SANTO DOMINGO.- Visitar la capital dominicana es imprescindible para quien desee empaparse de historia, cultura y, sobre todo, de la alegría de sus habitantes.
Santo Domingo, la ciudad más antigua del Caribe, invita a conocer su historia, gastronomía y vibrante cultura, reflejada en icónicos hoteles como el Jaragua
SANTO DOMINGO.- Visitar la capital dominicana es imprescindible para quien desee empaparse de historia, cultura y, sobre todo, de la alegría de sus habitantes.
Santo Domingo, la ciudad más antigua del Caribe, desprende una mezcla del encanto de otra época y un moderno estilo latino, que tanto tiene que ofrecer al viajero.
La Zona Colonial, bordeada por el río Ozama, fue nombrada patrimonio mundial por la UNESCO en 1990. Esa zona resguarda casas palacios y majestuosas iglesias que reflejan la arquitectura de la Baja Edad Media.
El edificio católico más antiguo de las Américas alberga la iglesia y convento de los Dominicos. Fue en Santo Domingo donde se construyeron la primera catedral (Santa María La Menor) y el primer castillo de las Américas (Alcázar de Colón), que sirvió de domicilio al virrey Don Diego Colón, uno de los hijos del Cristóbal Colón.
Justo en el corazón de la ciudad, a pasos del malecón, se impone el emblemático Renaissance Santo Domingo Jaragua Hotel & Casino, con 80 años de historia y que ha inspirado la pluma del cantautor Juan Luis Guerra.
El hotel, que hace años pertenece a la familia de Marriott International, es un punto de encuentro para locales y extranjeros en busca de un ambiente acogedor, ya sea para disfrutar de la oferta gastronómica del restaurante o de la coctelería en el área de la piscina. Cada martes celebran la cultura mexicana con tacos y rancheras, con el propósito de sorprender a los huéspedes con una variada programación
“El Jaragua es un hotel icónico, que tiene mucha historia. La mayoría de la gente en la ciudad lo conoce, también lo conocen por nuestro teatro y las fiestas, y vienen a nuestras actividades sociales. La marca Renaissance invita a conocer Santo Domingo, a explorar todo lo que hay que hacer en la ciudad, en la Zona Colonial, la historia, la cultura y todo lo demás. Entonces es una marca que representa eso”, dijo Brock Hochhalter, área mánager general para la Republica Dominicana y Haití.
“Uno de los mayores beneficios de pertenecer a Marriott International es el reconocimiento que tenemos a través de Marriott Bonvoy, un programa de lealtad y recompensa a los huéspedes que es el más grande del mundo”, agregó el estadounidense originario de Montana, que creció en Ecuador y llegó a Santo Domingo por primera vez en 1998 con la misión de ayudar a recuperar el hotel tras el embate de un huracán.
Hochhalter se enamoró del país y de su esposa, vivieron en Cancún unos siete años y luego en Florida. Pero antes pasó por Washington y Ciudad de México. Hace dos años regresó a Santo Domingo, porque ha visto un crecimiento sustancial en el sector hotelero.
“Con todas esas marcas que venían de renombre a República Dominicana, yo dije ahí es donde está el crecimiento, la oportunidad. Y como mi esposa es dominicana, regresamos al país. Me encanta estar ubicado en este hotel dirigiendo lo que viene para todo el país. Entonces siempre he querido estar aquí en el Caribe, aquí en República Dominicana”, dijo el ejecutivo, quien proyectó que vendrá una expansión.
“Vamos a abrir 12 hoteles en los próximos dos o tres años. Vamos a duplicar la cantidad de hoteles que tenemos República Dominicana. Entonces es un gran reto, porque es un crecimiento rápido, pero muy bienvenido, porque estamos ofreciendo más de lo que están buscando, no tanto los turistas, sino también quienes vienen a hacer negocios o a disfrutar la ciudad o la playa. Así que tendremos una oferta más amplia en todo el país para esas personas”, adelantó.
Por otro lado, uno de los propósitos es la sostenibilidad. Por tanto, han creado programas de reciclaje con fines altruistas. Uno de ellos consiste en trabajar con una compañía para reutilizar jabones y entregarlos a familias de pocos recursos, contó.
La temática ecológica también se traslada a la mesa. Según cuenta el chef ejecutivo del hotel, Luis Ortiz, prefiere preparar el menú con ingredientes que encuentra en el huerto de la propiedad o con productos locales.
“Nuestra oferta gastronómica tiene mucha relación con productos locales. Utilizamos la pesca responsable, servimos pescados endémicos como el chillo o la dorada. Acá tenemos un huerto de donde intentamos siempre sacar productos por temporadas. A veces tenemos tomates Cherry o ajíes de acá. Y esos productos son los que damos a probar a nuestros huéspedes. También tenemos los huevos libres de jaula. Y con eso aportamos a la sostenibilidad en el hotel”, dijo Ortiz.
“Nuestro restaurante mayormente está enfocado en sabores dominicanos, tenemos platos típicos con elevación gastronómica. Tenemos en cuenta dos puntos importantes al crear el menú: la herencia y las influencias. Nos enfocamos en los aborígenes que habitaron la isla, que son los Taínos. También tenemos un poco de enfoque en cuando fue descubierta, en las técnicas y productos que aportaron los europeos”.
Uno de los platillos que recomienda a los comensales del Jaragua es el ceviche de pesca local marinado con leche de tigre y mezclado con yautía crocante, una raíz típica.
Otro de sus platos favoritos es el short rib, un suculento corte de carne que lleva una laboriosa preparación.
“Es una carne que debe estar marinándose un día. Luego tiene requiere unas horas ahumando. Y al final lleva una cocción de casi dos días al vacío a baja temperatura. Básicamente es una carne que se puede cortar con la cuchara. Demoramos unos cuatro días preparando ese plato, también lo acompañamos con un cremoso de maíz, con un poco de trufas y unos vegetales encurtidos. Para mí este es el que no pueden dejar de probar”, detalló el chef colombiano, que nació en Cali y creció en Bogotá, donde inició su carrera culinaria.
Antes de llegar a la cocina del Jaragua en diciembre, estuvo en Medellín y en Panamá.