer teatro, trayectoria tienen. Personalmente espero el fin de esta serie de la Generación Silente, para ver sus posibilidades desde otra perspectiva escénica.

La obra se mantiene en cartelera en Artefactus, 12302 SW 133 Ct, en Miami, los viernes y sábados a las 8:30 pm y el domingo a las 5 pm. Reservaciones en el (786) 704-5715

FUENTE: teatro miami