Hasta el cierre de esta edición, avanzaba en el Senado un plan bipartidista para impedir el cierre del gobierno, pero el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, rechazó de plano el proyecto del Senado, que financiaría el gobierno hasta el 17 de noviembre y que incluye 6.000 millones de dólares más para Ucrania.
Los nuevos demócratas afinan sus métodos coercitivos ante la posibilidad de que el gobierno se quede sin recursos para operar a pocos meses de las elecciones primarias.
Frente la resistencia de los conservadores, a quienes la prensa les llama siempre extremistas, porque se niegan a seguir las pautas de los socialistas dentro del Congreso, los medios liberales aprovechan para poner en ridículo la función del titular de la Cámara Baja, McCarthy, y afirman de manera falsa que enfrenta "una insurgencia de sus colegas republicanos", empeñados en reducir el descomunal gasto público durante tres años de gobierno del Partido Demócrata.
McCarthy exige que Biden se reúna con él para discutir la seguridad en la frontera, una de las exigencias clave del bando rojo.
Por su parte, el líder del bloque republicano en la Cámara Alta, Mitch McConnell, exhortó a sus correligionarios de la Cámara de Representantes a tomar en cuenta el proyecto temporal del Senado
Las grandes cadenas de televisión y los medios liberales de prensa se han encargado de fomentar otra crisis, cuando en realidad sólo imponen una mayor presión para que los conservadores aprueben -mediante métodos de chantaje- más fondos para intereses partidistas de la izquierda, y no para solucionar los problemas creados por los propios demócratas, que tienen a la nación inmersa en un caos económico y político con la complicidad de los grandes medios de prensa.
Bajo circunstancias ni remotamente parecidas a la situación actual con el sello de la administración Biden, el presidente Donald Trump se enfrentó a dos juicios políticos. Ahora, los republicanos, en medio de un avance vertiginoso y control de la extrema izquierda en EEUU, plantan un frente de resistencia como las condiciones les permiten.
Sin solución a la vista, la Cámara de Representantes votó para aprobar el financiamiento de algunos servicios importantes del gobierno, pero con el rechazo de los demócratas, que insisten en catalogar y definir a McCarthy de incompetente, al mejor estilo de los sistemas latinoamericanos de izquierda.
Republicanos se niegan a cheques en blanco para Ucrania
Los republicanos están hartos de aprobar dinero de los contribuyentes para seguir financiando la guerra en Ucrania, alentada por la actual administración. Por tal motivo, los planes de dar más ayuda a Ucrania se han topado con el freno de los conservadores tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado.
El segundo debate presidencial republicano abordó temas clave, entre ellos el impacto de la guerra en Ucrania.
Ante el caos creciente fomentado por la Casa Blanca, Joe Biden reiteró el peligro de las tácticas políticas republicanas, recordándoles que financiar al gobierno “es una de las responsabilidades básicas y fundamentales del Congreso”, cuando en realidad el Partido Demócrata pasó decenas de proyectos de manera unilateral entre el 2021 y 2022, apoyándose en la excusa de la emergencia por la pandemia de COVID-19.
En estos momentos, el gobierno que funciona desde la Oficina Oval de la Casa Blanca ha dado sobradas muestras de irresponsabilidad y descontrol sobre el dinero de los contribuyentes norteamericanos.
Sólo el gasto para Ucrania supera los 150.000 millones de dólares y Biden sigue cediendo a los pedidos del presidente ucraniano Vladimir Zelenski. Y a solicitud de más fondos por parte de Zelenski, el mandatario estadounidense ha solicitado al Congreso otra partida de más de 13.000 millones de dólares.
A los demócratas, desde la era de Nancy Pelosi al frente de la Cámara Baja les dio por mezclar necesidades nacionales con sus fines partidistas (ahora de corte “progresista”) para chantajear el voto republicano a escasos meses de las elecciones primarias y a pocas horas del segundo debate presidencial republicano.
Biden imploró a los republicanos no violar el acuerdo sobre la deuda que forjó a inicios de año con McCarthy, que fijó los niveles de financiamiento federales y fue firmado tras ser aprobado por ambas Cámaras del Congreso.
“Llegamos a un acuerdo, nos estrechamos la mano y dijimos: esto es lo que vamos a hacer. Ahora dan marcha atrás”, declaró Biden.
Un cierre del gobierno trastocaría la economía nacional y las vidas de millones de ciudadanos que trabajan para el gobierno federal o que dependen de los servicios federales, como controladores aéreos que tendrían que trabajar sin sueldo o familias pobres que se verían privadas de asistencia social. Y estos son los puntos de presión de la izquierda.
Las elecciones primarias como telón de fondo
La disputa ocurre con el telón de fondo de la campaña para las elecciones presidenciales de 2024 y a pocos meses de las elecciones primarias del Partido Republicano. Donald Trump, quien encabeza las encuestas para ser el candidato republicano, ha pedido a los conservadores no continuar con el juego de Biden y la extrema izquierda que ponen contra la pared el destino de EEUU.
Algunos republicanos planean reducir el tamaño del gobierno, una burocracia anquilosada que chupa cientos de millones de dólares del dinero de impuestos. Trump ha prometido reducir la nómina de burócratas en el Congreso. Buena parte de ellos llevan décadas en los mismos asientos, tanto del lado republicano como del bando demócrata. Además, existe notable número de departamentos, cuyas funciones se consideran decorativas dentro de la dinámica política actual estadounidense.
La disputa legislativa en Washington ocurre en momentos en que los republicanos en el Congreso alistan las primeras audiencias en busca de un juicio político a Biden por los negocios de su hijo, Hunter Biden y su presunta participación directa.
Por otra parte, un reciente informe del Departamento de Seguridad Interior de EEUU (DHS) solicita más fondos para los estados como Nueva York y California, atiborrados de inmigrantes recién llegados por la frontera sur.
El DHS anunció subvenciones por más de 12,2 millones de dólares a través del Programa de Albergue y Servicios (Shelter and Services Program, SSP) que complementa los más de $290 millones anunciados a través del SSP en junio y los $77 millones revelados en agosto, lo que eleva el total de fondos asignados —incluidos los del Programa de Alimentos y Albergue de Emergencia y Asignaciones Humanitarias (EFSP-H)— a más de 790 millones de dólares.
Este tema se encuentra entre las reclamaciones de los conservadores sobre el derroche de dinero de los contribuyentes por la caótica política de inmigración de la administración Biden y por todas las crisis que ha destapado.
En días recientes, el alcalde de Nueva York había anunciado la incapacidad financiera de la ciudad para enfrentar una de tantas olas migratorias durante el actual gobierno, con cientos de millones de dólares de gastos adicionales sobre los impuestos y la deuda de los estadounidenses. Y cuando se trata de las solicitudes del ala demócrata, las asignaciones de fondos se movilizan con gran celeridad.
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FUENTE: Con información de AP