sábado 12  de  julio 2025
NBA

La vieja escuela aún vive en la NBA

Hassan Whiteside parece un jugador de otra época que llega con la intención de cambiar el rumbo de la historia

MIAMI.- RICARDO MONTES DE OCA

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En la historia del baloncesto el jugador ideal es uno que cuenta con una altura necesaria para sobresalir ante sus contrarios, para que con su alcance se le facilite el anotar puntos de un lado y del otro ayudar a la defensiva con los rebotes y bloqueos. Sin embargo en los últimos años se ha creado una tendencia en la NBA, en la que los centros corpulentos han llegado a un punto en el que pudieran extinguirse.

En una temporada en la que el mundo se le vino encima al Heat de Miami, tras la partida del mejor jugador del mundo en Lebron James, y su primer año sin jugar baloncesto en la postemporada desde el 2008. El equipo fue protagonistas de varios factores que pueden hacer sonreír a sus fanáticos en un futuro cercano. Uno de ellos fue el descubrimiento de Hassan Whiteside, quien de la nada llegó para dominar los tableros de los tres veces campeones de la NBA.

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Luego de ser escogido en el draft del 2010 por Sacramento y recorrer varias ligas internacionales, Whiteside llegó a Miami para promediar en 48 juegos 11,8 puntos, 2,6 bloqueos y 10 rebotes por partido, pero al ser titular en 32 ocasiones en dichos juegos, hay que tomar en cuenta para medir el dominio de Whiteside sus número por cada 36 minutos: 17,8 puntos, 3,9 rebotes y 15,2 rebotes.

En una época en donde los centros son conocidos por la versatilidad de su juego, Whiteside enfrenta un reto para retomar el baloncesto de hace décadas. Draymond Green fue el centro ganador del campeonato pasado con los Warriors, que con una estatura de 6-7 pies, promedió 3,7 asistencias por juego además de casi 34% en tiros de tres.

A diferencia con Green, Whiteside de 7 pies de altura, tuvo 0,1 asistencias por juego y cero intentos desde fuera del arco en la campaña pasada.

El baloncesto está apuntando hacia el juego de “la pelota pequeña”, en la que los centros cuentan con una versatilidad capaz de abrir los espacios en la defensa con sus lanzamientos de tres y capacidad de asistir a sus compañeros, que a su vez eligen penetrar la pintura o lanzar por detrás del arco. Curiosamente Miami fue de los equipos pioneros en la implementación de este estilo de juego, al llegar a cuatro finales seguidas, ganando dos, teniendo a un falso centro en Chris Bosh como pilar fundamental.

Desde 1999 hasta el 2011, todos los campeones en la NBA (salvo los Spurs en el 2007) contaron con un centro nato en su quinteto titular. Hasta que Miami logró ganar la corona en el 2012 sin un grande en su alineación, lo que marcó un antes y un después en la evolución del juego pequeño.

Después del dominio de jugadores como Moses Malone, Hakeem Olajuwon, Dikembe Mutombo, David Robinson, Patrick Ewing, Shaquille O´Neal y hasta el propio Yao Ming, la NBA tuvo una merma de centros superestrellas, dejando aislado a quizás el único encargado de llenar la brecha como lo fue Dwight Howard.

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A pesar de que la llegada de Whiteside a la liga es muy reciente para mencionarlo al lado de dichas figuras del baloncesto, no se puede negar que las sus características son las de un centro de esos que están escanciando en la liga.

Cuando Golden State aniquiló en la final a Cleveland por la falta de versatilidad de Timofey Mozgov (7-1 pies) ante la marca de Draymond Green, marcó el ejemplo más claro de la evolución del juego que queda grabado en la memoria de los jugadores que cubren la posición, quienes observan el cambio a un punto en el que se van convirtiendo en “dinosaurios” del juego, como el mismo Green los describió en un intercambio de palabras que tuvo con Whiteside sobre el tema, mediante la red social del Twitter.

Whiteside comienza la temporada el próximo 28 de agosto con varios propósitos. Primero el demostrar que lo que hizo el año pasado no fue una coincidencia y segundo abrirle los ojos a la liga y a los demás 29 equipos que los centros natos aún tienen cabida en el mejor baloncesto del mundo.

 

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