MIAMI.- Tras diez años de haberse iniciado en Miami el proyecto de microteatro, obras de 15 minutos, en un espacio pequeño (dentro de un contenedor de carga), y función continua, entre otras características, el concepto sigue su trayectoria dejando su impronta en el marco teatral de sur de la Florida. Tras comenzar en el Centro Cultural Español de Miami, luego encontrar réplicas con el mismo formato en otros sitios y la pausa impuesta por la pandemia, microteatro se ha fortalecido en su sede inicial del centro de Miami, con la misma entusiasta respuesta del público.
La temporada en curso del Microteatro del CCE-Miami, tiene sus siete contenedores llenos constantemente. Tres de ellos, presentan los espectáculos musicales La Freddy de Cuba (unidad de carga 1), Yo viviré (2) y Una noche con La Lupe (5), propuestas enfocadas en tres grandes figuras de la música cubana que murieron en el exilio.
La Freddy de Cuba cuenta la historia de esta cantante que alcanzó la fama a finales de los años 50, en el Cabaret del Hotel Capri de La Habana, hasta que se fue a vivir a Puerto Rico, donde murió poco tiempo después. Su temperamento y corpulenta figura la recrea magistralmente el escritor Guillermo Cabrera Infante en los pasajes de Ella cantaba boleros de la premiada novela Tres tristes tigres.
Interpretada por la actriz Adris Mateo Rodríguez, a partir del texto y la dirección del multifacético Yesler de la Cruz, se narran episodios de su vida. Una mujer que saltó de la pobreza a la fama, pero que vio su ascenso truncado por la llegada del castrismo al poder.
La actriz arropa bien su personaje, canta y cuenta episodios de la vida de la cantante habanera. Resalta la optimización del contenedor-sala, que logra crear tres espacios escénicos: el escenario del Capri, el camerino y el estudio de grabación. Aún con estos aciertos, dos cosas resaltan, un texto cargado de ataduras por el limitado tiempo de la función y que la actriz, a pesar de su talento y posibilidades, no da físicamente el personaje de Fredelina García Herrera (La Freddy).
Otro símbolo de la música cubana de la década del 50, La Lupe, es homenajeada. Su personaje lo interpreta Ailyn Zamora Frómeta, en Una noche con La Lupe. En esta ocasión el guión y dirección de Yesler de la Cruz brinda un marco armónico entre la historia y la interpretación, logrando que la joven Ailyn Zamora transmita con soltura, el ritmo cadencioso y la sensualidad de La Lupe y sobre todo, el carácter rebelde del personaje que encarna.
Recreado el ambiente del centro nocturno La Red, donde hizo carrera La Lupe, hasta que tomó el camino del exilio, se respira la atmósfera asfixiante y la censura a la que fue sometida la cantante. Sin duda, lo mejor de las tres jornadas en los contenedores.
El homenaje a Celia Cruz lo interpreta Yesler de la Cruz en Yo viviré, en el desafiante contenedor. Apenas una plataforma al centro, casi desnudo y con el público encima, Yesler interactúa con una tela que pende del techo, brindando datos de la gran Celia y su vida de necesidades y triunfos. Escrito y dirigido por Yero Basart, resulta la propuesta menos lograda, aunque una vez más, Yesler de la Cruz muestra sus infinitos y probados recursos escénicos.
Este tríptico sobre mujeres cubanas y sus avatares, marca un merecido homenaje a estas figuras que vieron sus vidas tomar otros rumbos a causa de la dictadura castrista. En las tres converge el exilio y los textos resaltan esa realidad. Es importante destacar que los productores y directores que llevan años haciendo microteatro han logrado perfeccionar la técnica y optimizar los espacios disponibles para brindar cada vez obras más logradas en su conjunto.
Esta serie de microteatro se extiende hasta el 23 de abril, en el Centro Cultural Español, 1490 Biscayne Blvd., en Miami.