Juan Rosell, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales, ha pedido un tipo muy bajo en el impuesto de sociedades para las compañías pequeñas con bajos ingresos, lo que además podría desincentivar la "pecaminosa economía sumergida".
Durante su intervención ante la Asamblea de la CEOE, Rosell ha recordado que en 2017, del total de empresas que se rigen por el impuesto de sociedades, sólo el 41% tienen bases imponibles positivas, un dato que empeora en el caso de las empresas pequeñas, mientras que "las grandes están en franca recuperación".
"Quizás, después de estudiarlo con detalle, deberíamos poner un tipo muy bajo para los tramos de facturaciones bajas", ha dejado claro.
El presidente de la patronal se ha mostrado partidario de "seguir avanzando en la exportación y la inversión en el exterior" y ha pedido al Gobierno que oriente su acción en el exterior decisivamente hacia la economía, principalmente hacia la microeconomía.
Rosell ha considerado que, ante la cuarta revolución digital, la gestión empresarial debe cambiar completamente, tanto a nivel interno como externo para mejorar la competitividad y que, pese a la ventaja adquirida por EEUU y el eje Asia-Pacífico, Europa aún está a tiempo de reaccionar gracias precisamente a su poderío industrial.
Ha pedido más innovación, más y mejor educación y formación, una auténtica reforma de las administraciones públicas, más inversión en infraestructuras y aligerar el gasto corriente y legislar menos y mejor para evitar costos, más tiempo empleado y más deterioro del medio ambiente. Todo ineficacias, costes de productividad.
Asimismo, ha considerado prioritario potenciar a la mujer en términos de igualdad.
Por otra parte, acusó a los sindicatos de estar en una "parálisis preocupante" en la negociación salarial para este año, si bien se ha mostrado "absolutamente convencido" en que se va a conseguir un acuerdo.
El presidente de la patronal ha recordado que su propuesta salarial para este año contempla un incremento de hasta el 2% más un variable dependiente de varios parámetros, así como una mejora mayor para los salarios más bajos.
Los sindicatos piden en la mesa de negociación una subida mínima del 3,1%, con una cláusula de revisión salarial y un salario mínimo en convenio de 1.000 euros brutos mensuales.
"No entendemos porqué aguas arriba nos piden una cosa y aguas abajo piden otra cosa, demuestran una parálisis bastante preocupante", ha dicho.
Sobre el acuerdo de subida del salario mínimo interprofesional (SMI) para elevarlo a 1.000 euros brutos en 2020, Rosell ha asegurado que muchos pensaron que "provocaría un desastre y un incremento del desempleo. Los datos demuestran todo lo contrario".
Y ha recordado que la apuesta por la subida del SMI "propuesta por los empresarios" sirve para atajar la economía sumergida y responde a una cuestión de "decencia".
En este sentido, ha recordado que en España hay muchas empresas, especialmente pymes, que están todavía en pérdidas, pero que ya apuntan a una recuperación que vendrá ligada al aumento de los salarios.