La final de la Copa América en Miami pudo ser trágica, la Conmebol se lleva millones de dólares en ganancias, pero deja una estela de desprecio
Captura de video que muestra a aficionados tratando de ingresar al Hard Rock Stadium por el sistema de aire acondicionado.
CAPTURA DE VIDEO REDES SOCIALESUn autogol a su fama de magnífico anfitrión sufrió Miami el domingo pasado en la final de la Copa América, que Argentina ganó a Colombia. Muchos temen que los incidentes ocurridos en el Hard Rock Stadium puedan afectar la sede de la Ciudad del Sol y a Estados Unidos para el Mundial FIFA de Clubes 2025 y el Mundial 2026.
Hubo heridos, detenidos, sofocados y miles de aficionados estuvieron en peligro de muerte luego de que, de acuerdo con la Confederación Sudamericana de Fútbol, los empleados del estadio cerraran las puertas de acceso al público cuando una avalancha de aficionados, muchos de ellos sin boleto, se metieron a la fuerza al coloso donde se iba a disputar la final.
El departamento de prensa de la FIFA y el Comité Anfitrión de Miami del Mundial 2026 no respondieron a emails enviados por este reportero para indagar sobre las repercusiones que tendrán los hechos del domingo pasado en el Hard Rock Stadium.
En cambio, el representante local de una de las empresas que comercializa la venta de boletos para grandes eventos deportivos recordó que la FIFA solo una vez en su historia ha quitado la sede a un país: puso unas condiciones “extravagantes” que Colombia no podía cumplir y, en consecuencia, le dio a México la sede del Mundial 1986.
“Absolutamente no le van a quitar el Mundial 2026 a Estados Unidos ni le van a quitar partidos a la sede de Miami [tiene siete] por lo sucedido el domingo pasado en el Hard Rock Stadium”, dijo Antonio Paz, quien opera desde Miami y ha llevado caravanas de aficionados precisamente desde México 1986, los últimos 10 mundiales de manera consecutiva.
“Si la FIFA no le quitó el Mundial a Sudáfrica 2010, Rusia 2018 y Catar 2022, que tenían enormes problemas, ¿por qué va a quitarle a Estados Unidos?”, agregó. “La Copa América USA 2024 fue un evento de la Conmebol y no de la FIFA y hubo problemas solo en los tres últimos partidos de Colombia”.
Oficiales locales dijeron que la responsabilidad total de la organización de la Copa América 2024 fue de la Conmebol. Esta entidad se hizo cargo de todo el torneo y dispuso sus métodos y protocolos que difieren de los que se aplican en el mercado local.
“En el sur de la Florida viven alrededor de 500.000 colombianos”, agregó Paz. “Y además llegaron muchos más desde todas partes. De acuerdo a mi experiencia en este tipo de eventos, calculo que había el domingo entre 7,500 hasta 10,000 de ellos sin boletos para la gran final contra Argentina, en un partido que nadie quería perderse”.
Los incidentes empezaron antes de las 5 p.m., y el inicio del partido estaba pactado para tres horas después. Probablemente para ahorrarse una buena suma de dólares, no hubo perímetros de seguridad como se estila por ejemplo en el Super Bowl. Para descongestionar la presión de la gente se abrieron las puertas y se produjo la avalancha.
Para contener el tumulto se ordenó cerrar las puertas. Acto seguido, la policía se tomó un tiempo para identificar en las tribunas a quienes habían ingresado sin boleto aprovechando la estampida y sacarlos. Fuentes dentro del estadio aseguran que en esos momentos había unas 20.000 personas en las tribunas.
Pasadas las 8 p.m., alrededor de 50.000 personas en las afueras del estadio pugnaban por ingresar. La mayoría de ellas había pagado entre 500 y 5.000 dólares por boleto. Era tanta la presión, que autoridades del estadio, Conmebol, Concacaf y la policía acordaron abrir las puertas para aliviar la situación.
En la zona Suroeste se abrió solo una puerta y aquello provocó un embudo. Debido a la estampida, los controladores no pidieron boletos a nadie, pasaron miles; tumbaron los molinetes donde se ponen los celulares para mostrar las entradas, la gente desesperada pedía que no empujaran. Todos entraban a los empellones entre gritos, desesperación, pánico y caos.
En enero del 2022, ocho personas murieron y 50 quedaron heridas en el estadio Olembe en Yaoundé, cuando en un partido de la selección de Camerún se produjo una estampida y los aficionados encontraron las puertas cerradas.
“Si no hubo muertos fue por un milagro de Dios”, dijo un aficionado. “Cómo va a organizar Estados Unidos un Mundial si en la Copa América se produce este desastre”.
La madre del mediocampista argentino Alexis Mac Allister se vio atrapada en el caos y el pánico. “Esto es inhumado”, diría después a un medio rioplatense.
Cuando el estadio se llenó a capacidad se cerraron las puertas. Muchísimos aficionados que habían pagado miles de dólares por sus boletos no pudieron ingresar.
“La CONMEBOL, con decenas de millones en ganancias, fracasó, de manera total y caótica, en mantener a los aficionados a salvo”, escribió Henry Bushnell en Yahoo Sports. “Todos fueron víctimas de la CONMEBOL, que trajo esta Copa América a Estados Unidos para ganar millones de dólares y aparentemente no le importó cuántas personas dañaría en el camino”.
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