La Corte Suprema de Estados Unidos confirmó este jueves el poder constitucional del presidente Donald J. Trump frente a una ola de jueces actividas de izquierda y extrema izquierda que intentan entorpecer y frenar la gestión de la Casa Blanca, un hecho insólito en la historia judicial de la nación.
El Máximo Tribunal puso en su lugar a un grupo de unos 20 jueces federales de estados gobernados por la ultraizquierda en EEUU, cuyo objetivo principal es no dejar gobernar al presidente Donald J. Trump.
No resulta ninguna victoria para el presidente Donald Trump, como lo reflejan los medios liberales. Es lo que dice la Constitución de EEUU y el poder que ésta le otorga a un Presidente en el país.
Son estos jueces liberales y de ultraizquierda los que han violado la Constitución estadounidense y se han auto otorgado poderes que no le corresponden para impedir que Trump y su gabinete gobiernen.
Lo que acaba de hacer la Corte Suprema es eliminar la falsa potestad judicial que se han arrogado, ilegalmente, estos magistrados a nombre de la justicia y la democracia.
Por seis votos a favor y tres en contra (las juezas "progresistas"), la máxima entidad judicial de la nación declaró que las suspensiones a nivel nacional emitidas por jueces de tribunales inferiores "exceden la autoridad que el Congreso ha otorgado a tribunales federales".
El exceso de facultades
"Los tribunales federales NO ejercen una supervisión general del poder ejecutivo, resuelven casos y controversias de acuerdo con la autoridad que les ha otorgado el Congreso", declaró la jueza Amy Coney Barrett, autora del dictamen.
"Cuando un tribunal concluye que el poder ejecutivo ha actuado ilegalmente, la solución no es que el tribunal también se exceda en sus facultades", añadió en un fallo al que se adhirieron los otros cinco jueces conservadores del tribunal.
Las tres juezas liberales discreparon.
El fallo tendrá consecuencias en la capacidad del poder judicial para controlar a Trump o a futuros presidentes estadounidenses, afirman medios liberales. Sin embargo, lo que ocurre esta vez con el mandato democrático del presidente Donald Trump, no ha ocurrido nunca antes en la historia del país.
La actual situación se ha dado porque el Departamento de Justicia de EEUU, ha sido penetrado por radicales de izquierda en las últimas dos décadas que lo han convertido en portavoz y motor de esa tendencia
El caso se centró en si un solo juez de un tribunal federal de distrito tiene derecho a bloquear a nivel nacional un decreto presidencial mediante una orden universal mientras el asunto se litiga en las cortes.
Los medios se centran ahora en el tema de la ciudadanía por nacimiento, pero estos jueces han bloqueado casi el 90% de todas las órdenes ejecutivas del Presidente, con excepciones cuando les conviene también a los demócratas.
Ante esta situación el gobierno del presidente Trump presentó un recurso de emergencia ante la Corte Suprema.
Si el fallo de la Corte Suprema hubiera sido contrario, que no se esperaba porque la Constitución en su artículo 2 avala los poderes especiales del Presidente, hubiera sentado un nefasto precedente de ingobernabilidad en el país.
FUENTE: Con información de AFP.