MIAMI.- EFE
Prince jugó con una imagen femenina, tanto en sus movimientos encima del escenario como en sus posadas fotos y en las portadas de sus discos.
MIAMI.- EFE
Prince, fallecido hoy a los 57 años, llevó la psicodelia, el funk y el pop de su música a su manera de vestir y peinarse, algo que lo proclamó también como un icono de la moda que nunca vio combinaciones imposibles en sus estilismos.
Desde su primer disco en 1978, "For You", el cantante de Mineápolis siempre mostró su sentido de la estética, así como su intención de no dejar a nadie indiferente en sus apariciones, aunque en ese primer trabajo, así como en el segundo, "Prince" (1979), optó por primeros planos en los que su característico bigote ya despuntaba y que nunca abandonó.
Fue a partir de su tercer álbum, "Dirty Mind" (1980) cuando el cantante de melodías como "Purple Rain" eligió la provocación y el ser sexy jugando con bañadores estrechos y perfectos de cuero que dejaban ver su cuerpo casi al desnudo.
Siempre amante de los volúmenes en los hombros, Prince jugó también con una imagen femenina, tanto en sus movimientos encima del escenario como en sus fotos y en las portadas de sus discos. Y así lo mostró en 1988 en "Lovesexy", donde apareció desnudo con una mano en el pecho y la melena al viento.
Pero si de algo hay que llamarlo fetichista era de las mallas, que siempre visitó cuando no elegía mostrar sus delgadas pero firmes piernas. Amarillas, con tachuelas, de cuero, lunares o de talle alto, cualquiera le valía y le convertía en un iconoclasta de la sensualidad.
En su lista de predilecciones también optó por conjuntos de dos piezas o monos de un único color o un único estampado, por lo que su figura se convertía en un punto imposible de dejar de mirar. Aunque también manifestó en continuas ocasiones su gusto por los trajes sastre de colores y llamativas camisas que combinaban solo por el hecho de que quien las vestía era él, destacó Efe.
Aunque si hubo un complemento que confirió altura a su pequeña estatura (medía menos de un metro sesenta) fueron sus inseparables tacones, esos con los que nunca tuvo ningún problema a la hora de contonearse sobre el escenario.
Amante también de las gafas de sol, casi siempre negras, Prince siempre usó su mirada para interpretar sus canciones, tanto es así que acudía con mucha frecuencia al lápiz de ojos negro para remarcarlos como parte de la letra de sus melodías.
Respecto a su pelo, los rizos africanos que lució en sus primeros años fueron combinándose con alisados imposibles que le conferían una larga melena, hasta que llegaron los primeros cortes de cabello y ese tupé cardado que le acompañó hasta sus últimas apariciones.
Por último, y aunque se trata de un artista cuya estética es inabarcable, Prince también usó con frecuencia bastones de formas y materiales excéntricos con los que caminaba como un profesor de danza que marca con fuerza los movimientos de sus alumnos. Bastones que aumentaban la autoridad que siempre mostró en su vida, dentro y fuera de los escenarios.
Sus inicios
Debutó en 1978 con "For You", al que seguirían discos como "Prince", "Dirty Mind", "Controversy" y "1999", con los que progresivamente fue ganando popularidad.
Pero todo lo anterior quedo eclipsado por "Purple Rain" (1984), banda sonora de la película homónima que supuso un fenomenal éxito y por la que gano un Óscar a la mejor canción original.
Firmado junto a su banda The Revolution, "Purple Rain" le convirtió en una superestrella ecléctica e inconfundible gracias a canciones como "Purple Rain", "Let's Go Crazy" o "When Doves Cry"
La ambición de Prince, multiinstrumentista y perfeccionista en el estudio como pocos, no se detuvo.
De nuevo sacudió los cimientos de la música negra con "Sign o' The Times" (1987), un impresionante doble álbum de estilo barroco y enrevesado que le garantizó un lugar entre los grandes artistas del siglo XX.
Prince cerró su década dorada con la banda sonora de "Batman" (1989), antes de perder popularidad y enredarse en pleitos legales en los años 90 con su discográfica Warner, lo que le llevó a cambiarse el nombre por un símbolo indescriptible e impronunciable, una pirueta más para un artista acostumbrado a la extravagancia.
Otra muestra de ello fue cuando decidió lanzar de manera gratuita su disco "Planet Earth" con un periódico en junio de 2007, adelantándose de cierta manera a la polémica generada por U2 en 2014, cuando colocó su álbum "Songs of Innocence" en iTunes para todos sus usuarios.
Un ícono pop
Pero la peculiaridad del artista bebía principalmente de su gusto iconoclasta para la moda, siempre dinámico, colorido, arriesgado y estiloso, optando por conjuntos de dos piezas o monos de un único color o un único estampado.
No dudó en apostar por los tacones, lápiz de ojos, gafas de sol casi siempre negras, pantalones de talle alto y bastones de formas con los que jugaba en una notable evolución desde sus primeros posados desnudo y con bigote para su debut musical, hasta su etapa más fetichista en los 80.
Aunque continuó con sus giras y grabando discos, su relevancia disminuyó con el tiempo. Actuó en 2007 en el descanso del Superbowl y su último álbum publicado fue "Hit n Run Phase Two" (diciembre de 2015).
El cantante estuvo casado dos veces. La primera con la bailarina y cantante puertorriqueña Mayte García, entre 1996 y 1999. Con ella tuvo un hijo nacido el 16 de octubre de 1996 con el síndrome de Pfeiffer, que murió siete días después.
Su segundo matrimonio fue con Manuela Testolini Nelson, entre 2001 y 2006.
Prince se encontraba preparando sus memorias, que iban a llevar el título de "The Beautiful Ones".
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